Lucerys I

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El viento soplaba en la cara de Lucerys mientras él volaba en su dragón Arrax, algo que Lucerys estaba acostumbrado a hacer. Volar se había vuelto una de sus actividades favoritas  desde que Arrax había sido capaz de soportar su peso, soliendo hacerla a veces por su cuenta cuando quería un momento de solas para pensar y otras veces acompañado de Jace y Baela, incluso realizando carreras entre ellos, que lastimosamente Baela solía ganar. Sin embargo, el día de hoy sería diferente. Por primera vez en su día, Lucerys estaba montando a su dragón en batalla, tal como los antiguos señores de Valyria solían hacerlo.
Delante de ellos iba Daemon montado en Caraxes, un dragón mayor de escamas rojas y un cuello inusualmente largo. En el centro de la formación iba su tío Aemond, montado en Vhagar, la dragona verde de la Reina Visenya Targaryen, que eclipsaba con su tamaño a todos los dragones que los Targaryen tenían actualmente. A la izquierda de Aemond, iban Aegon en su dragón Sunfyre, un dragón de escamas doradas y alas de color rosa claro; y Daeron, en su dragona Tessarion, una dragona de escamas de color azul cobalto y cresta de color cobre. A la derecha de Aemond, estaba su hermano Jace en Vermax y él se encontraba en el extremo del flanco derecho. Si era honesto, estaba agradecido que Jace lo separara de sus tíos, pues con excepción de Helaena, no se llevaba bien con ninguno de los hijos de Alicent.
Abajo, Lucerys veía los barcos de la Casa Velaryon, con las velas que él conocía que mostraban el estandarte de esa casa, partiendo a la guerra.
— ¿Todo bien, Luke? — Preguntó Jace.
Luke miró a su hermano.
— Sí. Solo, ya sabes, nervioso.
— Es normal. Recuerda lo que dijo el abuelo. Solo cuando estás asustado..
— Es cuando puedes ser valiente.
— Vamos. Entrenamos para esto. Lo haremos bien.
Muchas veces Luke deseaba tener la confianza que Jace tenía.
— Sí. Lo haremos bien.
— Si tienes miedo, Lucerys, puedes ocultarte detrás de Vhagar. — Dijo Aemond con una sonrisa burlona.
— Basta, Aemond. — Dijo su hermano.
— En lugar de mí, deberías concentrarte en la batalla, Aemond. — Respondió Lucerys.
Su tío solo lo miró por un momento y luego miró adelante. Cuando había empezado su mentoría bajo su abuelo, este había notado que él tenía miedo a Aemond, de que alguna vez apareciera en su cuarto con un cuchillo y le quitará uno de sus ojos como venganza por lo que había hecho. Su abuelo le había dicho que no podía dejar que el miedo lo paralice y que era mejor enfrentar su miedo, por lo que había empezado a poner un frente desafiante y frío ante su tío.
— Aegon, más te vale ser cuidadoso. Le prometí a Helaena que te traería vivo. — Dijo Aemond.
— No voy a morir aquí.
— Es bueno escuchar eso. No quiero que nuestra madre pierda a alguno de nosotros. — Intervino Daeron.
Lucerys vio algo en la distancia. Eran barcos, y no tenían ningún estandarte de Poniente. Él sabía que eran.
— ¡Flota enemiga avistada! — Avisó Lucerys.
— Prepárense para la guerra. —Intervino Daemon. — Nos dividiremos en tres grupos. Daeron, tú conmigo; Aegon y Aemond irán juntos; Lucerys y Jacaerys, ustedes son un equipo también. Empiecen.
Los tres grupos se separaron. Y fueron por tres lados. Caraxes y Tessarion iban por la izquierda, Sunfyre y Vhagar por el centro, y Vermax y Arrax iban por la derecha. Ambos dragones descendieron.
— ¡Listo, Luke!
— Listo.
Lucerys recordó todo lo que Daemon dijo; atacar en pasadas, mantenerse en movimiento, esquivar los pernos de los escorpiones, mantener una distancia. Y las palabras de su abuelo sobre ser valiente. Lucerys respiró.
Bien. Debo hacerlo. Tengo que defender el Reino y a mi familia.
Y no planeaba morir. Le debía a Rhaena una boda.
Varios virotes disparados por escorpiones llegaron hacia ellos.
— ¡Cuidado! — Dijo Jace.
Jace y Luke dieron instrucciones a sus dragones y estos esquivaron los virotes con una agilidad sorprendente y típica de dragones jóvenes. Jace vio un barco a la derecha y condujo a Vermax hacia esa dirección.
— Dracarys. — Ordenó Jace.
Vermax abrió su boca y llamas salieron de su boca, incendiando la cubierta de un galón de la Triarquía. Luego, el dragón avanzó y quemó otros tres barcos. Lucerys se concentró y vio su primer objetivo.
— Dracarys.
Arrax expulsó flamas de sus fauces y estás incendiaron la cubierta y el mástil, buscando hundir el barco. Los virotes de los escorpiones viajaron en su dirección y el dragón blanco uso su agilidad y tamaño pequeño para esquivarlos. Arrax voló y quemó la cubierta de otros dos barcos y el mástil de uno.
Ataca en pasadas.
Lucerys vio como todavía habían barcos sin quemar y ordenó a Arrax que volviera. El dragón regresó y quemó los tres barcos restantes. El aire empezó a tener un olor a madera quemada y otro que le recordaba el olor del pollo cuando lo freían en la cocina. El olor de carne humana quemada. También escuchó los gritos horribles de los soldados que se quemaban. Lucerys vio a los lados. Vermax pasó y quemó tres barcos esquivando los virotes que los escorpiones le lanzaban. A la distancia vio a Vhagar que atacó unos barcos mostrando su presencia con un aterrador sonido gutural y quemó los cinco barcos haciéndolo parecer fácil. Esto era guerra. Un espectáculo macabro.
Pero la batalla no le dió más tiempo para pensar. Arrax esquivó a las justas unos virotes de escorpiones. Luke vio los barcos que los lanzaron y ordenó a Arrax que fuera por ellos. El dragón se lanzó hacia los barcos esquivando los pernos de los escorpiones y lanzó su aliento ardiente sobre los barcos que se redujeron a cenizas. Luke vio a otro grupo de naves que luego fueron reducidos a cenizas por Vermax. A la distancia, vio a Tessarion y Sunfyre atacar los barcos enemigos. Vio a Jace y asintió. Los dos dragones volaron hacia otro grupo enemigo y atacaron. La mayoría de barcos fue destruido en la primera pasada. Los dos dragones volvieron a atacar y el grupo fue destruido.
Luke se dió un tiempo para mirar la batalla. Vio que cuatro naves atacaban la Serpiente Marina, el barco de su abuelo Corlys. La nave tenía su escolta, pero ellos también estaban luchando con otros barcos.
— El abuelo está en problemas.
— Vamos a ayudarlo. — Dijo Jace.
Los príncipes ordenaron a sus dragones volar rápido y atacaron los barcos que rodeaban el barco de su abuelo. Escuchó los gritos de alegría de los marineros de la Serpiente Marina. Luego dieron otra pasada y atacaron las naves que luchaban contra la escolta. La única nave que no lograron salvar fue el Corazón Verdadero. Eso rompió el corazón de Lucerys, pues era la nave capitaneada por Daeron Velaryon, quien tenía un hermano y una hija.
— Luke, atento.
Arrax logró esquivar unos virotes.  Otro grupo de naves se aproximaba, pero entonces llegaron Caraxes y Tessarion.
— Dracarys — Dijo Daemon.
— Dracarys. — Dijo Daeron.
Las flamas de Caraxes y Tessarion quemaron los barcos.
— Atentos en todo momento. — Dijo Daemon.
Los seis dragones siguieron volando. Esquivando los virotes y quemando naves. En otro momento de dificultad, Caraxes y Tessarion volvieron a salvar al dúo.
Daemon miró a los alrededores.
— Ya estamos cerca de ganar aquí. Pero necesito que ustedes dos ataquen los escorpiones y catapultas en la orilla norte de esa isla para que nuestras ejércitos puedan arribar. Daeron, acompañalos.
Dicho eso, Caraxes voló y quemó otro barco.
— Síganme. — Dijo Jace.
Los tres dragones volaron en dirección a la costa.
Fueron recibidos por las rocas de las catapultas y los virotes de los escorpiones.
— Dividanse. Luke, izquierda; Daeron, centro; yo derecha. — Dijo Jace.
— Entendido. — Dijo Luke.
— A la orden. — Dijo Daeron.
Arrax maniobró esquivando los proyectiles de a Triarquía y atacó por el flanco izquierdo, en el punto ciego de las armas de asedio. Arrax lanzó sus potentes flamas de sus fauces, calcinando a los soldados y quemando las máquinas de asedio. Unos pocos soldados lograron escapar ilesos.  Vermax pasó al lado y luego Tessarion, dando a entender que habían logrado su misión.
Ante el poder de la flota Velaryon y los dragones, la mayoría de la flota de la Triarquía fue destruida. Los ejércitos de Poniente lograron llegar a tierra firme. Ahora el nuevo problema sería sacar al enemigo de los Peldaños de Piedra. La guerra recién empezaba.

Inicia la Segunda Guerra de los Peldaños de Piedra. Como dije, lamento la tardanza. Viajé por Navidad, no tenía internet en varios lugares, y llegaba cansado a dormir a los hoteles, pero hoy día por fin tuve tiempo de subir este capítulo. Espero que hayan pasado una Feliz Navidad. Ya les di su regalo retrasado, ja ja. Si te gusto, dale a la estrella y comenta, me gusta saber que piensan. Muchas gracias por leer. Espero que tengan un buen día. En el siguiente capítulo tendremos la perspectiva de Aemond.

Danza de Azul y Negro (HOTD)Where stories live. Discover now