Haz lo que quieras.

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— Aun si me lo pidieras. — Lo señaló con el dedo índice. — No lo haría. 

Jimin la miró con una ceja enarcada. 

— Creo que no estás en posición de elegir. — Tomó un sorbo de la copa de Whiskey que tenía entre las manos. 

— Siempre puedo elegir. — Sacó un pequeño labial de su bolso y se inclinó sobre el lavamanos, retocándose los labios. Jimin la miró de pies a cabeza. 

— Es tu hermano. — Ella lo miró por el espejo, con los labios entre abiertos. — Su vida pende de un hilo. 

— Si estuviera postrado en una cama, entubado, en algún cuarto de hospital. — Se enderezó, guardando el labial. — Me compraría un boleto de avión al otro lado de mundo y seguiría mi vida. — Giró su cuerpo en dirección a Jimin, encarándolo. — No me importa si muere. — Jimin alzó la copa nuevamente, dejándola suspendida brevemente cerca a sus labios. — Si matarlo está en tus planes, quizás podamos negociar un asiento en primera fila para el espectáculo. 

Jimin la miró en silencio un momento, viéndola caminar hacia la salida, tras de él. 

— No creas que mostrarte indiferente le salvará la vida.

Ella terminó de moverse, quedando más cerca de Jimin, casi rozando los hombros. 

— Esto no es indiferencia. — Jimin la miró con el ceño levemente fruncido. — Es desprecio. — Le arrebató la copa de la mano con suavidad. — Si tanto sabes de nosotros, entenderás que no podría salvarle la vida a una escoria cómo él. — Le dio un buen trago a la copa. — Te pediré un favor, si realmente lo haces. - Comenzó a abrir la puerta. — Quiero ser la primera en saberlo. 

Antes de que pudiera salir, Jimin la tomó del brazo, frenándola. 

— Podemos hacerlo juntos. — Siseó. — Si es lo que quieres. 

Ella lo miró con el ceño fruncido. 

— Mis manos no estarán manchadas con su sangre. — Escupió. — Sería asqueroso.

Jimin rio con suavidad. 

— Sé lo que pasó. — Ella se deshizo de su agarré de un tirón. — No pretendo que hagas el trabajo sucio. 

— ¿Entonces? — Jimin movió la cabeza con suavidad, estirando el brazo para cerrar de nuevo la puerta. 

— Solo...— Terminó de tomarse el líquido de la copa. — Yo haré el trabajo sucio, pero necesitaré un guía. 

Ella enarcó una ceja.

— ¿Por qué me necesitarías? — Sonrió con sarcasmo. — Tienes todo un ejército tras de ti. 

— Nadie tan despiadado cómo tú. — Se encogió de hombros. — O eso creo.

Ella intentó abrir la puerta, pero Jimin la tomó de la muñeca. Ella chasqueó la lengua. 

— No soy despiadada. — Se relamió los labios. — Ni estoy loca. — Jimin sonrió a medias. — Solo te di una respuesta. — Volvió a deshacerse de su agarre. — Haz lo que quieras. — Giró la cabeza en su dirección, acomodándose el bolso sobre el hombro derecho. — Pero no me hagas responsable de su muerte, no valdría la pena arriesgarme por ese imbécil. 

Jimin permaneció de pie, junto a la puerta, sosteniendo la copa, oyendo el retumbar del paso de sus tacones cada vez más lejano. 




One shots -Jimin- (Primera parte)Where stories live. Discover now