Capítulo 13. A la carta

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 POV Luz

En el poco tiempo que en realidad conocía a Ainhoa nunca la había visto tan fuera de si. Durante el rápido camino a Bilbao no mediamos ni una sola palabra, me daba reparo enfadarla aún más con cualquier cosa que pudiera decir, y sin ella haberme dirigido palabra notaba como si lo que hubiera pasado fuera culpa mía. Sabía de sobra que no era así, pero me echaba la responsabilidad de lo sucedido sobre mis propios hombros.

Aparcamos el coche en un hueco cerca del restaurante, en diez minutos estaríamos allí. Eran las doce y cuarto y el servicio de comidas empezaba en a penas una hora. No sabíamos qué nos íbamos a encontrar, no por el personal o el trabajo, sabíamos perfectamente qué hacer, pero el problema era Andrés. Ainhoa le había mandado un escueto mensaje "Ya voy". Pero nada más. Las llamadas habían cesado, los mensajes por su parte también.

Una de las cosas, bueno la experiencia en sí, de ir a un restaurante de estrella michelín y algo que estaba por supuesto, dentro del precio que se pagaba en la cuenta final, era que el Chef estuviera presente en la elaboración de los platos. Por ello, muchas veces los turnos de comida estaban mucho más llenos que el de cenas, Ainhoa no podía estar dieciséis horas sin parar en cocina, por ello hacía turnos y semanas de comidas o de cenas y sabiéndolo con antelación la gente reservaba, y sabía, que ella iba a estar. Y es que ella debía estar.

Andrés nos esperaba en la puerta, fumando. No se sorprendió al verme aparecer junto a Ainhoa. Nos abrió la puerta y entramos, pasamos por el pasillo de sillas y mesas que dejábamos a cada lado hasta llegar a la puerta de su despacho.

—Luz, déjanos. Debo hablar antes con Ainhoa —Asentí sin mediar palabra, quise hacer contacto visual con la Chef antes de que entrase y cerrasen la puerta, mostrándole mi ánimo. Pero ni siquiera me miró.

Sin quererlo habíamos puesto en jaque nuestro puesto de trabajo, mi futuro y el suyo. Toda su carrera, por todo lo que había luchado. Al final, yo estaba allí aprendiendo, tenía otros dos restaurantes a los que poder ir con la recomendación de Pepe, si es que me quisieran tener con ellos después de la referencia mediocre que daría Andrés de mí. "Se liaba con su jefa, llegaron tres horas tarde al turno y las tuve que despedir".

Entré en el vestuario para cambiarme mientras Andrés hablaba con Ainhoa. Es que ni siquiera sabía si debía cambiarme. Al verme entrar al vestuario, un compañero, Pablo, se acercó a mi.

—Luz, Andrés estaba como histérico. ¿Ha pasado algo? ¿Todo bien? —Estaba preocupado.

—Si, si. No ha pasado nada, ese es el problema. No tenemos excusa —Suspiré, derrotada. Los minutos en el Alluitz estaban contados para mí, lo sentía.

—A ver, no me quiero meter, porque no es mi asunto, pero te tengo cariño —le sonreí tiernamente, dándole permiso a decir lo que fuera que quisiera decirme, y tenía pinta de que no me iba a gustar. —Lo sabemos todos, es la comidilla. No como un cotilleo malintencionado, entiéndeme. Pero se nota algo, o Ainhoa está muy pillada por ti o estáis juntas. —El corazón me dio un sobresalto al escuchar esas palabras salir por la boca de alguien. Porque no me lo esperaba. No habíamos hecho ni un solo gesto o comentario delante de los demás. Siempre esperábamos a estar solas para darnos un mísero beso mientras preparábamos el menú para el programa de Navidad. —Luz, por mi parte tienes toda mi discreción, por eso te lo cuento, pero Andrés...

En el momento que iba a terminar la frase Ainhoa entró en el vestuario. Pablo se levantó sin decir nada y volvió a la cocina, cerrando la puerta tras él.

—¿Cómo estás? —le pregunté mientras veía cómo se quitaba el bolso y el abrigo y lo guardaba dentro de la taquilla. Eso era buena señal, ¿No? Significaba que íbamos a trabajar. Ainhoa suspiró, parando cualquier movimiento que estaba haciendo.

Bajo La Lluvia [Luznhoa]Onde histórias criam vida. Descubra agora