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☾ Capítulo 5 ☽

"El lado bueno de Dam"

Al otro día, durante mi desayuno, le escribí un mensaje a Gero inventando alguna excusa estúpida por lo que ocurrió la noche anterior. Decirle que Damiano me robó mi celular y que fue él quien le escribió haría que Gero se lo enfrentara y le aclarara algunas cuantas cosas. Sin embargo, no quería problemas, si eso ocurriera seguramente Damiano iría a llorarle a sus padres y ellos me echarían del trabajo. Entonces, decidí escribirle:

Siento irme anoche sin avisarte. Tuve una crisis de pánico que no pude manejarlo. Lo siento mucho...

Luego de aquel mensaje me fui preparando para entrar a trabajar. Mis padres todavía no se despertaban, les faltaban cinco minutos para que su despertador hiciera un escandaloso ruido como era habitual. Antes de irme, les dejé el café hecho y algunos panqueques con su tarro de miel al lado, me gustaba atenderles como ellos lo hicieron conmigo siempre. También le dejé una nota a mi madre para que no olvidara los horarios que mi padre debía estar en el consultorio de su médico y después en su grupo de apoyo. Cada mañana le pedía al universo que él pudiera luchar contra su problema y que volviera a ser el hombre de antes.

Más tarde llegué justo a tiempo a mi trabajo, el señor Monopoly esperaba por mí en la entrada de la mansión, me inquietaba no saber su nombre todavía, aunque ya me acostumbraba a llamarlo de ese modo. Me dio algunas indicaciones como, por ejemplo, las actividades lúdicas que realizaban los niños algunos días después de clases. Me acompañó hasta la habitación de los más pequeños y empecé mi labor. Primero, los desperté, luego les hice el desayuno mientras charlábamos y finalmente los ayudé a prepararse para ir a la escuela.

—¿Podemos salir este fin de semana, Ara? —preguntó Kia mientras le ayudaba con su cabello.

—Los fines de semanas son los días de descanso de Ara —le respondió Ciro, él se estaba haciendo el nudo de su corbata delante del espejo.

—Podemos descansar los tres juntitos —sugerí, me parecía una buena idea—. ¿A dónde quieren ir?

—¡A la feria! —gritó Kia, muy emocionada—. El otro día no pude escuchar a mi cantante favorita porque Dam quiso regresar a casa muy pronto después de que te fuiste.

Me quedé quieta después de escuchar aquel enorme dato sobre su hermano mayor. Esa noche él me insultó por lo que llevaba puesto, fue muy grosero conmigo, no lo olvidaba. A lo mejor luego se sintió mal por haberme dicho cosas desagradables, pero eso no tenía sentido porque después también se la pasó molestándome en hora y fuera de trabajo. Posiblemente, Damiano me odiaba por alguna razón que yo desconocía por el momento o quizá solo le caía mal.

Muchas veces me topé con personas que le caían mal otras solo porque sí, no había explicación lógica, mi mejor amiga era una. A ella, por ejemplo, le caía bastante mal una chica de mi clase y nunca hubo algún motivo de por medio. Por mi parte, yo estaba en contra de ese estilo de vida, nadie me tenía que caer mal porque se me pintaba, tenía que conocer al otro antes de juzgar. Eso me llevó a tener muchas ganas de entrar a la mente de Damiano y saber qué pensamientos tenía sobre mí para poder enfrentarlo, tal vez era un clasista.

—¿Ah, sí? —pregunté.

Ciro continuó la charla que su hermana empezó:

—Se puso de malhumor de la nada. Hizo ir a Lexi a la feria por nada. Ella quería divertirse y no pudo porque nos fuimos.

—¿Alessia estuvo con ustedes?

Entonces era ella la chica que vi de lejos cuando salía de la feria después de toparme con los hermanos Dianetti.

Cuando la noche sea eternaWhere stories live. Discover now