IX

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Los chicos hablaban sobre algo que Shoto ya no se preocupaba en escuchar, comenzaron hablando de las clases y los entrenamientos para luego tornar la conversación en temas más personales donde Todoroki no se sentía parte, además, a veces usaban fr...

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Los chicos hablaban sobre algo que Shoto ya no se preocupaba en escuchar, comenzaron hablando de las clases y los entrenamientos para luego tornar la conversación en temas más personales donde Todoroki no se sentía parte, además, a veces usaban frases que parecían un código secreto e íntimo, entonces se perdía, era imposible seguirles el ritmo. De modo que puso su atención en cualquier otra cosa.

Ya habían pasado tres semanas desde su accidente, dos desde que había ingresado a UA y estaba orgulloso de poder recordar los nombres de todos sus compañeros. Eso le hacía sentir mejor. Hasta podía entender algunas relaciones, entendía que Kirishima y Mina querían estar juntos y no se animaban. Hagakure y Ojiro eran una pareja hecha y derecha. Sabía que Uraraka estaba enamorada de Midoriya y que él le correspondía, aunque ninguno de los dos hiciera algo al respecto. Sabía que Midoriya y Bakugou habían sido amigos en el pasado, que Mineta no era muy apreciado entre las mujeres, que Koda se llevaba mejor con los animales y que Shinso había pasado de no querer amigos a tener un montón.

También había aprendido cosas del pasado, no experiencias propias, pero sí generales. Ahora sabía que todos los años se habían ido de campamento, que tomaban licencias, realizaban pasantías y que cinco de sus compañeros habían formado una banda para un festival. Bakugou Katsuki estaba en esa banda y por algún motivo a Todoroki Shoto le emocionaba la idea. Quería ver una de sus presentaciones, estaba seguro de que Bakugou debía tocar bien la batería porque tenía buenos brazos y sus manos, aunque peligrosas, se movían con cuidado y precisión. Lo había visto cortar los vegetales una noche y había quedado impresionado por su habilidad con el cuchillo, supuso que lo mismo sucedería con los palillos.

—¿Tú qué crees, Todoroki-kun?

Regresó al mismo plano astral en el que el resto del grupo se hallaba y parpadeó con lentitud. Todavía se preguntaba por qué su cabeza lo había llevado a pensar en los brazos de un compañero cuando se percató de que le habían hecho una pregunta.

—Y bien... ¿qué crees? ¿Debería hacerlo? —Midoriya Izuku parecía nervioso, pero tenía las mejillas sonrosadas y la mirada brillante, como si la emoción se le desbordara. Shoto no terminaba de entender, y al parecer el chico se dio cuenta porque le aclaró—. ¿La invito a salir?

Todoroki lo meditó. La verdad era que no tenía idea de las cosas del corazón, aunque las chicas de la clase habían estado instruyéndolo para que leyera mangas y viera películas románticas. Estaba interesado en el tema, de alguna manera. Pensaba que no lo necesitaba, pero quería saber si en su pasado alguna vez había logrado sentirse así. Solo le pinchaba la curiosidad. ¿Y si se había enamorado y no lo recordaba? No se animaba a preguntarlo, y nadie hablaba de su pasado. Además, mentiría si decía que no le gustaría ser capaz de sentirse de esa manera. Una parte de él buscaba las emociones incansablemente.

—Creo que debes ser tú quien decida. Después de todo, es tu tiempo y son tus sentimientos. Nadie los va a entender mejor que tú.

Iida se acomodó los lentes.

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