Don't pretend

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Luego de lo acontecido dos noches atrás en el club, Coriolanus y Penelope no habían vuelto a verse. Él había pretendido estar enfermo para no pisar la mansión esos días ya que sus pensamientos estaban revueltos y necesitaba organizarlos. No estaba seguro de como afrontar un par de horas a solas con ella después de esa noche.

Sabía que necesitaban hablarlo, debían dejar las cosas claras y ponerle un fin a esto, pero no estaba seguro de poder hacerlo porque realmente no quería que esto terminara. Penelope no le gustaba, ni siquiera le agradaba como persona, pero le atraía, la deseaba y no sabía que hacer con esos sentimientos.

Debía reconocer que verla con Festus lo había puesto de muy mal humor y que el pensamiento de él tocándola o besándola le hacía hervir la sangre. De hecho el pensar en cualquier otro hombre tocándola le molestaba. No quería que nadie más fuera capaz de escuchar sus gemidos o hacerla temblar, eso solo podía hacerlo él.

¿Qué debía hacer? Sabía que estaba siendo posesivo e irracional, pero no podía evitarlo.

Lo único que tenía claro era lo que no sentía. No le agradaba. No le gustaba. No le importaba. Y definitivamente no estaba enamorado de ella.

Le había dicho a Sejanus que se había ido con una chica esa noche en el club, omitiendo el hecho de que se trataba de su hermana pequeña. Estaba seguro de que Sejanus no tenía idea de nada, no le gustaba mentirle pero contarle cuánto deseaba a su hermana no sonaba como un buen plan después de todo.

Estaba de camino a la mansión para volver a retomar las tutorías. Faltaban dos semanas para iniciar las clases y sentía que habían avanzado un poco, pero no lo suficiente. El lado bueno era que luego de estas dos semanas no tendría que convivir tanto con Penelope, eso haría el no pensar en ella un poco más fácil. Esperaba que los pasillos de La Academia fueran lo suficientemente grandes como para no tropezarse con ella.

Una vez empezaran las clases ya no tendría tanto tiempo libre, era su último año y debía enfocarse en mantenerse como el mejor de la clase si quería conseguir entrar a la universidad con una beca.

Al entrar la encontró en la biblioteca como siempre y empezó con su lección. Ella estaba actuando como si nada, con la misma actitud fastidiosa de siempre y eso lo tranquilizó un poco. Creyó que era un buen momento para empezar a hablar. "Tenemos una conversación pendiente."

Ella alzó la mirada del libro, frunciendo las cejas en confusión. "No sé a que te refieres."

Coriolanus volteó los ojos. "No seas inmadura al respecto, Penelope. Sabes que tenemos que hablar." Movió su silla para quedar mas cerca de ella. "Lo que pasó esa noche..."

Penelope lo interrumpió. "Fue un terrible error y es mejor que pretendamos que nunca pasó." Intentó volver a leer su libro, pero Coriolanus se lo quitó de las manos, cerrándolo y colocándolo en la mesa lejos se su alcance.

"¿Es eso lo que quieres?" Preguntó mirándola a los ojos. "¿Que no vuelva a pasar?"

"Es lo mejor para todos." Respondió en un suspiro.

"Pero no es lo que quieres." Afirmó. "¿O estoy equivocado?" Ella no lo negó. "¿No quieres que vuelva a tocarte...?" Empezó a subir su mano lentamente por la pierna descubierta de ella, acariciándola.

Ella colocó su mano sobre la de él, deteniéndolo. "Lo estás haciendo más difícil."

"No tiene que ser difícil." Explicó él. Tenía una idea de solucionar esto.

¿Era una buena idea? Lo dudaba. Estaba arriesgando demasiado, pero en ese momento se sintió correcto.

"¿De qué hablas?"

"Necesito que me escuches." Se acomodó derecho en la silla. "Sé que no me soportas."

"Ni un poco." Contestó ella.

"Y es mutuo, créeme." Aclaró. "Pero sabes que nos entendemos bien en otros sentidos."

"No estoy entendiendo." Dijo ella ladeando la cabeza.

"No te hagas la inocente, sabes perfectamente de que estoy hablando."

"Lo sé, pero me gusta molestarte." Respondió ella sonriendo. "Veo a donde quieres llegar con todo esto y me parece una locura."

Ni siquiera él mismo estaba seguro de que esto saldría bien pero sentía que valía la pena intentarlo.

"¿Realmente lo es?" Murmuró él, acercándosele peligrosamente. "Te haría sentir tan bien. Podría complacerte como quisieras." La tomó de la barbilla, hablando sobre sus labios. "No finjas que no mueres por hacerlo."

Ella bajó la mirada a sus labios. "Pero sin confundir las cosas." Dijo ella. "Sin mezclar sentimientos."

Coriolanus asintió. "Tengo solo una petición." Dijo. "No quiero verte con Festus otra vez." Habló con voz firme.

"¿Eso significa que seremos exclusivos?"

No estaba seguro de eso, pero no podía soportar la idea de ella acostándose con alguien más. Quería ser el único en poder tenerla, solo él y nadie más.

Coriolanus suspiró, rindiéndose. "Si eso quieres." Respondió, mirándola a los ojos. "Entonces Penelope, ¿aceptas?"

Forbidden | Coriolanus Snow +18Where stories live. Discover now