13 - Quinto año.

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Las clases empezaron nuevamente, esta vez tenían más materias que los años anteriores. También estaba el baile de quinto año, que sería para navidad.

Cuando vieron las materias, solo dos se compartían con Slytherin, el resto, eran con Revenclaw la mayoría y dos más con Hufflepuff. Las que compartían era como siempre pociones y la de control de mentes.

En pociones estaba sentada con Lupin y Severus se sentaba con Chaisy, una de sus compañeras. En la otra materia, Natalia estaba sentada con James y Severus, por pedido del profesor. Si no hubiera sido porque estaba Natalia en el grupo, esos dos se hubieran matado en clases porque cada vez se detestaban más.

Severus era prefecto de su casa y muchas veces se encontraban en la biblioteca cuando él hacía guardia. Una de esas noches, él no aguantó, la vio mientras sacaba unos libros, la tomó y acarició su mejilla. Ambos comenzaron a buscar sus labios y así se besaron de nuevo. Se anhelaban, pero sabían que era una locura.

-Lo lamento por haberlo hecho de nuevo – dijo él triste.

-No lo lamentes, te extraño, y mucho. – dijo ella.

-Yo también, pero soy como uno de los preferidos de Voldemort y se enteró que hay profecías hablando de él y quiere saber todo lo posible para eliminar las amenazas y triunfar – dijo él preocupado.

-¿Quieres que te ayude? – dijo ella con la ilusión de pasar más tiempo juntos.

-No, es peligroso.

Se despidieron y él siguió su rumbo. Natalia se quedó pensando mucho en ello. En un momento escuchó un aullido y se acordó que esa noche había luna llena, así que se dirigió hacia la casa de los gritos a ayudar a Remus.

Cuando llegó ya estaba convertido y estaban los chicos allí. Ella se quedó a ayudarlo desde la conexión que tiene con los animales, así que podía ser útil en esos momentos calmarlo. Cuando volvió a su forma, vio que estaban todos durmiendo allí. Remus estaba sin ropa, así que ella fue a buscar una manta para él, se lo agradeció con un beso en la mejilla.

Volvieron todos juntos a Hogwarts para el desayuno, Natalia primero fue a bañarse y a cambiarse de ropa. Lilly le preguntó si había hablado con Severus, a lo que ella respondió que si, pero que no consiguió que él saliera de ese grupo. Ambas tenían miedo porque lo querían.

En el desayuno, Minerva llamó a Natalia, ella y James eran del equipo de Quidich de Gryffindor y ese día había partido.

-Te noto desanimada, ¿Puede ser? – dijo Minerva.

-Si honestamente, me pesa las decisiones de Severus – dijo ella triste.

-Si, he hablado con Dumbledore al respecto, volveré a hablar hoy mismo. – dijo Minerva – tu concéntrate en el juego, nos vemos a la tarde – le dijo mientras la abrazaba, Minerva era como una tía para ella.

-Nos vemos a la tarde, gracias por estar ahí siempre – dijo ella sonriendo.

Ese día Sirius estaba más pesado de lo normal con Natalia. La miraba ya todo el tiempo sin disimular, cuando ella hablaba él se quedaba embobado viéndola fijamente, la cuidaba de todo por las dudas, no quería que se golpeara, si otro chico se acercaba él lo auyentaba.

-Debes calmarte Sirius, ella nunca saldrá contigo así – dijo James.

-Pero no quiero que nadie mas se le acerque, no quiere darme ni una oportunidad, nada – dijo Sirius.

-Es que está enamorada ya, y lo sabes – dijo Remus triste, a él le seguía gustando aunque no dijera más nada.

-Si lo sé, y me molesta porque él no es bueno para ella, tampoco quiere estar con ella – dijo Sirius molesto.

-Ahí te equivocas – dijo James – por más que no nos guste y a mi que no me cae bien quejicus, él si quiere estar con ella, no puede por el bando que eligió.

-Que triste – dijo Sirius – si tan solo quisiera darme una oportunidad.

Los chicos siguieron consolando y ayudando a Sirius, Natalia y Lilly estaban hablando como siempre de todo un poco, cuando salió un tema que la primera nunca esperó.

-Quiero pedirte algo – dijo Lilly.

-Sí, dime.

-Si alguna vez llego a tener un hijo, promete que serás la madrina y que si a mi me pasa algo, lo cuidarás como tuyo – dijo Lilly. Natalia se quedó confundida porque no entendía el porqué de esa promesa.

-Obvio que acepto y lo prometo, pero nada habrá de pasarte.

El año se terminó muy rápido, ese verano las cosas ya estaban feas en el ambiente y se sentía lo que se venía. Los Scamander tenían un plan de ocultamiento, que solo sabían 4 integrantes de la familia, así nadie se podría enterar.

Natalia le dijo a sus padres que ella querría pelear primero antes de ocultarse. Así que, se despidió de su familia en ese verano porque sabía que si algo pasaba, esa era la última vez que los veía. Su prima Azul, le hizo prometer también que si algo le pasaba a ella o a su marido, que se haría cargo de su hijo que venía en camino en la panza. Tenía dos meses de embarazo y eso era una preocupación muy grande. Natalia aceptó también, amaba a su prima y amaba a ese bebé sin conocerlo.

Todos los chicos se juntaron cuando terminó el verano, en una casa de un matrimonio de la Orden del Fénix, allí planearon todo. Desde ese lugar, partieron hacia Hogwarts al día siguiente. 

Siempre fuimos tu y yo - Severus Snape.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant