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Yuuji sintió el mordisco bajo su ombligo, haciendo que se encogiera ligeramente en el sillón, miró hacia abajo y vio a su maestro entre sus piernas pareciéndole aquello completamente obsceno. No era un idiota ni tampoco tan inocente como para saber qué haría su profesor, lo había visto en un par de videos cuando buscó información sobre como dos hombres tenían sexo, así que pudo imaginar a Gojou haciéndole una felación sin problemas.

Se avergonzó de si mismo, pero al mismo tiempo se sintió más deseoso. Abrió sus piernas inconscientemente mientras comenzaba a respirar más pesado, el hico estaba duro lo cual no era difícil de ver, pues su virilidad empujaba la ropa de su uniforme notoriamente.

Entonces sintió la palma cálida de Satoru acariciar su entrepierna mientras continuaban dando mordidas en su vientre, besando ese camino que iba desde el ombligo hasta el borde del pantalón.

— Tenemos a alguien ansioso por aquí - Dijo Satoru viendo la erección de su alumno mientras lo acariciaba.

El chico soltó un quejido, el tacto de esa mano era agradable y estimulante.

— Es tu culpa, Sensei —
— Lo sé, Yuuji, lo sé —

Y sin tanto rodeo Gojou movió el borde del pantalón junto con la ropa interior hacia abajo, agradeciendo que el uniforme tuviera un borde elástico fácil de manejar.
El mayor se relamió los labios al ver erguido el miembro juvenil de Yuuji, con un tamaño adecuado y un poco por sobre la media.

— Oh... — Dijo Satoru con algo de malicia - tenemos algo bastante bueno por aquí-
La palma del peliblanco rodeó el tronco del chico, comenzando un delicioso sube y baja.

Yuuji sintió de inmediato un espasmo en el que se contrajo inevitablemente. La presión en su hombria se sentia muy bien. Pronto sintió que las caricias de su maestro se deslizaban de medios a punta, poniendo especial atención a la zona superior.

— ¿Sabias que se siente mejor siempre desde de la punta y no en la base Yuuji? —Dijo Satoru en un susurro, con la voz algo más grave de lo usual.

Itadori negó con la cabeza mientras soltaba leves quejidos de gusto, el calor comenzaba subir una vez más, sintiendo la ansiedad, queriendo ser tocado por su maestro un poco más. Gojou, quien por su puesto estaba atento a cada una de las reacciones de su pupilo, decidió continuar con el proceso. Se saborearía al pelirosa lentamente. Sus labios siguieron el camino hacia la virilidad del joven, topandose con un discreto bello púbico que le recordaba que Yuuji se estaba convirtiendo en un hombre, sonrió de solo pensar en el chico siendo ya un adulto mucho más atractivo y varonil. Tal idea solo le puso más caliente, en consecuencia, abrió su boca y la acercó al miembro que tenía en frente, sin un aviso lo introdujo en esta y descendió hasta engullirlo.

Itadori se sorprendió, pero no hizo nada para detenerlo, rápidamente notó el calor de sus fauces y al tiempo que su espalda formaba un acto de puro gusto. La sensación era extraña, sentia que la calidez de su boca lo envolvía al tiempo que la lengua de su profesor se pegaba su tronco por la parte de abajo, el sube y baja que vino después lo volvió aún más loco, sobre todo cuando sintió su glande tocar la garganta. Volvió a mirar a Gajou, sintiendo la cara caliente ante semejante cuadro. Gojou subía y bajaba la cabeza con esmero, chupaba y chupaba a un ritmo constante, sin ser agresivo, pero tampoco delicado, un justo medio perfecto que a Itadori le estaba poniendo nervioso, ese ritmo no lo soportaría.

— Se-sensei... — La voz del chico se entrecortaba - Si esto
continúa voy a... —

No consiguió terminar la frase, porque su maestro dió una mamada más profunda que las anteriores, dejando que el pene del chico permaneciera de lleno en su boca unos segundos, siendo tragado por completo. Gojou sintió como su alumno se ponía aún más rígido en su boca, y como se hinchó haciéndose más grande. De haber podido sonreír, lo hubiera hecho, pero ahí estaba con falo metido hasta la garganta.
Procedió a retirar su cabeza lentamente del todo, quitan-dolo de su boca, se pudo ver un hilo de saliva formando un puente entre su lengua y el glande, por su puesto surgió una mirada de deseo y de malicia por su parte.

— Voy a comerte, Yuuji — Sentenció Satoru.

Dicho esto volvió a su tarea, pero está vez le atendió solo con la lengua, lamiendo concienzudamente de arriba a abajo, subiendo y bajando, dejando su saliva por cada lugar por el que pasaba, posteriormente se detuvo en la punta, dándole mejor atención, lamiendo el frenillo y todo su contorno. Su boca no tardó en abriste otra vez para comerse el miembro, pero está vez succionando la cabeza, haciendo movimientos cortos de succión, combinándolo con trayectos de ida y vuelta breves. Yuuji sentía que iba a morir, se sentía demasiado bien estar en la boca de Gojou, no podía evitarlo, su cuerpo entero se puso rigido, sintió rápidamente aquel impulso vertiginoso que no pudo contener. Si voz comenzó a elevarse en gemido cortos y rápidos para finalmente rematar con uno más extenso pero ahogado. Su cadera se levantó buscando la boca de maestro y sus glúteos se contrajeron. Satoru a quien por supuesto no se le escapaba nada, abrió la boca con una enorme sonrisa y saco la lengua, el pene de itadori estaba sobre esta, siendo visible para el chico también, de modo que se puedo apreciar como el semen caliente salía abundantemente siendo se positado en su lengua y labios, chupeteandolo sin ninguna vergüenza.
Había bastante, tanto que a Gojou le resbaló una gota por la comisura hasta la barbilla, tenía un sabor dulzón, por lo que se relamió los labios con gusto.
El chico llevó sus manos a la cara en gesto incrédulo, no lo podía creer. Satoru Gojou no solo se había hecho una felación, también se había comido su semen como si fuera la cosa más normal del mundo.

¡Todo es culpa de ese sueño húmedo! [Goyuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora