— ¿Perro faldero? — Bromeó, cerrando la puerta de la entrada principal de su apartamento. — ¿Bromeas, no?
Jimin permaneció de pie junto a uno de los sillones, en silencio. Ella lo miró con los ojos entrecerrados.
— ¿No te parece algo despectivo que te refieres así... — Movió las manos en su dirección. — a ti mismo? — Las orejas de Jimin se movieron.
— Soy algo cómo un perro, ¿No? — La siguió con la mirada por la sala, viéndola quitarse la cazadora.
— No. — Le respondió, atándose los cabellos en una coleta alta. — Eres un lobo.
— ¿Cuál es la diferencia? — Ella suspiró, negando suavemente.
— Traeré el botiquín para curar tus heridas. — Jimin volvió a mover las orejas, seguía con las manos tras la espalda. — Puedes sentarte.
***
— ¿De dónde eres? — Preguntó ella, limpiándose las manos con alcohol. — No pareces de por aquí.
— Soy Jimin. — Le sonrió. Ella rio con suavidad, destapando algunas gazas.
— Olvide preguntar por tu nombre. — Le alzó la barbilla con suavidad. — Arderá un poco.
Jimin permaneció quieto, sintiendo pequeñas punzadas de ardor bajarle por el cuello cada vez que ella presionaba el algodón con medicamento sobre sus heridas.
— Soy de Busan. — Cerró los ojos cuando ella limpió una gran cortada que tenía en una de las clavículas. — En Corea del sur.
— Estás muy lejos de casa. — Se alejó, buscando otro algodón. — ¿Cómo terminaste aquí?
Jimin suspiró.
— Supongo que... — Guardó silencio un momento, pensando que decir. — no me levanté con el pie derecho esa mañana. — Ella lo miró con el ceño levemente fruncido. — Fue en una fiesta.
— ¿Cómo llegaste a Yoongi? — Lo sintió estremecerse por el recuerdo.
— Pasé por muchas manos. — Ella terminó de limpiarle las heridas de las manos y alzó la cabeza para verlo. — hasta que llegue a aquí.
Ella carraspeó.
— ¿Puedes quitarte la camisa? — Jimin se levantó del sillón, deslizándose la camisa por la cabeza. — Quisiera saber si tienes más heri...
Ella se levantó también, tomándolo del brazo, haciéndolo girar.
Tenía una marca, aún a medio sanar, en uno de los costados de la espalda. Cómo la marcación de un bobino.
— Me la hicieron antes de traerme aquí. — Dijo antes de que ella pudiera decir algo. — ¿No se quitará verdad? — Se dio la vuelta, viéndola.
Ella permaneció en silencio unos instantes, mirándolo, sin saber qué decir.
— No. — Susurró. — Te traeré un abrigo.
Jimin permaneció de pie, sintiendo un leve hormigueo subirle por las piernas.
— Creo que este te servirá. — Volvió rápidamente, ofreciéndole un gran abrigo negro tejido.
— Te lo agradezco. — Ella lo contempló vestirse, viendo de nuevo la marca en su espalda.
— Te marcaron cómo ha ganado. — Gruñó.
Jimin sonrió, acomodándose el abrigo.
— Más bien, cómo un perro ovejero. — Respondió.
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One shots -Jimin- (Primera parte)
FanfictionDiviértete imaginando fantasiosas escenas junto a Park Jimin. ¡Bienvenid@s! # 1 K-pop.