18. Guardando la esperanza

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Kyungsoo apretó el enorme peluche de felpa en forma de pingüino, obsequió que recibió por parte del alto el día de su cumpleaños. Sonrió recordando el leve sonrojo de ese hermoso hombre. Suspiró, era tonto y absurdo fingir que no estaba completamente enamorado de Chanyeol.

Bueno, no es como que tuviera experiencias similares con las cuales poder compararlo. Pero, en definitiva, si así se sentía amar entonces era una agradable sensación que recorría cada célula de su cuerpo y hacia estragos en su corazón y pulmones, pues el solo pensar en el alto le quitaba el aire.

—¿Todo bien hijo? — La mujer asomó la cabeza por la puerta, carraspeo la garganta y un poco nerviosa se acercó hasta su hijo.

—¡Claro! — Hizo un leve puchero con sus labios y cerró los ojos. "No diré que extraño a Yeol" —¿Ya terminaste mamá? Estar sin celular es una tortura.

La mujer asintió, a pesar de que su hijo no le miraba. Coloco el pequeño aparato en la mesa de noche, en vez de irse se quedó unos segundos mirando a su hijo.

—Gracias cariño, tú tía habla mucho. Te manda saludos. — Kyungsoo emitió un pequeño quejido, estiro su mano y desbloqueo el celular. 7:30pm, realmente era temprano, pero quería hablar con Chanyeol y su madre había estado todo el día hablando por videollamada con su molesta tía cristiana.

No tenía nada en contra de las religiones, pero esa mujer siempre le metía cucarachas a su madre. Negó con la cabeza y abrió la aplicación de mensajes, sintió su corazón repicar al ver como su preciada conversación con Chanyeol había sido eliminada.

Se levantó de la cama en un saltó, encaro a su madre mientras la ira le subía hasta las orejas. Sus cejas se fruncieron y sin importarle mucho levantó la voz.

—¿Qué diablos mamá? ¡Confíe en ti! ¿Estuviste leyendo mis conversaciones? — La fémina suspiro, se dirigió a la sala, pero a pocos pasos la seguía Kyungsoo. —¡Di algo!

—¿Cariño? ¿Amor? ... No pensé que iba a leer eso. Ese hombre es un desviado. Además, fue un accidente. — Se excusó la mujer levantando sus brazos, pero Kyungsoo conocía por completo esa actitud. Era mentira.

—¿POR QUÉ DIABLOS BORRASTE MI CONVERSACIÓN CON ÉL?

—Do Kyungsoo, soy tú madre y exijo respeto. No me grites. — Detuvo sus pasos y levanto su mano con intención de golpear al menor.

—Porque mierda debería respetar a alguien que traicionó mi confianza. Joder...— Empujo con odio la mano de su madre, dio un paso hacia atrás y con desesperación reviso si tenía llamadas perdidas. El historial también había sido eliminado.

—¿Tenía que ser un hombre?

—CHANYEOL ES LO MEJOR. CALLATE, CALLATE. — Coloco sus manos en su rostro, su pulso se estaba acelerando, el sudor recorría su cuerpo. Era más que claro que estaba teniendo un ataque de pánico. Sus piernas fallaron y casi cae contra el suelo. Ahí estaba el motivo por el cual asistía a terapia. Su madrastra.

Por suerte el hermano mayor de Kyungsoo salió de su habitación al escuchar los gritos, sostuvo su cuerpo. Tranquilizo al menor, y tomo el celular.

—Calma Soo, podemos recuperar los mensajes. — Beso su cabellera negra, el menor de los Do intentaba respirar pausadamente para poder recuperar la cordura. Mientras su hermano duró unos pocos minutos con el celular del menor en sus manos.— Kyungsoo... toma tú abrigo, trae las llaves de mi carro. — El mayor trago en seco y miro con odio a la mujer.

Kyungsoo no entendía absolutamente nada de lo que estaba ocurriendo, pero no se lo pensó dos veces hizo lo ordenado por su hermano. Fueron cuestión de minutos que pasaron como flashes de foto por la mente alterada del menor de los Do.

Tan angustiado, preocupado, enojado y traicionado que cuando volvió a sus cinco sentidos estaba en el auto del mayor, su cinturón bien puesto y a varios metros de distancia de su residencia.

—Kyungsoo.. — Su hermano apretó el acelerador mientras manejaba con experiencia a través de las calles. — Ese chico... Chanyeol, ¿es el que te ha estado haciendo feliz?

—Sí. — Kyungsoo mordió su mejilla y acepto el celular que le estaba dando su hermano. —¿Por...?

Sus palabras quedaron ahogadas cuando su mirada se fijo en el gran mensaje de Chanyeol, lo leyó varias veces mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Al diablo su mamá, luego arreglaría esa situación.

—Gracias Seungsoo.

20 minutos fue lo que demoraron en llegar al lugar, mismos en los que el bajito se la estuvo llorando. Estaba malditamente tarde. Kyungsoo se bajó del auto y corrió desesperado hasta el pequeño parque. No había nadie esperando, era claro... Mordió su labio e intento marcar el número de Chanyeol. Sin saldo.

Giró su cuerpo, sus ojos se esforzaron al máximo para ver la figura alejándose a pasos lentos. Conocía a la perfección esa forma particular de caminar, podría reconocerlo a cientos de kilómetros y a pesar de su mala visión, ahora mismo daba fe de que era cierto.

—¡CHANYEOL! — Gritó, su garganta pico debido a la fuerza con la que le llamó. Kyungsoo jamás había sido un tipo amante del deporte, pero en ese corto tiempo sentía que estaba en una maratón.

Sus pies dolían a medida que la distancia se acortaba, la figura alta y esbelta frente a él tenía los brazos extendidos. Saltó abrazando con piernas y brazos al mayor.

—Yeol... Yeol... lo siento, yo... también me gustas. Mucho. — Lloraba desconsolado. Chanyeol parpadeo varias veces, dejo caer de sus dedos el cigarrillo para finalmente romper en llanto.

—Si viniste. —Voz rota, el menor no sabía si lo que sentía en su rostro eran sus propias lágrimas o los labios delicados de Chanyeol.

Cerro sus ojos, extasiado y maravillado con el sabor adictivo de ese hermoso hombre. No lo soltaría nunca, no importaba nada más que ese calor mágico que transmitían las frías manos de Chanyeol.

El alto tenía una leve sonrisa en los labios, se separaron solo por falta de aire.

—Si llegaste pequeño... yo...

—¡TE IBAS A IR! — Kyungsoo escondió su rostro en el cuello del alto. No estaba molesto, solo asustado por casi perder la confianza del mayor.

—La verdad no — Habló calmadamente. — Solo iba a comprar un chocolate caliente. Tenía la esperanza de que ibas a llegar.

Kyungsoo sentía contra su rostro la vibración producida por la risa escandalosa y muda del alto. Sin duda debía darle un premio a su hermano, y una patada a su madrastra... no tan literal, le había generado muchos traumas, pero quería pensar que era por las formas de crianza del pasado.

Ahora solo deseaba darle besos a su gigante paciente, muchos besos. 

Trail of Thoughts || ChanSoo [Terminada]Where stories live. Discover now