Peeta Mellark, Mi Compañero Tributo.

I need you

-Estela, amor mío, hay mucha gente que te ama y te espera en el distrito 12, tus amigos, tu bebé, tu madre, a mi no me pasa eso, yo no tengo a nadie, ustedes son todo, son todo lo que tengo y todo lo que amo, entiendes? La gente te necesita, tu vas a ser la ganadora, tú vas a ser la vencedora de los juegos-

Me dio el collar y lo abrió dejando ver 3 fotos dentro, en un lado había una foto de el y yo juntos, al otro lado una foto de mi madre y al centro una foto del cumpleaños de Peeta, ahí estaba el, a su lado estaba yo, también estaba mi madre, la familia de Peeta y mi hermana mayor, ahora fallecida, miré el collar y no pude evitar las lágrimas, Peeta las limpio y empezó a hablar denuevo.

-ellos te necesitan Estela, a mi no, nadie me necesita

-yo lo hago, yo te necesito

Pongo mi mano en su barbilla y lo beso, el me sigue el beso hasta que un rayo nos distrae

Finnick se levanta con un grito y se aferra a la arena, ah tenido una pesadilla

-vayan a dormir, yo ya no duermo

-yo tampoco temgo sueño, tu deberías dormir Estela, por el bebé

-no tengo sueño todavía, puedo quedarme un rato con ustedes?-

Ellos asintieron y me hicieron un lugar en la arena

-que tal está el bebé amor?

-bien, patalea mucho

-puedo?- dijo Finnick señalando mi barriga

-claro

Finnick empezó a acariciar mi barriga, no se si el bebé sintió su mano pero empezó a patear

-wow, si que

-es un poco molesto

Después de unos minutos en los que los dos me tocaban la barriga sorprendidos me dio sueño

-ahora si que tienes sueño amor, reconozco esa cara, ve a dormir

Asentí y besé a Peeta antes de irme con los demás a dormir

Corria por el prado, yo iba detrás de ella siguiendo sus paso, nos reíamos a carcajadas sintiendo las cosquillas de la hierba en nuestros pies desnudos

El sol brillaba, el sonido del río a unos metros hacia eco en el lugar y el aroma a pan recién horneado me hacía agua la boca

Seguía corriendo sin parar, hasta que me tropecé con una rama, caí de frente lastimando mis rodillas, ya en el piso mire mis manos asustada, estaban lastimadas y no pude evitar llorar

-Estrellita! Estrellita! Estas bien? Ven aquí- me extendió su mano, me alzó en sus brazos y me llevó a un lado de nuestra casa
-esperame un ratito, buscaré lo necesario

En menos de dos minutos estaba a mi lado con su vieja caja de madera, dentro había cosas que ella recolectaba como hierbas curativas, vendas y varías cosas más

-te portaste muy bien, nisiquiera lloraste, te mereces una buena recompensa estrellita!- urgó su cajita un rato antes de darme un bollito de pan caliente

-donde lo conseguiste?!- pregunte sorprendida partiendo el bollo en dos pedazos, uno para mi y otro para ella

-lo compré allá!- señaló un lugar grande