PARTE 11: Capítulos 21 y 22

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CAPÍTULO 21 - UNA PERSONA MERECEDORA

Ante su inesperado comentario, Irene levantó la cabeza. Al instante, los ojos oliva se encontraron con los color avellana, mientras Irene miraba a Noël.

El pequeño arco de sus labios sobre su hermoso rostro y su suave piel hizo que su corazón se acelerara. Noël sonrió tranquilamente cuando sintió que Irene lo miraba sorprendida.

- Como sabe, mi abuelo, el gran duque de Kristen, estaba disgustado conmigo. Como su disgusto es bien conocido en la mansión, y la noticia de su desaprobación hacia mí ya se había extendido por todas partes, dondequiera que iba, me encontraba con miradas burlonas. Aquellos que parecían amigables frente a mí, se reían en silencio y chismorreaban a mis espaldas. Aquellos que conversaron cálidamente conmigo tendrían desdén en sus ojos una vez que se dieran la vuelta. Cuando mi hermano murió y me convertí en el único sucesor, la situación cambió un poco. Recibí cierto reconocimiento, pero, aun así, actualmente es una lucha continua. No es muy diferente de antes, a mi abuelo no le agrada que sea su nieto y se niega a reconocerme como el legítimo sucesor.

Noël suspiró, expresando sus sentimientos. En sus palabras, Irene podía sentir el matiz de dolor y anhelo, así como un niño tímido que sólo quería ser reconocido por su abuelo.

- ...Duque.

Dijo Irene y levantó la mano, antes de vacilar a medio camino y dejarla caer, tampoco sabía qué más decir. Ella no sabía cómo consolarlo, todo lo que sabía era que quería ayudarlo.

La calma y la tranquilidad de Noël hicieron que Irene sintiera más lástima por él. Se podría decir por su historia que el joven Noël era lamentable.

Aunque Irene no había visto ni experimentado ninguna de sus luchas, por alguna razón, sabía cómo se debía haber sentido estar en su lugar. Ambos obstáculos eran diferentes. Los desafíos que tuvieron que enfrentar y superar fueron en diferentes escalas y en diferentes mundos. Sin embargo, los mismos sentimientos de desesperación, soledad y tristeza eran universales. El anhelo de querer pertenecer no hacía que Irene fuera diferente de él.

Noël apoyó cómodamente su espalda contra la silla y giró la cabeza hacia la terraza. La habitación de Irene estaba ubicada en el tercer piso, con vista al jardín Chase desde los grandes ventanales.

Desde arriba se podía ver el esplendor de los nardos y las rosas multiflora cuidadosamente dispuestas en sus arbustos recortados. Los pequeños pétalos blancos ocasionalmente eran arrastrados por una fuerte ráfaga de viento y arrastrados salvajemente en el aire, antes de flotar suavemente hacia el suelo.

De hecho, los costados de los pasillos, donde los jardineros barrían los pétalos, estaban llenos de puntos de color amarillo pálido y blanco.

- Esta habitación es bonita. Es cómodo y se pueden ver las vistas del exterior.

Afirmó Noël.

Irene asintió. Luego, preguntó con cautela:

- Duque, ¿Cómo lo soportó? ¿Cómo pudo vivir en un lugar como ese? Yo no podría...

Ella empezó a decir, pero luego dudó, no estaba segura de cómo lucía en ese momento. Sus ojos inyectados en sangre y las lágrimas de antes hacían que su apariencia se viera apagada y hundida. Tampoco estaba segura de cómo abordar el tema. Sin embargo, antes de que ella lograra abrir la boca nuevamente y decirle que olvidara su pregunta, Noël la miró lentamente y respondió.

- Lo soporté por muchas razones.

Sus profundos ojos color avellana brillaron bajo el sol de la tarde y ella pudo ver su reflejo en sus ojos.

LA AMABLE HERMANA MAYOR YA NO EXISTEWhere stories live. Discover now