¿FIESTA?

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Me sorprendí bastante que supiera mi nombre.

—Sí—estreché mi mano con la suya—¿Cómo lo sabes?

—David me lo contó.

—¿David?

—Es el encargado de la residencia. Él tiene los informes y me dijo que preparase la habitación porque un tal "Álex" iba a mudarse.

Pues muy preparada no la ha dejado que digamos.

—Oh...¿Y tú eres...?

—Soy Daniel.

—Encantado.

Y de nuevo inundó el silencio.

—¿Has cenado?—negué con la cabeza—De puta madre, pediré una pizza.
—se fue a sentarse al sofá—. Perdón por el desorden, pero no creí que llegarías tan pronto.

—Descuida.

Daniel parece un tío simpático. Pidió una pizza y después de una hora más o menos nos la trajeron. Empezamos a cenar y empezó a preguntarme cosas como:"¿De dónde eres?", "¿Qué carrera quieres estudiar?", "¿Por qué te cambiaste de universidad de repente?"... Era un tío demasiado curioso, no me gusta que la gente me bombardee con tantas preguntas así. Aunque también es normal que se pregunte por qué llegué aquí, así de la nada. Después de cenar, miró su móvil y después me miró.

—Ey, Álex,¿Te apetece ir a tu primera fiesta de la universidad?

—No es mi primera. Ya dije que me mudé...

—Ya, ya—me interrumpió—. Quería decir tú primera fiesta en esta universidad.

Yo me encogí de hombros.

—Claro,¿Por qué no?

Volví a cambiarme, por unos vaqueros negros a conjunto de una camisa negra. No soy emo, pero era lo que más tenía a la mano.

—¿Y dónde es la fiesta?

Él me miró con picardía.

—En la residencia de las chicas.

Bueno, no me sorprendió mucho, no era la primera vez que veía algo así, pero aún se me revuelve el estómago en fiestas así después de...

—Y aquí es nuestra parada.

Fuimos a la residencia y pasamos con cuidado de no ser vistos, aunque era muy obvio,¿No? No importa que separen a los chicos en un edificio y a las chicas en otro, está más que claro que siempre alguno se iba a colar. Que no se sorprenda el director después. Cosas así me hacía preguntarme: "Si de todos modos los chicos visitan a las chicas,¿Para qué separar los edificios?" No tenía mucho sentido, para mí claro. Pero las normas son las normas. La fiesta era en el primer piso, no sé cómo se arriesgan a hacer una fiesta justo al lado del dormitorio de la encargada del edificio. Había gente por doquier, creo que se subían a la mesa ya no por placer sino porque no cabíamos. En mi universidad las fiestas no eran tan grandes como esta, éramos muy pocos, claro que en mi universidad, el número de alumnos los puedo contar con los dedos de mi mano. Así que me agobió un poco ver a tanta gente pegada.

—¿Tú eres Álex?—se acercó una chica pelirroja a mí. Yo asentí—. Soy Clara, un gusto—me sonrió.

—Igualmente, pero,¿Cómo sabes mi nombre?

—Cariño, aquí cada novedad no tarda ni medio segundo en saberlo todo el campus. Daniel nos lo contó.—le dio un trago a lo que fuera que llevaba en la mano.

—Oh...

Y Clara tenía razón, conforme la gente me veía, se acercaba a mí y de nuevo me bombardeaban con preguntas, aunque las más frecuentes de las chicas eran:"¿Tienes novia?". Por Dios, ¿No saben hablar de otra cosa?. Al principio estuvo bien pero ya era irritante y empezó a dolerme la cabeza. Busqué a Daniel para avisarle que me iba, pero lo vi un poco ocupado metiéndole la lengua en la boca a una chica. Así que directamente me fui. Rezaba para que mi compañero no fuera de los que traían chicas al piso a hacer..."cosas". Salí a la calle y me senté en uno de los escalones del edificio. Por fin pude respirar algo que no fuera mariguana. Al fin aire puro. La brisa me relajaba aún más y cuando creí que por fin podía relajarme escuché un grito.

Saltaron todas mis alarmas. No era un grito normal como los de la fiesta, no, era un chillido aterrador de una mujer. ¿Sería algún tipo de broma? Las bromas también eran muy comunes aunque ya había pasado bastante tiempo desde que se les gastaba jugarretas a los de primero. Pensé que tanto si fuera mi imaginación como si fuera una broma, lo ignoraría y seguiría a lo mío. Pero el universo no quería que yo tuviera un rato de descanso, porque la chica gritó de nuevo.

—Suficiente.

Me levanté dispuesto a irme pero,¿Y si no era una broma y necesitaba ayuda? Sabía que esa pregunta no me dejaría dormir, así que preferí correr el riesgo de ser burlado por una jugarreta y seguí el chillido. Parecía venir desde la parte de atrás del edificio. Me acerqué con cautela. Efectivamente, vi a una mujer, de espaldas, y... El hombre que la sostenía se me hizo similar. De pronto, él le soltó una bofetada a ella.

—¡Puta!—la lanzó al suelo—. ¿Sabes lo que le pasará a tu familia si rompes este compromiso?

¿Familia? ¿Compromiso? ¿Él? Oh, mierda...

—Y-yo...—parecía estar temblando.

Él se puso de cuclillas y la agarró del pelo.

—Sofí...—él pasó su dedo índice por el lateral del rostro de Sofi—. No querrás eso,¿Verdad? Tu familia depende de tí, no creo que quieras defraudarlos.

Cuando creí que esta terminaría cediendo, de repente le escupió en la cara.

—Vete a la mismísima mierda, Iván.

—No aprendes,¿e?—sonrió con malicia—. ¿Quieres que te recuerde lo que pasó la última vez que discutimos?

—...

—A ver, si por mí fuera me encantaría follarte de nuevo, pero no en esta situación. Tú estás hecha para mí, entiéndelo.

Creo que ya ahí fue mi límite. Me apresuré hacia ellos, interrumpiendo a este.

—Suéltala.

—Anda, tú.—soltó a Sofí y se puso en pie—. ¿Te creiste un héroe?

Era cierto, no era ningún héroe, había actuado sin pensarlo.

—¿Y tú? ¿Crees que puedes ir atormentandola así? ¿Eres consciente acaso de que si quisiera podría meterte en la cárcel?

Él chasqueó su lengua.

—Tú no pintas nada aquí. Esto—señaló a Sofí y luego a él—es algo entre ella y yo,¿Quién te crees?

—Su novio.—dije con toda la seriedad del mundo.

A él se le abrieron los ojos como platos y cuando dirigí mi vista hacia Sofí, ella también estaba impresionada, con cara de:"¿Qué se supone que estás haciendo?", la misma cara que yo puse cuando ella afirmó por primera vez que yo era su novio. Él parecía tan sorprendido que pasó de mí, aprovechando que me acerqué a Sofí y le di la mano para levantarla. Fue ahí cuando él reaccionó y agarró la mano libre de Sofí.

—¿Adónde coño crees que te la llevas?

—¿Eres sordo o tienes problemas de alzheimer? Es mi novia, no dejaré que una mierdas, insignificante como tú la maltrate. Y tómate esto como advertencia porque a la próxima no dudaré en llamar a la policía.

Pegué un tiró fuerte para que este soltara a Sofí y me la llevé lejos de este espécimen. Joder había vuelto de nuevo al problema. No voy a tener opción,¿verdad?

Fake loveWhere stories live. Discover now