Capítulo 10. Domingo Astromántico

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POV Ainhoa

La cabeza me daba vueltas. Había dormido boca abajo, cuando yo nunca dormía así. Abrí un ojo pero estaba todo oscuro, demasiado oscuro. Nunca bajaba del todo la persiana. Intenté incorporarme pero la habitación se movía, así que como pude me puse boca arriba. Al moverme noté el colchón hundido a mi lado. Sin mover más que mi mano, la acerqué hasta toparme con el cuerpo de alguien. Me quedé quieta, con los ojos abiertos como platos a pesar de no ver absolutamente nada.

En los siguientes segundos escuché el ruido de las ruedas de una maleta, una moto en la calle, no podía ser verdad. ¿Qué llevaba puesto? Me destapé y cómo pude busqué mi móvil. Lo encontré en la mesita de noche del lado de la cama en el que yo había dormido.

Ainhoa, como hayas hecho alguna gilipollez vas a estar arrepintiéndote de por vida.

Desbloqué el teléfono y activé la linterna para ver, en primer lugar, dónde estaba y en segundo lugar, quién era la persona con la que me había despertado. ¿Tanto bebí? No recordaba gran cosa. Luz y yo bailando en un bar, solas. Recordé que Menchu y Clara se fueron y nos dejaron a nosotras. Estaba intentando procesar lo sucedido cuando la persona de la cama se removió soltando un suspiro.

—¿Qué hora es? —Apunté la linterna hacia la persona que hablaba. Era Luz. —Joder Ainhoa, que me vas a dejar ciega —se tapó la cara con la sábana rápidamente.

—Luz, ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde estamos? —Apagué la linterna cuando vi hacia dónde tenía que ir para descorrer un poco la tupida cortina de la habitación. Si que eran buenas.

—Pues... no lo sé. —contestó Luz debajo aún de las sábanas. Sacó un poco la cabeza, habituándose a la luz que hora dejaba pasar a la habitación —¿Eso que llevas puesto es la camiseta de mi pijama? —me miré el torso.

—Parece... Luz, no habremos... —me llevé la mano a la boca y comencé a morder la uña de mi pulgar mientras andaba de un lado a otro a los pies de la cama.

—¿Qué? No, no. ¿No? —la seguridad de Luz se difuminó por completo en la última interrogante.

—A ver, me acordaría... O sea. Me refiero a que ...em. —Las palabras no sabían salir de mi boca, me quería encerrar en el baño y no salir jamás.

—Que no ha pasado nada, tranquila. —Suspiré. En parte de alivio. Porque esa imagen en mi cabeza con el lío que tenía no me hacía ningún favor. Me senté a los pies de la cama, todavía estaba algo mareada.

—Son las doce —hice una mueca abriendo los ojos y la boca para estirar los músculos de la cara, que los sentía más pesados que nunca.

—Parece que no haya dormido nada —dijo Luz estirándose para coger el móvil de su mesilla. Yo aproveché a tumbarme, dejando las piernas colgando por el borde de la cama.

—Ay joder, Ainhoa mira —Luz me tendió el móvil, era un video y en la miniatura estábamos nosotras muy juntas. La miré antes de darle al play. Ella se acercó a mí. Todavía llevaba el jersey de la cena, pero caía sobre su hombro y le daba otro aura completamente diferente. Reproduje el video.

Flashback

—Me gusta esta canción —me dijo Luz al oído, tan cerca que pude notar su aliento sobre mi piel.

Sonaba "Follow Rivers" de Lykke Li, y toda persona bisexual si había visto dicha película francesa, la cual estaba basada en un cómic cuya protagonista tenía el pelo azul, sabía que eso podía ser tranquila y agresivamente una declaración de intenciones.

—A mi también —me acerqué a ella del mismo modo que había hecho conmigo, pero no grité. No sabía si era el entorno, que habíamos ido a parar a un local de ambiente, o si eran los gin-tonic a los que me había invitado Luz, con la excusa de pagar su deuda. Pero el muro entre mi empleada y la chica que me gustaba prácticamente había desparecido. La Ainhoa chef estaba libre hasta el lunes y no quería saber nada de trabajo.

Bajo La Lluvia [Luznhoa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora