FELIZ NAVIDAD, PRINCESA

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A la mañana siguiente, algo me despertó. Fue una sensación agradable... Al abrir los ojos, me encontré a Álex jugando con mi cabello. No mentiré, me gustó que jugara con mi pelo, era como una caricia y me gustaba.

—¿Qué haces?

—No sé—se encogió de hombros—. Me desperté y me aburría.

—¿Y lo mejor que se te ocurrió fue jugar con mi pelo?

—Tampoco tenía muchas opciones, pues estabas usando mi torso como almohada.

—¿Qué?—Miré debajo de mí y afectivamente mi cabeza reposaba sobre el torso de Álex.

Me incorporé de un salto. Estaba muerta de la vergüenza y Álex rio.

—Tranquila, no me disgustaba que me usases de almohada si eso era lo que te preocupaba.

—Tonto—le golpeé con el cojín libre.

—Me usas de almohada y encima me insultas. Qué feo.

—Según tú no te disgustaba,¿no?

Él soltó una risa seca.

—Tienes razón.

A todo esto entró la madre de Álex en la habitación corriendo.

—¡Feliz Navidad, chicos!

—Feliz Navidad—dijimos al unísono y nos miramos.

—Venga, venid, que "Papá Noel" ha traído cositas—nos guiñó el ojo.

Yo me quedé sorprendida, a la vez que me hacia gracia la actitud de la señora García. Le emocionaba la Navidad más que a mí, como una niña pequeña que esperaba a Papá Noel toda la noche.

Salimos del cuarto para ir al salón. Bajo el precioso árbol navideño que había puesto su madre, habían regalos debajo. Honestamente a mí me daba algo de vergüenza, me sentía demasiado mayor ante esta situación. Aunque no tenga mucho sentido, pues la Navidad no es que sea algo para niños, la emoción está en lo que uno quiere. Y ver a Álex abrir un regalo me hizo reír, era como verlo de pequeño.

—Lo siento Sofí—se acercó su madre a mí.

—¿Qué?

—No...no sabía que vendrías tú también y no pude comprarte nada...

—¡No, no! No se moleste. Yo prefiero ser una mera expectadora. Pero, muchas gracias igualmente—le sonreí y ella a mí también. Me dio un enorme abrazo.

Me sabía mal que ella se disculpara por eso. Nunca me gustó que la gente se gastase dinero en mí, y ya que no soy la novia oficial de Álex, si su madre me hubiera regalado algo sólo me sentiría más miserable.

—¿"Una mera expectadora"?—se acercó Álex a mí—. Me temo que este año no será—me dio...un regalo.

—¿Qué es esto?

Él se encogió de hombros.

—Ábrelo y lo sabrás.

—Álex, no quería que...

—Te comprara nada—terminó la frase—. Lo suponía. Pero me hizo ilusión, ya que pasarías la Navidad aquí. Tómalo como un recuerdo de tu estancia en Málaga.

Abrí con cuidado y nerviosa el envoltorio. Y...

Kate & Ethan...—miré a Álex—¿Cómo...?

—Me dijiste que te encantaban los libros. Así que...

—¿Y cómo suponías que no lo tenía?

—¿Lo tienes?

Fake loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora