Capítulo 29

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En el camino de regreso, reflexioné de nuevo. Había visto la verdad de hace tres años, pero si se lo contaba todo directamente, él podría pensar que estoy diciendo tonterías para engañarlo. Si bien no tenía que ocultarle nada, necesitaba tener alguna prueba para convencerlo de que todo era verdad.

—A-Tan, —Pregunté sin rodeos: —¿Cómo murió Qin Ke Zuo?

Ye Tan hizo una pausa y dijo con desgana: —...Tal parece que realmente fue este subordinado quien lo mató.

Me toque la frente y dije: —No, cuéntame tú toda la historia desde el comienzo con todo detalle. Basta con que me cuentes lo que originalmente pensabas antes de que vieras los restos ayer.

Y fue entonces cuando Ye Tan asintió para luego relatar los sucesos de aquel día lo mejor que pudo, y terminó justo en el momento en el que él llegó a la posada.

—Qin Ke Zuo murió por un veneno de Taihang Jian. —Concluí.

Ye Tan asintió.

Yo: —¿Alguien podría haber envenenado al Séptimo Joven Maestro Qin en su presencia sin que te dieras cuenta?

Ye Tan dijo: —No es posible.

Yo: — ¿Siempre estabas presente cuando el Séptimo Joven Maestro Qin se reunía con Gu Zi Qu?

Ye Tan dijo: — Ni una sola vez se le solicitó a este subordinado que no lo hiciera.

Todo iba tan bien que volví a preguntar: —¿Entonces cuándo se te pediría que te marcharas?

Ye Tan frunció el ceño: —...Cuando él practicaba su esgrima con Yun Pi Zhi, el Joven Maestro Yun.

Listo, ya había dado el paso. Pregunté casualmente: —¿Por qué?

Ye Tan dijo: —La primera vez que se le pidió a este subordinado que se marchara fue por sugerencia del Joven Maestro Yun, quizá porque temía que este subordinado descubriera que el Señor Yun pertenecía a la Casa Tai Bai. Al fin y al cabo, la Casa Tai Bai y Qin Ling también están enemistados.

Me tropecé con mis pies y Ye Tan me sostuvo de forma relajada.

¡¿Este hombre no sabía mucho?! De cualquier manera, tengo que reconocer que es o muy listo o muy estúpido.

— Tú, tú sabías... —, tartamudeé.

—Este subordinado era consciente de su condición. —Ye Tan asintió y volvió a hablar: —Yun Jiang Li, el Joven Maestro Yun también pertenece a la Casa Tai Bai.

Me quedé prácticamente boquiabierto, — ¿Acaso... Qin Ke Zuo lo sabía? ¿Será que Qin Shen Yuan lo sabe...?

Ye Tan hizo una pausa y dijo con honestidad, —...No había pensado en eso.

...Esta persona. Obviamente, se enteró de todo, pero aún así fue engañado por otros, realmente me molesta.

Le dije con tono sombrío: —La inteligencia es algo muy importante, espero que tú también la tengas.

Perplejo, Ye Tan dijo, —¿Eh? ...No es imprescindible, ¿verdad?

Yo me limité a exasperarme y moví la mano para no preocuparme por él: — Si es así, sólo Yun Pi Zhi tuvo la oportunidad de envenenarlo. —Ye Tan frunció el ceño, no pareciendo estar de acuerdo, pero no dijo nada. Le dije: —Abre el ataúd.

Realmente, en el antebrazo izquierdo del cadáver había una pequeña marca de la incisión provocada por el cuchillo con el que Gu Zi Qu lo había alcanzado antes de morir, y al acordarme de esa chica tan generosa, sentí a la vez agradecimiento y pena.

Sistema Mortal, El Más Letal (Novela)Where stories live. Discover now