CAPÍTULO XIII

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Jimin se levantó al alba, los ruidos del día anterior se repetían, el ejército de Jungkook entrenaba en la pradera y llenaban el silencio del amanecer con el chocar de las armas, ¿tendrían noticias de Bo Gum? Tal vez su hermano se encontraba cerca, apenas quizá a unas millas. Su ventana, orientada hacia la amplia extensión, le permitía ver a los soldados Jeon. Sin darse cuenta, se mordió el labio, nervioso, tenía que encontrar la manera de advertir a Bo Gum. Llamaron a su puerta y Suzy entró con una sonrisa.

—Temía que aún no hubieras despertado, Jimin, cosa imposible con este alboroto. ¿Crees que se preparan para una batalla?

Miró a su prima y después hacia el exterior.

—¿Y si todo esto fuera por Bo Gum? Han pasado ya diez días desde que Moon Bin salió con Somin a su encuentro, debería estar aquí.

—Tú mismo lo dijiste, ¿y si estaba herido? Tenemos que avisarle, Jimin, si está al corriente del ataque vendrá sin duda.

Jimin sonrió a Suzy, aquello había acabado por decidirlo, pero ¿quién podría ir en su busca? ¿Lay? Tan joven e inexperto, ¿alguno de los ancianos? En el momento supo que si alguien debía arriesgar su vida debía ser él, si Jungkook capturaba al traidor con toda seguridad sería ajusticiado para escarmiento de los demás y él no podía poner en peligro a ninguno de los miembros de su clan.

—Iré yo —afirmó convencido ante la sorpresa de su prima.

—Deberías primero ganarte la confianza del Jeon y que tu guardián desaparezca, quizá sería mejor que fuera Jisoo, desde que Namjoon anda tras sus faldas camina con libertad por el castillo.

—No pondría a Jisoo ni al cuidado de una mascota, te recuerdo que ya intentó escapar y la capturaron al instante, no podría valerse sola... Debo ir yo, estoy convencido, Suzy.

—Y yo que venía a traerte esto —dijo su prima enseñando un pañuelo arrugado—. Lo dejaron anoche en una de las cabañas, creo que es de Somin. Dijeron que lo encontraron en la puerta, puede que sea un mensaje suyo.

Jimin lo cogió en sus manos y al estirarlo vio el nombre de su hermana pequeña bordado con esmero. Somin era así, ponía el alma en cada pequeño detalle, le gustaba coser, de espíritu tranquilo, había aprendido muy joven a hacerlo.

—¿Quién pudo dejarlo? ¿No te dijeron quién fue el mensajero?

—Apareció en una de las casas, me temo que Somin esté en peligro, tal vez esa es la causa de que nadie haya venido en nuestro auxilio.

—No digas nada sobre esto, Suzy, ahora sé que tengo que salir del castillo, encontrar a Somin, si está aún en nuestras tierras, y avisar a Bo Gum.

Los pasos en el corredor les advirtieron que su guardián, Han Jo, estaba ya tras las puertas dispuesto a seguir a Jimin durante todo el día. Miró a su prima pidiendo silencio y solo al mirarse entre ellos Jimin se dio cuenta, con la ropa adecuada y una capa, quizá dejando ver solo su cabello uno podía pasar por el otro, mientras no hablaran y mantuvieran la cabeza gacha...

—Suzy, tengo un plan —susurró Jimin en su oído—, quizá pudiéramos intercambiarnos, mientras Han Jo te sigue a ti yo iría a los establos, las puertas de la muralla están abiertas durante el día, mientras entrenan, ese es el momento. Hacerme con un caballo y huir.

Su prima abrió los ojos al comprender que Jimin estaba dispuesto a hacerlo, a escapar, asintió y ambos miraron hacía la puerta.

—¿Cuándo, Jimin?

—El domingo, tendremos tres días para prepararnos, avisaré al joven Lay, él me acompañará, es leal a nosotros. Ahora bajemos a desayunar antes de que Han Jo se impaciente y sospeche algo. Seguiré estos días saliendo como cada día para que se confíen.

Mi clan o mi corazónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon