Dieciséis

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'Acorralando verdades... y personas'

—No iré contigo.

—No te lo estoy preguntando Bon, papá me mandó por ti y no puedo regresar sin su mandado —enarco una de mis cejas.

Él se suelta bruscamente de mi agarre y la risa de Gladia no se hace esperar. Me esfuerzo por no maldecir.

—¿Tu no estabas detenida o algo así? —le pregunto disgustada.

—Si pero mi pastelito me saco de ese horrible lugar —habló con un tono de voz empalagoso.

—¿Y de donde sacaste dinero para hacerlo? —le tiro la pregunta a Bon pero éste me ignora. Ruedo los ojos.

—¿Cómo? —interrumpe esta chica que me saca de mis casilla. —¿No lo sabes? Pero si él me dijo que su hermana le había dado sus ahorros para ayudarme —termina de hablar con inocencia y ahí todo cae encima de mi.

No puede ser. Él enserio no hizo eso. Me esfuerzo por mantener mi rostro sin expresión y mis ojos en los de Bon.

—¿Me robaste? —pregunto sin aliento. Realmente no lo hizo. No no. —¡Contesta maldición! ¡Tú sabías para que era ese dinero! ¡¿En serio lo tomaste?!

—Ay, no armaras un problema ¿o si? —Gladia vuelve a hablar hundiendo sus dedos en mi hombro. —Solo fue una ayuda cuñadita y me vino muy bien. Ahora soy libre y...

Y mi mano salió disparada hacia su mejilla. No la aguanto, de verdad que no.

—No quiero que me vuelvas a tocar —farfullo. —No me dirijas la palabra y tú —señalo a Bon. —Pedazo de idiota, en tu vida vuelvas a hablarme, a tocarme, a mirarme, ni si quiera respires cerca de mi.

Me doy la vuelta dispuesta a irme pero la risa de Bon hacen que mis pies de planten ahí y no me permitan caminar más.

—Ery, no te enojes. Prometo devolver cada dul que tomé —giro todo mi cuerpo hacia el y tiene unos ojos de cordero. Todo es falso. —No le comentes nada a papá, él no entenderá nada.

Me río por lo bajo por su absurda petición.

—¿Que no comente nada? —me vuelvo a reír con más fuerza. —Bon, nuestro papá se va a enterar de todo esto.

Le aseguro y me acercó a él.

—Ery...

Sin medir mi fuerza le volteo la cara de una bofetada y luego sacudo mi mano por el dolor que me dejó.

—No vuelves a utilizar tal nombre porque por la muerte de mi madre Bon que no me contendré, ya no más. No me quedaré de brazos cruzados sabiendo todo lo que haces así que no me provoques.

Se acercó a mi y me tomo de ambos brazos pegando a su cuerpo.

—Tú no me provoques a mi, no me hagas olvidar que la única razón por la que aún no termino contigo es porque eres mi hermana.

—¡Me da igual! —espeto en su cara. —¡Ahora suéltame! ¡No quiero tus sucias manos sobre mi!

Y me retuerzo con fuerza pero es que no me suelta. La gente que está en este lugar ya nos observan interesados y Gladia no se molesta en ocultar su diversión ante tal situación.

—¡Selly! —aquel grito me hizo voltear la cabeza. —¡Sin peleas en mi casa! ¡Gladia, lo sabes!

Un chica, tal vez de la edad de Bon, se encuentra bajando las escaleras y nos observa con advertencia. Tiene un cabello rizado y una piel morena brillante.

El defectoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang