▒ Verde Neón Solo Para Uno 🎆

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Hemos decidido tomar las cosas con tranquilidad, al menos eso me parece ya que fue un acuerdo silencioso. Estoy parado justo frente a su casa, Johnny atrás ocupando su auto. Su hermana es la que me abre la puerta, una chica alta de mejillas rendondas y cabello corto. Nunca la había conocido antes pero Mark me contó todo sobre ella. Se llama Sandy.

Me ve con curiosidad y grita a su hermano, que sale a pasos torpes con una mueca y se despide de ella, empujandola juguetonamente.

"Hola". A veces, cuando no nos vemos por días es que se me olvida lo adorable que es. Con comportamiento ingenuo y hoyuelos de niño.

Johnny el más chismoso y su hermana que probablemente le contará esto a su madre están cerca de nosotros, pero ¡qué va! A Mark tampoco parece importarle mucho cuando me acercó a dejar un pequeño beso en sus labios. Es más, toma mi mano entre la suya y me atrae alejándose de su casa.

"¿Estás listo?" Johnny menciona torpemente, sus manos temblorosas. Cuando está emocionado sigue agitando los brazos sin control y eso es parecido a lo que hace ahora.

"¿Todo bien?" Pregunta Mark.

'Claro, solo está algo ebrio. Dice que no tiene punto llegar a embriagarse en el club, ya que dan muy caro todo'. Escribo en el teléfono. Yo mismo he tomado una cerveza, pero aún estoy tan consciente como para conducir y llevarnos de regreso, no quiero causar ningún accidente, ni que Mark me observe borracho.

Él ríe divertido y asiente.

Al llegar al antro prometido, la gente se agolpa desde afuera esperando entrar, pero Johnny nos hará pasar ya que solía salir con uno de los guaruras que cuidan la puerta. Mi amigo desabrocha algunos botones de su camisa, dejando ver parte de la piel de su pecho y se peina muy bien antes de salir del auto.

"Vamos". Le digo a Mark y bajamos tomados de la mano entre risas, entrando con facilidad al lugar.

Las luces neón lo hacen relucir y la barra está atestada de personas que quieren conseguir una bebida. La música debe de estar tan alta que siento las vibraciones estremeciendo mi cuerpo creando un ambiente fiestero.

Después de mucho jaleo Mark nos consigue una cerveza. Luce tan experimentado en lugares como estos, con su cabello azul excéntrico y la ropa ajustada y aretes que decoran sus orejas, brillando cada vez que se mueve.

Johnny se pierde entre la multitud, dejándonos solos, tomando tragos grandes de nuestros tarros. Él me sonríe con malicia y cuando ve que finalmente termino la bebida es que ladea la cabeza señalando la pista de baile. ¿Para qué más venimos si no es para esto?

Hay una gran masa de personas ocupando el espacio, todas saltando y moviéndose con júbilo, en medio de todo el caos encontramos nuestro lugar bajo las luces púrpuras y azules y las bocinas retumbando creando más ritmos que puedo sentir resonar en mi piel.

Percibo por cómo se mueve mi acompañante para descifrar la vibra que hay que seguir según la habitación y busco bailar igual que él, moviendonos de lado con desenfreno, él toma mis manos y me hace dar vueltas entre risas, saltando como un chiquillo.

Hay sombra de delineador verde neón bajo su párpado que fulgura con más fuerza entre cada acercamiento, sus ojos no dejan de verme y sus dedos recorren mi cuello y nuca acercándome. Es casi celestial la forma en que entre el mar de gente nos perdemos el uno en el otro sin prestar atención a nadie más. Sus saltos dejan sus ropas rebotar contra las mías y sus brazos se enredan en mi torso.

Yo colocó una mano en su espalda baja, abrazándolo sin dejar la euforia mermar, es más aumenta mientras nuestros pechos chocan, en lo que bailamos con efusividad y bien pegados el uno al otro.

Su ánimo me sorprende tanto, bien parecería que ha tomado hasta dejar de sentir los pensamientos pesar en su cabeza e impedirle actuar con prudencia, pero a diferencia de eso, tras su mirada hay tanta lucidez. Sabe exactamente lo que hace y no toma ninguna vergüenza con ello. Se enorgullece de que yo sea quien lo acompaña esta noche y que mis manos sean las que lo atraen más cerca, rodeados del mundo entero.

Bajo los flashes parpadeantes que cubren la habitación oscura nos besamos con necesidad, envolviendo los brazos sobre el cuerpo del otro, para despeinarnos y sentirnos uno entre la multitud.

Con el dorso de la mano acaricia mi mejilla y su pulgar pasa por mi labio inferior, respirando pesadamente, colocando lo más parecido a un hechizo sobre mí pobre cuerpo que solo tiene ojos y caricias para él.

A lo lejos veo a Johnny vernos con una gran sonrisa, levantando los brazos con éxito y guiñandome un ojo para seguir en lo que estaba.

Por otros largos minutos bailamos, saltando alto y chocando con los cuerpos alrededor pero siempre regresando al otro. Él cierra los ojos en puro placer sintiendo la música apoderarse de su cuerpo, en lo que yo solo lo veo a él bajo las luces extravagantes, con el sudor resbalando por el cuello y el puro júbilo en el rostro, siendo lo único que necesito para sentirme descontrolado bajo ese ambiente incesante.

Entre más tragos que costaron bastante y estruendosas melodías continuamos con la noche, sacando lo más posible de aquel momento juntos.

En algún punto, él nos hace recorrer la profundidad del club en su totalidad, caminando entre el desorden, entre el resto de personas compartiendo momentos y las pieles pegajosas reluciendo al aire libre.

Es un momento de estímulo visual para terminar como es usual bajo su mirada llena de coquetería y sagacidad. Cuando sus hoyuelos se marcan en el momento adecuado y sus oscuras pestañas cubren sus párpados cada vez que los cierra, él mentón sutilmente inclinado hacia arriba. Sabe que le observo con atención, mis ojos queman sobre él y le encanta que sea así, tanto como a mí.



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Se aman bajo las luces brillantes y las más cálidas y sutiles...

Signos (𝕐𝕦𝕄𝕒𝕣𝕜) Where stories live. Discover now