Trece

7 5 0
                                    

'Dando puntos'

Abro los ojos lentamente y escucho varias voces a mi alrededor.

—Veo que ya despertaste —es papá. Observo todo el lugar desde mi posición, mis manos están sujetas y mis pies también, estoy en una camilla y ya se que ocurre.

—¿Y esta vez por qué? —pregunto con voz rasposa, estoy con un vestuario blanco que se ajusta a mi cuerpo como guante.

—Te desmayaste y tu chip de Vila dejó de funcionar. Me diste un gran susto Azery y tuvimos que hacerte una revisión extensa.

—¿Tuvimos? ¿Quién más?

—Solo Vanne ya sabes, Bon se mostró preocupado pero decidió mantenerse al margen.

—¿Y que paso?

—Eso quiero preguntarte yo. —enarque mi ceja sin entender. Quiero que me quiten esas cosas de mis manos y pies. —¿Qué paso? Hay varias puertas en tu cabeza a las que no puedo ingresar ¿qué ocultas, hija? Antes no estaban y ahora pareces encerrar todo bajo llave ¿es por lo que a pasado los últimos días?

Me quedé estática, sin palabras y es que ¿qué se supone que tengo que decir? Nunca he podido hacer algo como eso, por más que lo intenté solo lograba recortar recuerdos y crear o imaginar nuevos; como cuando cubría a Bon en sus salidas.

Decido fingir demencia.

—No sé de que hablas papá. Soy un libro abierto para ti y de la manera más literal, lo sabes. ¿Qué podría ocultar?

Y no es mintiendo, nunca he podido ocultar mis maneras de papá.

Él parece sopesar muy bien sus palabras antes de soltarlas y analizar las mía. Repito; no es mentira, papá sabe mejor que nadie todo lo que habita en mi cabeza, incluso mejor que yo, ya que no es la primera vez que él hace esto; husmear dentro de mis memorias y pensamientos. Varias veces quede dormida en mi habitación y de alguna manera desperté en este iluminado cuarto.

—Tal vez estas protegiendo tus pensamientos y recuerdos de forma inconsciente Azery, tal vez sea por todo lo sucedido estos últimos días. No me sorprendería si pronto te conviertes en toda una caja fuerte.

—Papá, ¿me sueltas estas ataduras? —pregunto en cambio ignorando a propósito toda esa conclusión.

Él parece recién haberse dado cuenta de que sigo con ese detalle así que se apresuró a hacer justamente eso. Sobé mis muñecas cuando ya estuvieron libres.

—¿Por qué siempre haces eso? Te he dicho que me lastiman papá.

Él solo asintió y presionó un botón negro de un control plano que tiene en su mano. La habitación bajo la intensidad de las luces, dejándolas tenues y se creo una pantalla en la cual una grabación empezó a reproducirse; era yo. Me estoy sacudiendo violentamente en la camilla mientras Vanne trata de sujetar mis manos con fuerza y papá inyecta algo atras de mi cuello.

Que gran escandalo he provocado.

—¿Cuándo fue eso? —pregunté apenada dejando de mirar el vídeo, centre mis ojos en papá.

—Ayer.

—¿Y por qué decidiste que era buena idea traerme acá?

—Porque en la mañana no despertaste y luego dijo Bon que nunca llegaste al Kólasi y bueno... Pensamos que te había ocurrido algo. Más porque los guardias dijeron que regresaste al instante.

Rodé los ojos cruzándome de brazos.

—Papá no puedes estar curioseando en mi mi vida toda tu vida.

El defectoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora