no quiero nada tuyo.

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Me despierto relajada al sentir que mis pulmones se llenan con el aroma a té y pan recien hecho, me estiro en la cama antes de levantarme y salir de mi cuarto, en la sala veo a mi mamá sentada esperándome con un té para ella y otro para mi junto a un pan, era raro tener pan en mi casa ya que solía ser muy caro y no teníamos mucho dinero

-buenos días hija, mira lo que compre con los ahorros de esta semana!- me corto un pedacito de pan y le untó el queso de cabra que vendían más barato en las tiendas de aquí cerca

-buenos días mamá, porque no me habías levantado? podría haber ido a comprar yo- le conteste antes de sentarme rápido, el olor a del pan hacia que se me hiciera agua la boca

-ya se porque quieres ir siempre a comprar

-porque?- no creo que lo supiera

-es ese muchacho no? Es bastante fuerte, como se llamaba? Peter? Pita?

-se llama Peeta mamá, y no me gusta el!

-no para nadaaa- me burlo entre risas -dice que te manda saludos, y te dio unas galletas de regalo, es muy bueno no lo crees?

-si... es tan bueno...- me recargue sobre mi mano pensando en su sedoso pelo rubio

-esta claro que no te gusta- se hecho a reír mi mamá

Las dos nos estábamos riendo entre las dos hasta que la puerta se abrió, mi papá entró a la casa enojado y el drama de todos los días comenzó denuevo

El gritándole a mi mamá quejándose de que la casa estaba sucia cuando en realidad la casa estaba impecable, yo me metía para defender a mi mamá pero solo terminaba abofeteada o insultada y esta vez no fue la excepción, me puse entre mi mamá y mi papá, mi madre me tiraba del brazo mientras lloraba para que saliera, yo le gritaba enojada a mi papá

-donde esta Mindy?

Mi padre se enojó de más, y entre los gritos y los llantos lo recordé, Mindy

-no le hará nada a ella papá!- al gritar eso me abofeteo con tanta fuerza que derribe las cosas que estaban en la mesa, las galletas que me había regalado Peeta estaban desparramadas en el piso y mi piel se quemaba por el agua del té

Ahora lo pensaba, donde estaba Mindy?

Me volteé para seguir defendiendo a mi mamá pero al verla mi papá estaba apunto de pegarle, me le tire encima y unos cuantos segundos después todo era negro



Tome una bocanada de aire y mire a los lados, estaba en el tren, era una pesadilla, la misma de todos los días después de lo que pasó en esa habitación de muebles viejos, a partir de ese día en cada distrito íbamos de la mano y leíamos lo del papel, la gente gritaba, cuando estábamos en el tren me dedicaba a tomar café y dormir, era lo único que hacía, ya no hablaba con Peeta ni con Haymitch, lo que pasó fue muy vergonzoso, no quería hablar con ellos, sentía culpa.

Me levante y me fui hacia el último vagón, ya era una rutina.

->ir al último vagón hasta que amanezca-> ir a tomar café-> dormir una siesta larga hasta llegar al distrito-> tomar uno o dos  cafés y volver a dormir->pesadilla por la noche->

Y el ciclo se repetia, era deprimente, era monótono, con una taza de café en mano estaba mirando las estrellas atravez del cristal, las lagrimas ya no caían, ya no sentía tristeza, ahora era un vacío, no sabía cómo me sentía, no me sentía feliz, ni triste, ni enojada, ni nada de eso.

"Las estrellas te aman" una frase que me decía mi mamá de niña, siempre me encantaron las estrellas y el cielo, en este momento solo quería ser una, dejar de sentirme así, no se como pero dejar de estarlo, dejar todo y a todos atrás.

Peeta Mellark, Mi Compañero Tributo.Where stories live. Discover now