¿Por qué esa cara?

170 30 0
                                    

Jimin suspiró, recostado sobre la mullida silla del avión privado en el que viajaba. Veía las lucesitas de las calles y edificios desde la ventana. 

— Aterrizaremos en diez minutos. — Le informó su manager, sentando frente a él. 

— Es un alivio. — Ambos sonrieron. Jimin estiró los brazos. — Me rugen las tripas. 

El manager rio, inclinándose sobre sus piernas para atarse los zapatos. 

— Ya te lo dije, pero, hiciste un gran trabajo, Jimin. 

El pelinegro le sonrió, apenado. 

— Hicimos. — Lo corrigió. — Hicimos un gran trabajo. 

Ambos volvieron a sonreír. 

El celular de Jimin vibró sobre una de sus piernas. Bajó la mirada, encendiéndolo. 

¨Estoy en casa. Perdieron una de mis maletas en el vuelo. ¿Quieres que pida algo de comer? Te espero ;)¨

Jimin sonrió, casi de forma inconsciente, al ver su mensaje en la barra de notificaciones. Se dejó caer sobre la silla y miró por la ventana, impaciente. 

***

— No, mamá, no puedo. 

Jimin cerró la puerta de la casa, procurando no hacer mucho ruido. Se descalzó los zapatos y se deshizo de su abrigo, caminando hacia la cocina. 

— Está bien, está bien. — La encontró de espaldas a él, con el teléfono pegado a la oreja derecha. — Intentaré ir. — La escuchó decir. — No te enfades, mamá. 

— Traje la cena. — Jimin le sonrió, abrazándola por atrás, dándole un beso al costado del cuello. 

Ella se sobresaltó, girando la cabeza para verlo. 

— Te escribiré en un rato. — Jimin oía la voz de su suegra despidiéndose de su novia. — Adiós, mamá. 

— ¿Está todo bien? — Jimin dejó caer la barbilla sobre su hombro, viéndola con una sonrisa. — ¿Pudieron recuperar tu maleta? 

Ella suspiró. 

— Sí, no... — Cerró los ojos un momento. Se dio la vuelta y se dejó caer en los brazos de Jimin, haciendo un puchero. — Solo quiero descansar. — Murmuró contra su camiseta. — Mamá quiere que vaya a pasar el cumpleaños del abuelo y no lograron recuperar mi maleta. 

Jimin la apretó entre sus brazos, aspirando el olor de sus cabellos. 

— Podemos cenar antes. — La tomó de las mejillas, dándole un suave beso en la nariz. — Yo también estoy agotado. 

Ella sonrió. Lo tomó de las mejillas y le plantó un beso. 

— Besarte después de un viaje es cómo besarte por primera vez. — Jimin sonrió, dándole un besito, efímero, sobre los labios. 

— Yo quisiera poder besarte siempre. — Ella sonrió. Él la tomó de las manos, jalándola fuera de la cocina. — Traje comida italiana. 

Ella se relamió los labios, entrando en la sala. 

— Yo traje vino irlandés. — Ambos rieron. 

— Podemos probarlo en... — Comenzó a destapar la comida de entre las cajitas de plástico. — otro momento. 

Ella sonrió, viendo la comida con los ojos brillosos. 

— Si no estuviera tan cansada, estaría gustosa de emborracharme junto a ti. — Jimin la miró con los ojos entrecerrados, malicioso. Ella rio, cubriéndose la boca. — ¿Qué? ¿Por qué esa cara? 

— ¿Por qué quieres emborracharte conmigo? — Jimin se llevó un bocado de comida a la boca. — Además, dudo que un vino pueda emborracharnos. — Dijo con la boca llena. 

Ella rodó los ojos, divertida. 

— Te ves muy tierno cuando el alcohol comienza a hacer efecto. — Dijo ella. — Te pones rojo y ríes y ríes...

Jimin frunció el ceño. 

— ¿Tierno? — Ella asintió, sonriendo, con las mejillas llenas. 

— Muy tierno. 

Jimin le dio otro bocado a la comida, negando levemente con la cabeza. 

— ¿También te parezco tierno en la cama, entonces? — Ella se atragantó. Jimin rio, cubriéndose la boca para no escupir trozos de comida. 

— No lo dije con esa intención. — Dijo, casi sería, aguantando la risa. 

— Estar borracho y tenerte cerca es... — Lo vio morderse el labio. Ella rodó los ojos divertida, llevándose otra cucharada a la boca. — No me hagas recordarlo. — Le recriminó. 








One shots -Jimin- (Primera parte)Onde histórias criam vida. Descubra agora