¡Todo es culpa de ese sueño húmedo! [Goyuu]

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Ultimamente la mirada de Gojou sensei se encontraba puesta en él y el resto parecía no notarlo, además, aquella venda negra sobre sus ojos hacia difícil saber cuál era la dirección de su mirada. Itadori podía sentirlo, notaba el peso de sus ojos sobre su espalda.

Ocasionalmente sus miradas se cruzaban y cuando eso sucedía Gojou- sensei siempre le dedicaba una sonrisa brillante como si nada ocurriera. A Itadori no le incomodaba, más bien se sentía algo curioso al respecto ¿Qué estaba llamando la atención de su maestro?

Fue durante el descanso de un entrenamiento que Yuuji se sentó en posición de loto en el suelo, apoyando su codo en el muslo, con la mano alzada y su mejilla apoyada en el puño, ahora era él quien miraba a su profesor, era una rara oportunidad considerando que en esta ocasión llevaba puestos los lentes negros circulares en lugar de la venda. El cristal era ligeramente más oscuro, pero no tanto, podía distinguir perfectamente sus largas pestañas blancas avanicar como plumas cada vez que parpadeaba. Y el color de sus ojos... si, sin suda el color azul de sus ojos era muy hermoso para alguien como él, que sólo era un muchacho de aspecto común.

— Gojou-Sensei - Dijo Yuuji, Satoru se encontraba bebiendo un sorbo de agua — ¿No es un desperdicio usar la venda negra en los ojos? —

Satoru se detuvo y desvió la mirada hacia itadori, parpadeó un par de veces antes de dedicarle una sonrisa, luego dirigió sus pasos despreocupados hacia su pupilo, colocándose en cuclillas delante de él.

—¿Por que dices eso, Yuuji? Crei que usar la venda me daba un toque misterioso — Respondió con su acostumbrada teatralidad, pero sin exagerar demasiado.
— Es que no se pueden ver claramente sus ojos, sensei. Son muy hermosos como para ocultarlos —

Satoru soltó una carcajada ligera, Itadori solo parpadeó un par de veces inclinando ligeramente cabeza al costado derecho sin entender que era lo gracioso, él solo estaba siendo honesto.

— ¿Cómo es que dices cosa tan vergonzosas como si nada? — Gojou se quitó lo lentes, dejando despejado su rostro — Eres muy audaz, Yuuji—

¿Audaz? Itadori no entendía por qué sensei decia algo como eso, para él era completamente normal decir lo que pensaba.

No le dio muchas vueltas, ahora su sensei se encontraba delante de el sin nada que ocultara su cara. Itadori lo contempló por un instante, viéndolo ahora de cerca, la rara belleza de Satoru era todavía más evidente. Ver sus ojos azules como dos gemas brillante entre sus pestañas blancas lo hizo moverse de manera espontánea, rompió por un momento su postura y se inclinó hacia adelante acortando la distancia entre ellos, solo lo sufiente como para que sus manos tomaran el rostro pálido de Satoru entre ella. Tal movimiento sorprendio un poco a Satoru, éste que quedó quieto por un momento siendo consciente de su cercanía... Mierda ¿Acaso Yuuji iba a...?

—¡Ah, lo sabía! ¡Sensei es realmente guapo! — Dijo Yuuji repentinamente dedicándole un sonrisa, reafirmando nuevamente lo que pensaba de Satoru.

Al estar tan cerca, era muy fácil notar las expresiones de Yuuji, en su cara de mocoso había una sonrisa que revelaba la más buena intención en sus palabras, era evidente que lo estaba alagando de buena manera, sin ninguna patraña y ni intenciones ocultas.

— Por su puesto que lo soy, Yuuji~ — Respondió Satoru—mSoy el hechicero más fuerte y también en más guapo~ —

Y con esas palabras tomó una casual distancia, Itadori lo vio ponerse de pie y luego alejarse unos cuantos metros.

— Pero basta de charla, Yuuji. El entrenamiento debe continuar — Satoru le guiño un ojo, esperando a que su pupilo se supiera de pie también.

El chico se levantó de un salto, entusiasmado y listo para continuar. Sin embargo se percató de inmediato de un detalle, Gojou-sensei no se volvió a colocar los lentes. Ah, demonios... se había distraído con la cara de Satoru, lo suficiente como para olvidar lo que iba a preguntarle en un primer momento. Pero no importaba, no había prisa en saber por qué últimamente Gojou-sensei le miraba tanto.