CAPÍTULO II

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Jungkook estaba distraído, llegaba tarde a la reunión. Después de una semana montando a caballo sin descansar, entraba al fin en el hogar de los Kim, exhausto, con tanto cansancio acumulado que sentía sus piernas como dos pesados yunques, los brazos agarrotados de espolear las riendas y tan sediento como su caballo al llegar. Choi, el otro pretendiente al trono de Gyeongju, había accedido a un encuentro con Min Yoon Gi en la iglesia de Ansan; esa había sido su misión lejos de los suyos, favorecer que ambos bandos se encontraran para llegar a una tregua. Caminaba entre las sombras en dirección a la reunión, las pocas antorchas encendidas iluminaban su camino hacia su primo y su clan. Los Jeon tendrían el honor de luchar a la derecha del pretendiente al trono de Gyeongju, Min Yoon Gi, aquello decía mucho del papel de su familia en aquella guerra que estaba a punto de estallar, iban a desafiar al mismísimo rey Goguryeo y echarlo de Gyeongju de una vez por todas.

Sintió que alguien lo seguía, pasos suaves tras él. Allí estaba en terreno neutral, pero jamás fue conocido por su confianza en el prójimo. Con toda la intención dejó el arma caer de su cinto y provocó un encontronazo con quien se atrevía a ir tras él. Se giró para coger el arma y cerca del suelo se encontró con una pálida mano, recorrió su brazo, la tela fina del traje, la capa que ondulaba alrededor de ese cuerpo: un jovencito, como sospechaba por los ligeros pasos. Fue el momento en que levantó la cabeza y aquellos ojos, a la luz de las antorchas, lo atravesaron con determinación, grandes y limpios, grises como el mar del Norte que envolvía la costa de Gyodong-do. El cabello le caía en torno al rostro, castaño y largo, hasta casi tapar su rostro al estar agachado frente a él. Sus labios se abrieron con sorpresa al encontrar su rostro tan cerca y Jungkook sonrió. Un joven muy hermoso, quizá demasiado joven, ojos ingenuos que pronto se entornaron con desconfianza. Su rostro de sorpresa hizo que unas pequeñas arrugas se marcaran en su frente, Jungkook se preguntó por qué aquel hermoso muchachillo se enfadaría tan a menudo para que dos finas líneas marcaran tan bonito rostro.

Jimin se levantó deprisa, soltando la daga ante el escrutinio de aquel soldado, su vista se perdió en sus ojos azules sesgados. La cicatriz que atravesaba su pómulo, en vez de resultarle desagradable, le daba atractivo a su mandíbula marcada. Intentó adoptar la actitud de un joven sereno y no mostrar su nerviosismo ante la alta figura de ropa oscura y llena de barro, que se inclinaba sobre el abarcando todo el espacio. Jimin se quedó sin aliento ante el hombre más apuesto que había visto en su vida, aunque el ceño curioso de él le diera una apariencia amenazadora. Ambos se incorporaron a la vez, el hombre cambió entonces su expresión, por una sonrisa a medias y la mirada recorriendo de arriba abajo y sin tapujos a Jimin, hasta hacer que se sonrojase. Más aun cuando él lo había inspeccionado de igual forma. Entonces vio su ropa y su capa, un Jeon, y retrocedió por instinto, rozó con la mano su muslo sobre el pantalón, el lugar donde siempre llevaba oculta una pequeña daga que su padre le había regalado antes de aquel viaje.

—¿Por qué me miráis así? —Jimin se sintió amenazado ante el escrutinio de él.

—Nunca os han dicho que tenéis unos ojos... el color quiero decir... ¡son grises! —exclamó Jungkook al fin como si no pudiera definir muy bien lo que veía. Las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Aquel muchacho no era una belleza común que hiciera entonar una canción a un poeta, sino fuego, aquel joven era abrasador. Sus elaboradas ropas, la capa de buena calidad y el traje eran los de un joven muy rico y, sin embargo, estaba allí, a la vista de los soldados y los sirvientes, tan tentador y solo.

—¿Os desagradan?

Jungkook sonrió ante la cara de sorpresa del chico.

—No he dicho eso, señor.

—¡Vaya, vaya! Los Jeon no saben hablar. —Jimin nervioso se mordió el labio sabiéndose indefenso entre extraños—. ¿Es cierto que os crían lobos?

Mi clan o mi corazónWhere stories live. Discover now