- 12 -

1K 146 19
                                    

Fushiguro y Kugisaki se miraron entre sí teniendo el mismo pensamiento en mente, algo había sucedido, Itadori de por sí era persona radiante, pero en los últimos días brillaba demasiado, tanto que los ponía un poco incómodos. Y no solo Itadori, el humor de Gojou también era evidentemente bueno, normalmente era sarcástico, hacía bromas que hacían sentir incomodas a ciertas personas y mantenía una actitud desinteresada dada su posición como el más fuerte, pero en esos días tenía una disposición mucho mejor, era incluso algo amable con quiénes no solía serlo. En pocas palabras, era algo incluso escalofriante para quienes lo conocían.

— ¿Ocurrió algo con Sensei? —

Fushiguro dejó estallar la bomba durante el almuerzo en la mesa que solían ocupar generalmente en el almuerzo, Kugisaki casi escupió la bebida que tenía en la boca, ella quería preguntar sin duda alguna, pero creía que no era el lugar ni momento con tanta gente merodeando por ahí en la escuela de hechicería. Itadori parpadeó un par de veces y los contempló a ambos quienes se mantenían expectantes, entonces solo sonrió levemente con una expresión ligeramente traviesa.

— Es un secreto~ —

Hubo un silencio entre los tres que se extendió por unos segundos, pero abruptamente fue roto por Fushiguro quien se puso de pie, tomó bandeja de comida y se retiró cabizbajo, cosa que por supuesto fue imposible de ignorar tanto por Itadori como por Kugisaki quienes le miraron algo confundidos, además aún le quedaba comida en plato, el pescado estaba a medio desmenuzar y la sopa de miso aún tenía tres cuarto de porción.

No pudieron decir nada porque ambos sintieron que era inútil, fuera lo que fuera que dijeran era evidente que Fushiguro no contestaría. Lo vieron alejarse hasta que ya no estuvo en la vista de ninguno. Itadori giró la vista hacia su compañera quien también le miraba, pero a diferencia suya Kugisaki tenía una expresión suspicaz, como si tuviera una idea de lo que ocurría.

— Itadori — Dijo la Chica en voz baja susurrando — ¿Te gusta sensei lo suficiente como para intentar algo con él? —

Itadori asintió sin pensarlo dos veces con una expresión decidida y sin dudas, entonces Kugisaki soltó un suspiro.

Menudo problema.

Fushiguro roció su cara con agua, y mantuvo los ojos cerrados mientras respiraba suavemente, en su mente repetía una y otra vez la repuesta a la pregunta que le hizo a Itadori, secreto y una mierda, era obvio que ahí algo había sucedido, decir que era un secreto lo hacía aún más evidente. Apretó los puños por unos instantes sintiéndose frustrado ¿En qué momento las cosas se volvieron de esa manera? Peor aun, estaba preocupado, una parte de él sentía profundos celos, pero otra parte sentía real preocupación por Itadori, Megumi conocía a Gojou hace bastante más tiempo y estaba al tanto de sus hábitos, no quería que Yuuji saliera lastimado.

Dirigió sus pasos sin demora a los pasillos de la academia en dirección a la oficina de su maestro, entrando en esta sin siquiera golpear. Lo que encontró era lo que esperaba. Un Gojou Satoru perdiendo el tiempo mientras veía el móvil con cara de estúpido.

— Oh, Megumi, es extraño que vengas a verme a la oficina ¿Que sucede? — Preguntó Satoru con genuino interés dejando el móvil a un lado.
— Detente, sensei... Si vas a jugar con Itadori para luego desecharlo entonces detente...—

La expresión de Gojou cambió, como siempre su rostro se encontraba cubierto, pero aún así era evidente la seriedad de su mirada.

— Entonces Yuuji te contó...—
— No, pero es evidente que algo sucedió, y a juzgar por tus palabras al parecer asi fue —

Fushiguro había cerrado la puerta a sus espaldas y caminó con las manos en los bolsillos hasta el escritorio quedando frente a este y frente a su maestro.

— ¿Por qué Itadori? — Añadió Fushiguro.

El muchacho pelinegro no se mostraba alterado, su rostro como siempre expresaba poco, pero en esta ocasión su mirada ligeramente entrecerrada revelaba preocupación, pero tambien otra cosa que fue perfectamente perceptible para Gojou. Aún así, la pregunta de su pupilo quedó dando vueltas en su cabeza.

¿Por qué Itadori era el objeto de sus deseos? La respuesta corta y rápida era que le calentaba, que a raíz de ese sueño húmedo pudo ver a Yuuji desde otra perspectiva.
Pero no, muy en el fondo sabía que no era solo eso, solo que no podía dilucidar que era, lo único que tenía claro era que Itadori lograba ponérsela dura como roca y que era una especie de reto ver hasta donde podía llegar con el. De momento debía admitir, por lo menos para si mismo que era algo principalmente sexual.
Pero no podía decírselo a Megumi.

— Yuuji es especial, eso tú también lo sabes ¿No es así, Megumi? — Dijo Gojou sonriéndole con sutileza, aún que era más bien una sonrisa algo cínica — Aún que me sorprende que también estés interesado en Yuuji—

Acaba de apostar, podía inferir el por qué Megumi se preocupaba, pero que fuera a su oficina a hablar del tema limitaba las opciones y siendo él, Gojou Satoru, inferir el interés de Fushiguro en Itadori era algo fácil.

Y tuvo el resultado de su apuesta, Megumi frunció los labios ante sus palabras, guardando silencio y aparentando los puntos, viendo evidentemente tenso.

— No lo niegas ¿Eh?—
— Esa no es la cuestión aqui, sensei —

Fushiguro se mostró algo irritado, su maestro tenía la facilidad de desviar en tema a como más le conveniera.

— Lo único que importa en este minuto es que estás haciendo lo que quieres por un capricho — Está vez Megumi elevó ligeramente la voz y comenzó a hablar más rápido— Para ti no supondrá ningún problema una vez consigas lo que quieres por qué no eres serio, por qué no has amado a nadie a lo largo de tu vida. Itadori es un chico de quince años que está experimentando todo el vigor de la adolecencia, sus sentimientos no son tan superficiales como los tuyos, así que te pido que si le tienes al menos un poco de estima y consideración lo dejes en paz antes de que lo lastimes —

Un silencio incómodo se prolongó ente ellos hasta que Gojou soltó un suspiro.

— Hablas como un viejo cuando tienes la misma edad que Yuuji — Se recargó en el asiento de su escritorio y se cruzó de brazos — ¿Y si no lo hago que?—
— Entonces me encargaré de que abra lo ojos y vea quien eres en realidad —

Megumi dió media vuelta en dirección a la puerta, saliendo así de la oficina dejando a su maestro solo.

Cuando cerró la puerta se detuvo un segundo sintiendo escalofríos y por poco derrumbó sobre sus rodillas. Se había hecho el fuerte, había procurado no mostrarse débil y verse seguro, pero lo cierto es que le temblaban las manos y le castañeaban los dientes producto un miedo que solo Gojou Satoru podía provocar con tan solo el peso de su mirada. Había sido solo un instante, el momento posterior a sus declaraciones y los breves segundos en los que tardó en salir de la oficina.

Se había metido en la boca del lobo.

¡Todo es culpa de ese sueño húmedo! [Goyuu]Where stories live. Discover now