Fake love

ADMITE QUE TE GUSTA

Regresé a mi cuarto, que ahora se sentía tan vacío... Clara estaba durmiendo, así que me quité los zapatos con cuidado y me desplacé despacio y con cuidado de no hacer ruido, pero eso pareció imposible, pues Clara se levantó rápidamente y encendió la lamparita de la mesita de noche.

—¿Dónde estabas?—me miró seria.

Incluso siendo Clara, he de decir que casi me meo encima cuando me mira de esa manera, tan seria, tan intimidante...

—Salí...un rato.

—Déjame adivinar...¿Con el señor roba novias?—enarcó una ceja, furiosa.

—Clara, ya lo hablamos. Él no se entrometió, fui yo y ahora soy tremendamente feliz.

—Eso no durará...—rodeó los ojos.

—¿Cómo dices?—enarqué una ceja.

—Los amores así no duran. Dale tiempo. Sin embargo, casarte con Iván...

—Ag, Iván, Iván, Iván...—rodeé los ojos—¡Por Dios, para tí todo es Iván! ¿Qué, te gusta o qué? Cásate tú con él.

Ella me miró furiosa.

—Sabes por qué lo digo.

—Lo sé. Pero no pienso permitir de ninguna manera que mis padres reciban un céntimo. Seguramente si les dan el dinero, mi padre vuelva a su adicción y acaben en la misma ruina.

Clara y yo somos mejores amigas desde pequeñas, casi como una hermana para mí. Se preocupa demasiado por mi bienestar y sabe que en el fondo lo pasé mal cuando mis padres estuvieron en quiebra.

—Es su problema, no el mío. No tengo que pasar por...

—Sé lo que me vas a decir. Hablé con Álex.

Enarqué una ceja,¿Cómo que ella habló con Álex?

—Sé lo que te hace Iván, pero con el tiempo podrías acostumbrarte y recuperar el dinero...

—Aguarda...¿Prefieres que mis padres reciban el dinero a cambio de que YO reciba abuso sexual y psicológico?

Ella se mantuvo callada, sabía que había tocado un tema sensible.

—Increíble—me dirigí a la puerta.

—Sofí—me siguió y me agarró del brazo pero yo la aparté bruscamente.

—Para tí ahora soy Sofía. No vuelvas a hablarme. Le pediré a Sara que me cambie de habitación porque no quiero verte la puta cara.

—Sofí...

—No, nada de "Sofí". ¡Preferías mi ruina y el dinero antes que mi bienestar y felicidad!

—¿La felicidad te da de comer y un techo bajo el que dormir?

—¿Me estás preguntando eso, en serio?—no pude evitar soltar un par de lágrimas—Creí que eras mi amiga...

—Y lo soy—se acercó a abrazarme.

—¡No!—la empujé con tanta fuerza que cayó a la cama—. Una amiga verdadera me denfendería ante un pervertido, acosador y que me maltrata y que preferiría mi felicidad ante todo... Sin embargo tú...—la miré seria—. Eres un puto asco. No me vuelvas a hablar en la puta vida. Y si tanto te interesa el dinero, cásate tú con él y dale el dinero a mis padres—salí dando un portazo.