Soy el malo, ¿puedo irme?

Capítulo 50

Han Cha-soo se fue a dormir temprano en la noche y se despertó temprano en la mañana.

'...¿Estoy viendo cosas?'

La cama era lo suficientemente grande para dos personas. Ki Tae-yeon estaba a mi lado con los ojos cerrados y respirando de manera uniforme.

De alguna manera sentí que estaba soñando.

Dentro del sueño, Han Cha-soo estaba sumergido bajo el agua. Podía respirar y caminar sobre el fondo del mar, pero no podía salir del agua. Fue tan frustrante hasta el punto que sintió que iba a explotar, así que se despertó después de muchas dificultades al usar el dragón… fue así.
(TL/N: entonces se despertó después de muchas dificultades usando el dragón significa así que se despertó después de muchas dificultades usando todas sus fuerzas. Gracias a mi encantadora correctora, Yejin 💖)

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"Mmm."

Sus cejas oscuras se retorceron y la distancia que apenas había abierto se volvió a estrechar.

"¡Puaj!"

La fuerza de un rango S que pretendía ser un rango A no era rival para Han Cha-soo y miró al techo con desesperación, luego a Ki Tae-yeon, luego a sus gruesos brazos.

Pero el grueso brazo no desapareció ni el cuerpo asombrosamente cercano del hombre se alejó.

Han Cha-soo intentó darle sentido a la situación con su razón poco entusiasta.

'¿Es la espiritualización o algo así?'

No había indicios de que padeciera alguna afección, ni había nada inusual en la comida que había comido ayer.

'¿Podría ser el efecto de la piedra espiritual?'

Han Cha-soo miró la piedra espiritual que yacía sobre la mesa. Pero la piedra espiritual gris no ha cambiado desde ayer. Estaba quieto sobre el cojín que los médicos habían traído con ellos, emitiendo un tenue brillo.

En ese momento, la atmósfera de sueño desapareció. También fue porque justo en ese momento, Ki Tae-yeon lo acercó y lo abrazó con fuerza una vez más.

“¡Kuluk!”

Si sigo así, quedaré aplastado como una rana muerta sobre una piedra. Han Cha-soo levantó la voz en una repentina sensación de crisis.

"...Jefe Ki Tae-yeon".

"Mmm."

“¡Jefe Ki!”

Ay dios mío. Han Cha-soo no se levantó pero se sorprendió al ver al hombre aferrándose cada vez más a él. Estaba durmiendo con la camisa desabrochada.

De alguna manera, podía sentir un calor desagradable. Han Cha-soo miró al hombre, sus ojos se hundieron aún más y se aclaró la garganta.

“¡Jefe, estamos en problemas! Dicen que se ha abierto una puerta en la costa este. ¡Es una puerta de clase 1!

“¡—!”

Se escuchó un traqueteo y la cama se movió violentamente.

“Una puerta de Clase 1… ¿Dónde? ¿El Mar del Este?

Estalló una voz quebrada. Un par de penetrantes ojos azules lo recorrieron rápidamente. La mano que había estado atando a Han Cha-soo ahora estaba ocupada abotonándole la camisa. Estaba casi arraigado en mi cuerpo.

—Entonces usted es el jefe de la Oficina de Gestión de Crisis.

Por sus reacciones inconscientes estaba claro que estaba destinado a ser un funcionario público. Interiormente, Han Cha-soo aplaudió su sinceridad. Mientras tanto, Ki Tae-yeon parecía haberse liberado de su aturdimiento.