Secret

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Ella lo rodeó con sus brazos por encima de sus hombros, aferrándose con las manos al cabello de él, desordenando sus rizos. Separó los labios dejándolo meter la lengua en su boca, batallando por tomar el control sobre el beso. Parecía como si ninguno de los dos pudiera tener suficiente del otro.

Coriolanus creyó que ella sería inexperta pero para su sorpresa Penelope besaba increíblemente bien. La tomó de los muslos cargándola, para luego apoyarla contra la pared del club, pasando sus manos por sus piernas suaves, subiendo su vestido lentamente. Podía sentir su erección rozar con la entrepierna de ella por encima de la tela de sus molestos pantalones, los cuales le estaban estorbando en ese momento. El contacto la hizo soltar un gemido a lo que Coriolanus gruñó por lo bajo. Estaba demasiado caliente.

Le molestaba pensar que Festus había estado cerca de ella, que la había rodeado con sus brazos, había tocado su cabello y le había hablado tan cerca del rostro. Estaba enfadado y quería dejarle en claro que nadie más podría hacerla sentir como él.

Bajó sus besos al cuello de ella y la escuchó respirar entrecortadamente, mientras seguía pasando sus manos por sus despeinados rizos. "Vamos a un lugar mas privado." Aunque nadie a su alrededor parecía estar prestándoles atención, las cosas que quería hacerle no podían ser allí.

Sus palabras parecieron hacerla cambiar de opinión. "No, no." Dijo tomándolo de los hombros, separándose de él. "Y-yo estoy aquí con Festus, debo irme." Se acomodó el vestido y estaba dispuesta a alejarse.

Coryo la tomó de la muñeca, impidiéndole escapar. "¿Estás segura de que quieres irte con él?" La sostuvo del rostro para volver a besarla fuertemente, ella le siguió el beso.

"No podemos hacer esto." Susurró ella sobre sus labios.

Coriolanus lo sabía, estaba consciente de que esto era una mala idea en todos los sentidos, pero siendo honesto poco le importaba en ese momento, la erección en sus pantalones estaba pensando por él.

"Nadie se dará cuenta." Respondió, mordiendo el labio de ella suavemente al separarse. "Si tú no hablas de más yo tampoco lo haré."

Penelope se veía dudosa, suspiró nerviosa pero finalmente asintió. "Vamos antes de que me arrepienta."

Coriolanus conocía el club de Pluribus como la palma de su mano, había estado allí cientos de veces pues el dueño de ese lugar era un viejo amigo de la familia Snow. Tomó la mano de Penelope y comenzaron a escabullirse entre la multitud con cuidado de que nadie los viera, él sabía de un lugar donde podían estar a solas sin interrupciones.

Abrió la puerta de la habitación y la guió hacia el interior de esta. No era muy espaciosa pero funcionaba para lo que necesitaban, Coriolanus encendió la tenue luz y cerró la puerta detrás de ellos.

"¿Qué es este lugar?" Preguntó ella, recargándose contra el pequeño escritorio.

"Es la nueva oficina de Pluribus, la está remodelando. Nadie viene aquí a estas horas." Lo sabía bien, pues la había utilizado varias veces.

Antes de que le empezara a hacer más preguntas él la tomó de la nuca y la acercó a su cuerpo, uniendo sus labios en un beso nuevamente. "De rodillas." Le dijo con voz firme al separarse.

Ella siguió sus indicaciones y se arrodilló en frente de él, llevando sus manos al cierre de sus pantalones, mirándolo dudosa, como pidiendo permiso. Coriolanus asintió para que ella pudiera continuar, y soltó un suspiro al sentir sus manos rozar su bulto. Ella lo sacó de sus pantalones y ropa interior para empezar a masajearlo con sus manos, siguió un ritmo persistente, arriba y abajo, que lo estaba haciendo perder el control.

"Necesito más." Dijo él tomándola por el cabello, acercando su rostro a su dura erección. "Mételo en tu boca."

Penelope lo miraba fijo a los ojos mientras cumplía sus peticiones. Lo metió en su boca lentamente, mientras sostenía lo restante con su mano. Coriolanus cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás ante la increíble sensación, la tomó por el cabello y empujó sus caderas para metérsela hasta el fondo, tocando la parte de atrás de su garganta. El movimiento le provocó una arcada lo cual se apretó alrededor de él, haciéndolo soltar un gemido.

Sacó su polla un poco para dejarla respirar y luego volvió a embestirla manteniendo un ritmo que se sentía demasiado bien. Su boca era caliente y sus labios se sentían increíbles a su alrededor, Penelope empezó a jugar con su lengua en la punta y eso lo llevó a otro nivel.

Luego de unos minutos Coriolanus volvió a tomarla del cabello empezando a acelerar sus embestidas. "Quiero correrme en tu boca." Dijo entre suspiros. "¿Está bien?"

Ella soltó un gemido en aprobación lo cual llevó vibraciones a lo largo de su cuerpo, haciéndolo explotar en su garganta. La vio tragar todo tal cual le había pedido, incluso lamió el resto que había quedado en su longitud. Coriolanus se pasó una mano por el cabello mientras respiraba, recuperándose del maravilloso orgasmo, la vio allí arrodillada con su vestido subido y el cabello despeinado, tenía los labios rojos y los ojos llorosos. Se veía más hermosa que nunca para él. No pudo resistirse para tomarla en sus brazos y sentarla en el escritorio mientras la besaba.

Penelope separó sus piernas permitiéndole libre acceso a su cuerpo. "Es mi turno de devolverte el favor." Dijo él mientras tocaba sus pechos por encima de la tela del vestido.

Pudo darse cuenta rápidamente de que no traía brasier, lo cual lo hizo sonreír. Bajó los tirantes de su vestido y dejó sus pechos expuestos para empezar a jugar con ellos entre sus dedos, sin dejar de besar sus labios. Poco a poco fue bajando sus húmedos besos por el cuello de ella, viéndola colocar una mano sobre su boca para contener sus gemidos, y luego metió uno de sus duros pezones en su boca, haciéndola temblar.

Estuvo jugando con sus pezones un rato, metiendo uno en su boca y acariciando el otro con sus dedos. Ella parecía disfrutarlo tanto que él creyó que se correría solo con esos toques. Bajó una de sus manos al sexo de ella y como sospechaba, estaba demasiado mojada. Gimió fuertemente ante el contacto de su mano con su humedad y Coriolanus la calló con un beso.

"No puedes hacer ruido." Le recordó. Ella mordió su labio intentando permanecer en silencio.

Coriolanus la penetró con dos de sus dedos, los cuales entraron con facilidad por lo mojada que se encontraba. Luego de un par de estocadas no tardó mucho en correrse por lo excitada que estaba. Enterró el rostro en el cuello de Coriolanus liberando su orgasmo, dejándose caer en sus brazos.

"Esto está tan mal, Snow." Dijo ella en un suspiro.

Coryo chupó sus dedos llenos de la corrida de ella, y la sostuvo de la barbilla para besarla lentamente. "Nadie tiene que enterarse."

"Si Sejanus nos descubre." Murmuró preocupada. "Y-yo no sé..."

Coriolanus la interrumpió. "No va a saberlo." La tranquilizó. "Será nuestro pequeño secreto."

Forbidden | Coriolanus Snow +18Where stories live. Discover now