¿VERDAD O RETO?

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La semana se pasó medianamente rápido, o al menos a mí se me pasó a mayor velocidad teniendo a Sofí. Era consciente de que su influencia en mí me estaba perjudicando los estudios pero tampoco era algo que me molestase mucho... La presencia del viernes de hizo aún más notoria con los planes del alumnado. Ya estaban pensando en hacer otra fiesta. Sin embargo, en la última fiesta que asistí acabé cediendo y cayendo a los pies de una chica para fingir ser su novio y salvarla de su prometido, cosa que no me hizo mucha gracia, aunque tenga algunos beneficios, pero no me quita los problemas que me puede conllevar. Mi plan de viernes era simple, hacer algo de deporte por la tarde, darme una ducha caliente y terminar estudiando. Lo sé, soy un aburrido, pero estoy en la universidad, ¿Tengo otra opción que no sea estudiar? Lo único que me consuela es saber que este sería mi último año, ya casi podía oler mi título de graduado...

Llegué a casa, agotado por las clases. Tiré la mochila al suelo y me dejé caer en el sofá. Al fin paz, pero no pasó mucho tiempo hasta que esa paz y tranquilidad se terminó, ya que Daniel había entrado como esquizofrénico en la habitación.

—¡Ey, Álex!—se acercó a mí—¿Has oído la fiesta en casa de Darío?

Claro que lo había oído. Lo único que hablan los estudiantes es de la fiestas los fines de semana. Parecían que se iban turnando y la novedad era a quien lo tocaba montar el tinglado.

—No.

Si decía que sí empezaría a darme una de sus charlas sobre lo aburrido que soy, bla bla bla...

—¡Tienes que venir!—me agarró del brazo con tanta fuerza que me levantó del sofá.

—¿Qué? Oye, me encantaría pero tengo...

—"Tingui qui istidiar"—me interrumpió de la misma manera que lo hizo Cristian—. Lo sé, pero el fin de semana es largo,¡Vente un rato!

—Te dije que no. No me encuentro bien.

—Bueno... Es una lástima, porque Sofí estará allí.

Eso atrajo toda mi atención.

—¿Qué?

—¿Ahora sí te interesa venir?

Empezó a poner lágrimas de cocodrilo y hacer pucheros.

—¿No me dejarás hasta que te diga que sí,verdad?—él asintió—Ash. Mierda. Vale, iré.

Me rendí. Sabía que se pondría pesado nivel Saiyan si no le decía que sí. También quería ir para asegurarme de Sofí. En su última fiesta, fue maltratada por ese imbécil, es mejor que vaya para asegurarme.

—¡De puta madre!—me soltó—Nadie se puede resistir a mis encantos.

—No. Sólo eres pesado.

—¡Cállate!—me pegó con un cojín.

Luego de eso, fuimos a prepararnos. No tardamos mucho, y yo como siempre, mis vaqueros esta vez azul oscuro, con una sudadera negra. Sencillo y atractivo. Visto que la fiesta era en casa de un chico, al estar ya en la residencia, no tuvimos que salir siquiera. Tan solo esperamos unos minutos escasos antes de salir de casa.
Por obviedad, los chicos llegamos antes, bueno, habían muchas chicas que llegaron antes pero seguíamos siendo más. Yo me quedé apoyado en el marco de la puerta esperando a Sofí, la cual no tardó mucho en llegar. Noté que se me aceleraba el corazón (y otra cosa), pues ella vestía con una falda negra y un top corto y ajustado negro. El maquillaje resaltaba sus grandes ojos y sus labios carnosos. Al verme me sonrió y se puso al lado mío.

—Creía que te quedarías estudiando en casa—dijo enarcando una ceja y de brazos cruzados.

Solté una risa seca.

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