Park Jimin de 20 años es un lindo zorrito rojo caprichoso y mimado por su padre. Todo lo que quiere debe ser suyo cueste lo que cueste, incluso si es el nuevo novio de su madre.
Min Yoongi tiene 30 años y es apuesto, millonario y muy inteligente su...
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Efectivamente su madre se había ido de viaje dos días así que como Jimin se había ofrecido a ir por el tonto vestido a la casa de modas le tocó ir.
Lo acababan de llamar para informarle que el vestido había llegado del extranjero ya y que fuera por él.
Así que dejó su piña colada sobre el mesón cerca de la tumbona y se sentó estirando sus brazos. Había estado tomando el sol cerca de la alberca como amaba hacer todas las mañanas para mantener ese bronceado natural en su tersa piel.
Subió hasta su habitación a darse una ducha rápida y a cambiarse. Unos shorts blancos cortos, un crotop y una chaqueta negra y sus nuevas botas y listo. Dejó aparecer sus bonitas orejitas y su colita esponjosa y sonrió al verse en el espejo.
Estaba listo.
Tomó sus llaves y su bolso y salió en su auto rumbo a la casa de modas.
Lo recibieron sin dejar de lado las intensas miradas. Una mujer no le despegaba los ojos de encima hasta se acercó a ofrecerle café y agua y cuando Jimin aceptó el agua ésta se lo llevó rápido y se fue guiñandole un ojo.
Otras más solo le veian con desdén. Era el efecto "envidia de serpiente" como él lo había bautizado.
Cuando por fin tuvo el vestido en sus manos la curiosidad de ver como era lo llamó pero no lo hizo porque igual Jimin tenia claro que ese vestido jamás lo usarían.
Volvió hasta su auto para llevarlo a la casa de su madre y en cuanto estuvo ahí lo subió hasta la habitación de ella.
Tenía también años de que no ponía un pie en esa habitación, habían cambiado muchas cosas. Dejó la caja sobre el buró y salió de la habitación topandose de frente con quien no esperaba pero quien no salía de su cabeza.
Min Yoongi en persona.
Éste le miró con el ceño fruncido tratando de comprender quien era y cuando lo hizo su curiosidad se notó más al verlo por ahí.
Según la madre de Jimin, él la odiaba y no le gustaba visitarla.
Jimin en cambio había dibujado una sonrisa en sus labios al observar como los ojos de Min lo habían escaneado en un rápido análisis de pies a cabeza. Sus hermosos ojos verdes habían cambiado de color como en aquella ocasión donde lo vio por primera vez, ahora eran ámbar.
—Hola Señor Min. —Saludó moviendo graciosamente su colita de un aldo hacia el otro atrayendo completamente la atención de Yoongi, sus ojos se habían dilatado más.
Parecía que en cualquier momento soltaría un maullido de gato y trataría de atraparla con sus patitas pero claro esa idea hizo reír a Jimin porque Yoongi no era un gato aunque parecía uno. Aún así no dejó de mover lentamente la cola de un lado al otro y los ojos de Min no se despegaban de ahí.
