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Diciembre Del 2016...
Acarigua, Portuguesa/ Venezuela 📍




Cinzia.








Pues de verdad no sé que decir, desde aquella salida con los chicos todo fluyó tan bien por unos meses, pero eso todo cambió en éstos dos últimos meses de éste año.

Me esquivaba cada vez que me veía en un lugar, cómo en la universidad, en dónde la mayoría de veces nos vemos... Opté por no prestarle atención a eso y seguir con mí vida, tengo que darle su espacio.

Y no solo Yeferson está raro, también lo está Wilmers, le digo a Nieves que que le pasa, sí sabe algo, y a la final está igual que yo, no sabemos nada. Intenté hablarle un día y solo me respondió seco y cortante.

Toco la puerta de la habitación de mí hermano para ver cómo está, se escucha su "pase" pero mí impresión sale a flote, está llorando.

—¿¡Qué pasó Fabri!? —El respira profundo buscando alivio para poder hablar—.

—Es una emoción fuerte, de felicidad y tristeza —Habla cómo puede—.

—¿Qué pasa?.

—Y-Yeferson. Se va del país...

—¿Qué? —Retrocedo, niego la cabeza sin creermelo—. Mentira, no, me fuera dicho algo —Mis lágrimas ya salen de mí—. Yeferson.

Solo lo nombro cómo puedo para salir de allí e ir a toda prisa por mí auto, se escucha los llamados de mí hermano, estamos solos, pero el se puede quedar por un rato solo.

—¿¡Amiga que te pasa!? —Justo me topo con Nieves venía a visitarme—.

—Acompañame.

Cuándo nos subimos a mí auto, vamos rumbo a la casa de Yeferson, mí cara está hecha un mar de lágrimas, Nieves me vé asustada.

Llegamos rápidamente, bajo a paso apresurado del auto, sin tocar la puerta entro a la casa así nomás, está Wilmers acá, su cara es de asombro...

—Cinzia no —Me detiene cuándo iba a pasar a las escaleras para emprender camino a su habitación—.

—¡Déjame Pérez! —Le digo enojada—.

—No te quiere ver Cinzia, no.

Nieves lo vé ya enojada también.

—Que se enfrente a la situación cómo el hombre que es —Digo con rabia para zafarme de agarre y subir las escaleras—.

Se escuchan las quejas de Wilmers y Nieves allá abajo, no espero ni un pase para entrar en la habitación, ahí está, su cara es y va ser inolvidable, su cara de un asombro impresionante por verme.

—¡Creo que a tú receta de ser hombre le faltaron huevos Soteldo!... —Primera vez estoy así de enojada con él—.

—Ya vá, Cinzia cálmate... —Me pide haciendo señas con sus manos para que le baje el tono—.

—A mí no me pidas un coño de que me calme carajo —Groserías, las más inofensivas pero para mí...—. ¡¿Tú crees que no se siente feo estar todo el tiempo esquivandome?!... ¡Y para el colmo cuándo me dicen algo de tí es que te vás!.

—Cinzia —Viene hasta mí cara tomar mí rostro pero me alejo rápidamente—.

—Yeferson... ¿Dónde quedó la maldita confianza?... ¿¡Dónde quedó lo nuestro!? —Le digo casi sin voz por lo dolida que estoy—. No es que sea una egoísta de mierda, porque lo que yo más quiero es tú bien, que cumplas tus sueños, pero por favor, para eso estoy en tú vida, para estar contigo en las buenas y en las malas, para que nos contemos todo...

Ambos somos un mar de lágrimas ya, su cara es de arrepentimiento, la mía de dolor, enojo, impotencia, tristeza, ya no sé que sentir.

—Perdón.

—No —Niego con mis lágrimas a flote—. A mí no me va ese perdón, porque a la primera no lo voy aceptar, y a la segunda no soy Dios, tercera ya me cansé... —Levanta su mirada para verme directo a los ojos y negar—.

—¡No por favor, amor no...!.

—Te deseo todo lo mejor, cumple tus sueños, consigue a alguien que sí le dez de tú confianza y más, gracias por todo Soteldo, gracias por haberme brindado tú puesto de a lado para poder recibir la clase de matemáticas.

Doy la vuelta para irme de ahí casi que corriendo, se escuchan sus súplicas, llamados dolidos, pero hago oídos sordos para que no me duela aún más de lo que ya siento en mí, en mí corazón.

—¡Cinzia! —Escucho que casi grita mí nombre cuándo salgo de la casa y prendo viaje a la mía en mí auto—.

Después de todo Nieves se queda con Wilmers, porque entendí su señal que me hizo antes de salir de allí... Llego a un semáforo y ahí solo basta para romperme a llorar a cántaros, hasta que me estaciono en algún lugar porque sí sigo manejando así puedo ocasionar un choque, no veo nada por mis lágrimas.

Lo único que el no sabía era algo, no lo sabía porque era y es muy personal para mí, pero. Yo también no dejaba y dejo entrar a personas así nomás a mí vida, no soy antisocial ni nada de eso, sino que a mí desde chiquita siempre me daban apuñaladas en mí espalda, una de las razones por el cuál nos mudamos.

Para tener un ambiente mejor, una nueva vida para mí para todos, pero creo que tampoco acá es mí lugar, a veces pienso que sí el no me fuera brindado su puesto de al lado para la clase, estuviera en este momento en mí cama escuchando música relajadamente, no fuera pasado nuestras locuras, nuestras risas, nuestro beso, nuestras discusiones, nuestras lágrimas, nuestras peleas, todo, pero lo principal los dos no nos fuéramos roto el corazón mutuamente.

Ahora queda todo en manos del tiempo, y darle tiempo al tiempo.

Los eclipses no son todo el tiempo, viven más separados que juntos, pero cuándo se logran juntar es la envidia de todo lo que pueda existir en éste planeta tierra, combinados perfectamente, ocasionando un show para todos los presentes, miradas encima de él. Sí cómo ya dije duran más separados que juntos, pero cuándo lo están, es cómo sí el mundo se paralizara y fueran ellos dos contra el mundo.

Un compás lleno de miles de emociones, el sol brindándole su calor a la luna, y la luna brindándole el brillo al sol, para así fucionarse y volverse ese eclipse tan hermoso que siempre ha sido.





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Lloré.

By: Laqueendevzla 💘.

Eclipse | Yeferson SoteldoWhere stories live. Discover now