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—¿Se puede saber porqué me miras tanto? —le decía Yoongi a Jungkook cuando estaban los dos comiendo en el hotel. Estaba uno al lado del otro.

—¿Eres más guapo que yo? ¿Todas piensan que lo eres? ¿Es eso?...Creo que sí, les gusta tu aire lejano y de aislamiento mucho más que mi descaro en el escenario —se cogió el pelo JK y refunfuñó por lo bajo.

—Tú estás mal de la cabeza o eres medio tonto, no sé lo que te ocurre en éstos días, pero ni en los grammys estabas como ahora por no haber ganado el premio —le reprochó Yoongi frunciendo el ceño.

Jungkook soltó el aire y soltó el tenedor en el plato con desgana.

—Me gusta TN —soltó sin anestesia, ya no pudo más y lo dijo abiertamente y sin titubeos.

—Ya veo —le dió toda su atención Yoongi —. Aquí viene la causa, una chica con unos ojos preciosos —lo miró Jungkook rápidamente al sentirlo hablar de ella de ese modo tan desenfadado.

—¿Otra vez con eso? —no aguantaba escucharlo hablar de esos ojos que tanto le gustaban a él.

—¿No es verdad? Pues que se los tape ¿No te jode? —decía el otro con media sonrisa torcida.

—¿Ves? Eso es....esa risita ridícula que te gastas, que a todas las vuelves locas...¿voy a tener que aprenderla para que me haga caso? —ya no se le ocurrían nada más que estupideces.

—Mira Jungkook, todos tenemos algo que atrae a las chicas, y tú sabes muy bien de qué trata lo tuyo, por eso lo potencias en el escenario —dijo Suga y se acercó a su oído para jugar un poco más con él, le gustaba chincharlo—. Te voy a decir algo, o espabilas o alguien con menos gilipolleces que las que tú tienes, se la llevará y te quedarás a dos velas —le guiñó el ojo— o tal vez puede que hasta yo lo haga.

Jungkook se separó de golpe y apretó los dientes mientras su amigo reía.

—Se me quitaron las ganas de comer —se levantó y salió como un rayo.

Lo dejó ahí, no tenía más ganas de conversar y menos de pelear.

Se fue directo a su habitación.

Ya tendido en la cama pensó que en dos horas se irían hacia el estadio, era el último concierto que tendrían en las Vegas.

Después volverían a Corea y ella pronto desaparecería porque terminaría sus estudios y se iría lejos de la señora Choi.

Pensándolo bien, aunque se quedara cerca, tener una relación con ella no iba a ser fácil. Terminaría trabajando en los Ángeles y él seguiría siendo un Idol Coreano.

Cerró los ojos y puso sus manos hacia arriba hasta que tocó la madera de la cama.

Céntrate, tienes muchas cosas que lograr todavía.

Se había enfadado con Yoongi por nada, por alguien que le atraía pero que ninguno podría tener por mucho tiempo tampoco. Sería un coqueteo absurdo y un polvo impresionante. Solo eso.

Se quedó dormido con la imagen de TN en su cabeza, terminó soñando con ella. La besó, la deseó.

Los toques en la puerta lo despertaron. Se levantó desorientado y peinándose el pelo con los dedos.

Abrió y era Taehyung quién apareció.

—¿Te quedaste dormido? —entró Tae cerrando tras de sí, lo vio tirarse en el sofá sin ganas de nada— nos vamos en media hora, te he llamado al móvil y no me contestabas. ¿Qué te ocurre? ¿Estás enfermo?

—Estoy bien, solo tengo que darme una ducha bien fría, necesito espabilar —se frotó los ojos.

Tae miró detrás de donde estaba sentado y sonrió.

—Me encantan las fotos que hay en las habitaciones de este hotel, ¿a tí no?

Señaló la que tenía Jungkook en su espalda.

—¿Como dices?

—Esa que tienes detrás tuya por ejemplo —le volvió a señalar el póster que se vio en su live días atrás.

—Joder, sí —lo hizo reír—. Lo tuve detrás de mí todo el tiempo en mi directo y los comentarios dieron mucho juego, le gané al MARRY ME de Yoongi.

Los dos rieron a la vez.

—Me gusta verte reír Kookie, llevas unos días que te pasa algo —le dijo Tae preocupado y se sentó a su lado.

—Es una tontería Tae, me he visto envuelto con una chica inocentemente y me hice ilusiones tontas de algo que no puede ser —le contestó con media sonrisa.

—¿Querías acostarte con una chica? Joder JK —se sorprendió Tae.

—No es lo que piensas, no son así las cosas. Además la chica no quiere saber nada de mí —lo soltó con desilusión.

—¿Pero dónde la has conocido?

—Es amiga de la hija de la señora Choi, la que nos encontramos en el pasillo del estadio el otro día.

—¡Caramba! ¡La extranjera!...la chica de pelo largo castaño y de ojos grandes —se dió cuenta que no dejaba indiferente a nadie.

—Sí esa, la que me odia porque le hablé como si me hubiera dado una maldita rabieta de un niño de diez años que quería que le compraran una piruleta —se avergonzó al instante.

—A veces te pasas —le dijo Tae divertido.

—No necesito que me alientes con tantas ganas —se quejó él.

Su amigo se levantó con energía.

—Pues te tengo una sorpresa.

—No estoy para sorpresas —dejó caer los hombros.

Tae no le hizo caso.

—Es el último concierto y tendremos una fiesta privada, irán los trabajadores internos, y resulta que las maquilladoras están invitadas —en ese momento tuvo toda su atención—. No sé porqué pero algo me dice que ella estará allí, puedes pasar tu última noche con ella, tal vez tengas la oportunidad de demostrarle quién eres en realidad.

Se levantó de golpe y su aspecto cambió a uno más alegre.

—Ésta vez no la puedo cagar Tae, ésta vez le hablaré cómo se merece...

—Ésta vez no la puedo cagar Tae, ésta vez le hablaré cómo se merece

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ME ENAMORÉ DE UNA ARMY Onde histórias criam vida. Descubra agora