CAPÍTULO XIV

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El domingo llegó con la poderosa sensación de que se avecinaba sobre el castillo una sombra tan oscura como el mismo cielo. Jimin se vistió con las ropas de Suzy, y se puso su capa, su prima se cubrió con la capucha, los dos con el rostro oculto entre las sombras eran irreconocibles, se miraron antes de asentir. Una sonrisa de complicidad iluminó sus rostros. Lay debía estar ya esperando en las cuadras con un caballo preparado para Jimin, mientras Suzy iniciaría el paseo que hacía Jimin todas las mañanas hasta el bosque.

—¿Estás preparado, Jimin? ¿Seguro de esto? —preguntó su prima en susurros frente a la puerta.

—Ahora más que nunca, Suzy, no juraré ante Jungkook ni ante los Jeon, jamás someterán al hijo de Park Seung. Encontraré a Somin y a Bo Gum.

Ambos se hicieron una señal y abrieron la puerta de los aposentos de Jimin, allí estaba ya su guardián, Han Jo se incorporó y sin apenas reparar en ellos, siguió sus pasos al momento. Ninguno habló en el trayecto hacia el salón, era importante que Han Jo siguiera la capa de Jimin que llevaba Suzy, creyendo que era el a quien acompañaba en su paseo de cada día. Cerca de la entrada, Jimin se desvió hacia el pueblo y Suzy inició el paseo que debía hacer Jimin cada día.

Jimin no podía creer que fuera tan fácil cuando Han Jo siguió los pasos de su prima hacia el exterior de la muralla. Intentaba parecer sereno, no apresurar el paso, estaba a unos metros de las cuadras. Lay, el soldado de su padre, esperaba con los dos caballos ensillados y visiblemente nervioso.

—Señor, ¿estáis seguro? Jeon Jungkook se pondrá furioso por esto, no...

Jimin lo miró con una advertencia.

—Lay, confío en ti, dijiste que me protegerías y ayudarías. Vamos a salir del castillo y escapar, nuestra misión es encontrar a Somin y a mi hermano; nunca jamás me postraré ante un Jeon para jurar fidelidad.

—Pero, señor, yo lo he hecho, soy uno de sus hombres.

—Antes me juraste a mí protegerme, así que, vamos en silencio y sin despertar sospechas.

—El jefe Jeon es un buen hombre, respeta a sus hombres y a vos... y... Jungkook se enfadará mucho, no es estúpido, mi señor, se dará cuenta del engaño.

Con esa última advertencia Lay ayudó a su señor a montar y encabezó la marcha hacia las puertas de la fortaleza. Los guardias del patio y de la puerta lo saludaron con un gesto a su paso. Tras él, Jimin, con la capa tapando su rostro, elevó la comisura de sus labios en una tenue sonrisa.

¡No podía ser verdad! ¡Iban a conseguirlo! Jimin solo se permitió mirar atrás cuando cruzaron la explanada despejada y se internaron entre los primeros árboles. Creyó ver la figura de un hombre en las almenas y se preguntó si sería Jungkook, el corazón se encogió en su pecho por la traición que estaba a punto de cometer, después de haber bailado con él la tarde anterior, de reír a su lado, ahora escapaba. Entonces Lay puso al galope su caballo y él lo siguió sin dudar, se dirigían hacia el norte, el camino que Somin y Moon Bin habrían seguido y el mismo que los llevaría hasta su hermano mayor, Bo Gum y su ejército no podían estar muy lejos.

—¿Dónde está vuestro primo Jimin?

Jungkook vio bajar la mirada de Suzy para que no percibiera el odio que le tenía. La prima de Jimin, que al principio le había parecido una muchacha sin importancia, se había convertido en la cómplice de Jimin. Todo por culpa del juramento. Jimin había escapado antes que jurar ante un Jeon, prefería dejar la seguridad del castillo en tiempos de guerra para atravesar media Gyeongju en busca de su hermano, un hermano que había ignorado su posición y a su gente para seguir a los ejércitos de un goguryeo. Demasiado cegado por las victorias como para volver a recuperar uno de sus castillos.

Mi clan o mi corazónHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin