Capitulo 1
Seis Años Después…
Brittany
Nunca esperé poner un pie en Sea Breeze, Alabama, de nuevo.
Cuando mis padres hicieron mis maletas y me enviaron a vivir a Fort Worth, Texas, con la hermana de mi mamá que apenas conocía, me dijeron que volvería a Sea Breeze después del nacimiento del bebé.
Lo que no dijeron era que no pensaron en que mi bebé regresara conmigo.
Miré hacia Santiago, dormido en su asiento con su figura de acción de Darth Vader apretada firmemente en su mano.
Nuestra vida no había sido fácil, pero nos teníamos el uno al otro. No volvería hacia atrás y lo haría de ninguna otra manera.
Santiago era mi vida.
Me curó cuando estaba segura de que nada podría hacerlo.
Mantener a Santiago significaba ser repudiada por mis padres estrictamente religiosos.
Mi tía no era la persona más cariñosa del mundo, pero estuvo en desacuerdo con la decisión de mis padres. Esperó que trabajara y pagara mi propio camino, pero al menos nos dio un techo sobre nuestras cabezas.
Renunciar a la escuela secundaria y obtener mi GED era mi única opción.
Mi tía Holly era la directora de la escuela secundaria local y me ayudó a conseguir una beca en la escuela de comercio, por lo que cuando Santiago tuvo dieciocho meses de edad, me inscribí en la escuela de belleza. Antes de su tercer cumpleaños tenía un título en cosmetología.
Le debía a mi tía más de lo que jamás podría compensarle.
Santiago y yo nos fuimos el año pasado y finalmente conseguimos un departamento nuestro. No tenía citas porque no confiaba en nadie alrededor de mi hijo.
También me sentía culpable por pagar una niñera cuando necesitábamos ese dinero para cosas más importantes, como el alquiler, la guardería y los alimentos.
Eso no mantenía a los hombres lejos, sin embargo, o de tratar de conseguir que salga con ellos.
Mercedes, la dueña de la peluquería donde trabajaba, dijo que todos los hombres pensaban que jugaba a ser difícil de conseguir. Eso sólo los hacía más persistentes.
La verdad era que me sentía sola a veces, pero luego Santiago sonreía y podía ver a su papá en él y me gustaba recordar que durante diez años de mi vida tuve a alguien.
A alguien muy especial.
Y ahora tenía a Santiago. No necesitaba nada más.
Cuando la llamada de mi mamá llegó hacía dos meses, hablándome del ataque al corazón de mi papá, no sabía qué sentir.
Nunca conoció a Santiago, y ahora nunca lo haría.
Mi mamá utilizó el dinero del seguro de vida de papá para mudarse a una comunidad de retiro en el centro de Florida. Nos dejó su casa a Santiago y a mí.
Ni una vez se disculpó por abandonarme cuando más la necesitaba, o por darle la espalda a su único nieto. Pero el hecho de que dejó su casa para nosotros significaba algo.
Sólo esperaba que un día ella se diera cuenta de lo que se estaba perdiendo por no conocerlo.
Mercedes me ayudó dándome una referencia brillante, y conseguí un trabajo en uno de los salones de élite de Sea Breeze. Iba a hacer más dinero, y no tendría que pagar alquiler por más tiempo.
