PARTE 12 - Capítulos 23 y 24

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CAPÍTULO 23 - NUNCA HE SIDO TU HIJA

- No sé qué pasa por esa cabeza tuya, Irene.

Dijo la condesa, obviamente molesta.

No mucho después de que Riel saliera, ayudada por las criadas, los padres de Irene decidieron hacerle una visita.

Ante las palabras de su madre, Irene simplemente giró la cabeza sin emitir un solo sonido.

- No eras así cuando eras niña. Fuiste una buena hija que nunca me hizo preocuparme. ¿Por qué has cambiado tanto? ¿Es ese hombre el que te hizo cambiar así?

Preguntó la Condesa mirando a Irene con una expresión de resentimiento y tristeza en su rostro mientras que el Conde sólo parecía estar enojado.

Era evidente que no podía dejar de lado la humillación que había sufrido antes por parte de Noël.

Irene desvió la mirada de la pared para ver a sus padres. La pareja se estremeció ante la mirada de Irene, porque ella los miró con una agudeza tan evidente que nunca antes les había mostrado.

- Él no me hizo nada. Fueron ustedes dos quienes me hicieron así.

Declaró Irene directamente.

- ¡¿De qué estás hablando?! ¡Sabes perfectamente cuántas cosas te hemos dado!

Las palabras de Irene impacientaron a su padre y comenzó a gritarle enfurecido.

Normalmente, ella ya se habría asustado al ver a sus padres regañarla, pero Irene no daría marcha atrás esta vez. Después de todo lo que había pasado y del rayo de luz que tenía enfrente, se negó a dar marcha atrás tímidamente. Quería terminar esto con una nota final que la liberara de esta familia.

Irene miró fijamente a su padre y pronunció claramente las palabras que quería decir.

- Madre, padre, ¿Alguna vez me han reconocido como su hija?

Preguntó Irene.

- ¡Por supuesto!

Dijo el conde, airado por las palabras de Irene.

- ¡Irene, discúlpate rápidamente con tu padre!

Le gritó la Condesa, pero Irene siguió mirando fijamente al Conde y continuó.

- Entonces, no te entrometas en mis asuntos.

Pidió Irene.

- ¿Cómo es posible que los padres no se preocupen por los asuntos de su hija?

Dijo el conde incrédulo.

- Hasta ahora, nunca te has preocupado por mí.

Dijo Irene con desenfado.

- ¡¿Qué...?!

Empezó el conde, pero no pudo continuar debido a las siguientes palabras de Irene.

- No puedo recordar un solo momento en el que hayas mostrado cariño por mí.

Dijo Irene, poniéndose en pie y mirando directamente a su padre.

- Siempre priorizas a Riel y luego a Riel. Sólo estuve ahí para ustedes dos como la hermana de Riel y nada más. Pero ya no deseo ser su hermana...

"Chassss"

La cabeza de Irene se volvió y un dolor ardiente se extendió por su mejilla.

- ¡Qué persona tan desalmada! ¿Sabes cuánto se preocupa Riel por ti? ¡Si dices eso una vez más, no me quedaré quieto!

LA AMABLE HERMANA MAYOR YA NO EXISTEWhere stories live. Discover now