[愛, 帝国🪭👘] •𝐋𝐚 𝐂𝐨𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐧𝐚 𝐅𝐚𝐯𝐨𝐫𝐢𝐭𝐚 | Hantengu Clones

🪷 | 𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 6

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𝓛𝓪 𝓒𝓸𝓷𝓬𝓾𝓫𝓲𝓷𝓪 𝓕𝓪𝓿𝓸𝓻𝓲𝓽𝓪
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"La mariposa en el jardín del palacio"

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Gracias a Akiko, (T/n) había ganado protección. No era como si Akiko fuese la persona más poderosa o más fuerte, pero no perdía la oportunidad en defenderla de algunas mujeres del harén o de la misma Yoriko cuando le fuese posible. Le había agarrado mucho cariño desde que conoció a la (c/c), después de sentirse años sola y prácticamente como esclava, había encontrado por fin a una hermanita.

Un nuevo fin de semana había llegado, a varias concubinas se les permitía salir del O-Oku, como era costumbre. Si no fuese porque Akiko defendió a la pobre (T/n), Yoriko no hubiera dudado en castigarla y dejarla encerrada pese a que le tocaría salir.

Al principio ella misma se rehusaba a salir. No conocía el palacio, sólo una pequeña parte de la inmensidad que está construido. Además no quería tampoco porque no iba a estar Akiko en ese momento, pero ésta la convenció de que lo mejor era conocer lo más que pudiera el palacio para que no se perdiera.

(T/n) caminó sola por los pasillos, son tan largos que parecen no tener fin y en cierta forma, la mareaba por no estar acostumbrada a esos lugares y llevar encerrada tanto tiempo.

Con timidez se asomó por una puerta de hermosa vitrina, y al abrirla quedó deslumbrada ante la preciosura que apreciaron sus ojos. Había llegado al jardín del palacio. Akiko le había dicho que es hermoso, pero ahora le parece corta esa palabra para que describa a esta belleza natural. Tanto la asombró que por un momento pensó que había muerto y su alma había llegado al cielo.

El jardín es muy, muy, pero muy grande. Tiene cerezos, arbustos, muchas clases de flores, incluso un hermoso sauce llorón. El canto de los pájaros en las ramas de los árboles son melodiosos. Y sin mencionar la fuente de agua que está en el centro, justo esto fue lo que le llamó la atención, miró a todos lados y no se encontraba ni un alma. Se acercó prácticamente dando pasitos rápidos como ciervo saltando.

Cuando (T/n) llegó a la fuente, se dió cuenta que era más grande de lo que vio de lejos, tenía un diseño muy hermoso hecho de mármol por el que caía la cascada de agua. Sus ojos pararon al estanque, dónde se asombró al ver pecesitos Koi.

-¡Pero qué bellos! -por ese instante su tristeza la olvidó, volvieron a brillar sus ojos. -Ustedes son muy lindos. -tocó el agua suavemente con la palma de su mano. -Yo tengo a unos que son como ustedes, los extraño... -su tono cambió a uno sin emoción. Los vio nadar tranquilamente como hacía con los suyos.