𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 ─skins

x. ruin everything?

Avanzaba por la fila haciendo caso omiso a los comentarios poco agradables que me dedicaban las personas de las cuales me estaba colando. Ósea, entendía que les molestara pues llevaban mucho tiempo esperando a entrar pero no era mi culpa que Thomas se hubiese ofrecido a pasarnos gratis.

— Vete a la mierda, guapa —me "halagó" una de ellas cuando la empujé para llegar hasta Effy.

— Déjame en paz, idiota —respondí sin darme la vuelta para ver su reacción.

Cuando estuve frente a frente con la castaña me di cuenta del mal aspecto que tenía. El pelo todo despeinado arreglado tan solo con una cinta, el rímel corrido por toda la ojera, y la ropa no era uno de sus modelitos habituales para salir de fiesta.

Fruncí el ceño.

— ¿Estás bien? —cuestioné preocupada. El encogimiento de hombros fue su única respuesta—. ¿No hay ningún tío rondándote?

— ¿Por qué iba a haberlo?

— Porque te conozco.

La indignación se plasmó en su rostro. Quizás las palabras utilizadas habían sido mala elección pues parecía que mi intención había sido referirme a ella como "zorra" o algo peor, cuando no quería eso.

Y menos ahora que estábamos atravesando una mala racha en nuestra relación.

— ¿No hay Cook? —contraatacó ella.

Uf. Golpe bajo.

Abrí la boca tratando de decir algo pero me había quedado sin palabras.

¿Tan difícil era decir no?

— Quiero la verdad —insistió analizando mi reacción con suma precaución.

— ¿Por qué no le preguntas a Panda?

Ella resopló— Es evidente que siguen viéndose.

— No hay que ser un genio para saberlo.

Sacudió la cabeza asemejando el quitarse una idea de la cabeza y enganchó su brazo con el mío— Dejémonos de dramas. Vamos ahí dentro, cojamos un pedo de putísima madre y olvidemos...

La voz se le entrecortó cuando su vista se posó en alguien más justo a mis espaldas. Con curiosidad seguí la mirada para ver de quién se trataba hasta encontrar a Freddie entre los asistentes a la fiesta.

Menuda sorpresa.

Había estado dándole vueltas al asunto durante estos últimos días, pero esto me confirmaba todo. Estaba claro que le gustaba Freddie pero entonces, ¿por qué le molestaba tanto nuestra relación con Cook?

Esta vez no pensaba dejar pasar la oportunidad de sonsacarle información acerca de la veracidad de mi suposición, así que simplemente me hice la sorprendida.

— ¡No me lo puedo creer, Effy! ¡¿Te gusta?!

— No. No. No —negó varias veces con la cabeza dando énfasis a su afirmación.

Pero yo no le creía ninguna palabra.

Habían sido muchos años de amistad cómo para aceptar ese engaño.

— ¡Claro que te gusta! Oh, vamos, atrévete a mentirme. Quiero ver cómo lo haces.

En ese preciso instante Thomas apareció en la puerta del club divisándonos a lo lejos. Interrumpiendo nuestra conversación nos hizo una señal, la cual no entendí, por lo que procedió a intentar hablar por encima del barullo.

— ¡Rory, Effy! ¡Venid! ¡Vosotras no pagáis! ¡Los amigos no pagan!

Sin tener tiempo a reaccionar, Effy tiró de mi mano para acercarnos hasta la puerta de la discoteca volviendo a recibir insultos por habernos colado.