PARTE 8 - CARTA MISTERIOSA

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(CAPÍTULOS 15 Y 16)

Al llegar a su residencia, Irene sintió que la distancia era demasiado corta. En el momento en que Irene vio su destino, los sentimientos positivos y esperanzadores que había tenido antes desaparecieron instantáneamente.

Irene guardó sus monedas de oro antes de bajar del carruaje y regresar a la mansión Chase.

Todo resultó inútil porque ni uno solo de su familia la recibió al llegar a casa. Quizás porque Irene había regresado de un baile lleno de gente, el salón vacío de su casa parecía inusualmente grande y frío. Sin embargo, siendo un hecho completamente normal para ella, no se sintió triste por la falta de presencia humana que acogiera su regreso a la casa.

Cuando Irene estaba a punto de subir las escaleras, vio una figura parada en lo alto, esperándola.

- ¿Ya has vuelto, hermana?

Riel preguntó mientras le sonreía maravillosamente a Irene.

- ¿Por qué estás aquí...?

Preguntó Irene.

- No importa cuánto esperé, mi hermana no regresó. Así que te estaba esperando aquí.

Explicó Riel.

Irene pareció sorprendida por su respuesta. Entonces Riel bajó suavemente las escaleras y se detuvo un escalón por encima de Irene. Riel era más baja que sus compañeros, por lo que su altura en ese momento era igual a la de Irene, a pesar de que estaba parada un escalón más arriba.

Riel abrió la boca después de mirar a Irene de arriba a abajo.

- Mi hermana es muy bonita. Apuesto a que los hombres harían cola para bailar contigo en el baile.

Elogió Riel.

- Estoy cansada. Así que, por favor, apártate de mi camino.

Ordenó Irene.

Por lo general, Irene se preocupaba y se quitaba el chal para cubrir los hombros de Riel porque tenía miedo de que Riel se resfriara. Pero, en esta ocasión, en lugar de preocuparse por Riel, simplemente pasó tranquilamente a su lado.

- Has cambiado, hermana.

Acusó Riel.

Irene volvió la cabeza. Riel la miraba con cara llorosa.

- ¿Sigues enojada por lo de Boris? Creo que deberías juzgar la situación desde otra perspectiva. Deberías alegrarte de conocer la verdadera naturaleza de tu prometido, que se enamora de tu propia hermana. Casi te casas con él sin saberlo. Entonces, ¿No deberías agradecerme a mí? ¿Por qué te enojas conmigo? No puedo soportar que me evites. Es difícil para mí. Cada vez que me has ignorado, mi corazón late con tanta fuerza y me siento asfixiada. Se siente como si estuviera a punto de morir porque...

Riel se escuchaba cada vez más desesperada en su explicación.

- ¡Riel!

Irene cortó las palabras de Riel con un tono frío.

Riel bajó la cabeza y enterró la cara entre las manos. Sus hombros también empezaron a temblar.

- Deja de usar tu enfermedad como arma.

Ordenó Irene fríamente.

- ...

Las palabras de Irene hicieron que los hombros de Riel dejaran de temblar, y luego, los impasibles ojos morados de Riel miraron a Irene. Al recibir esa mirada, Irene hizo una pausa por un momento y continuó con sus palabras.

LA AMABLE HERMANA MAYOR YA NO EXISTEWhere stories live. Discover now