Capitulo 15

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Brittany

El cuerpo de Santana manteniéndome cerca era mejor que bailar.

Y amaba bailar. Nunca había sido sostenida así de cerca antes y bailado de la forma correcta.

Seguí inhalando el aroma de Santana. Tenía un olor perfecto.

Fulminó con la mirada tan fieramente a las pocas personas que tropezaron conmigo en la pista de baile atestada de gente que ahora nadie se acercaba a nosotras.

También me tenía tan cerca de ella que sentía como si fuéramos una sola persona.

La música pasó de lenta a más parecida a un ritmo sensual, y deslicé las manos hasta sus hombros y moví las caderas al son de la música, dejando que mi cabeza cayera hacia atrás y cerré los ojos.

Esto era agradable.

O mejor dicho, fantástico.

Las manos de Santana se presionaron en mis caderas, y me encantó cuán poseída me hizo sentir.

Incluso si solo bailábamos.

Durante este momento yo era suya. Y me encantaba.

Su pierna se movió entre las mías y me froté contra ella, solo para congelarme ante el contacto e inhalar bruscamente.

Ella era un poco más bajita que yo, pero con tacos quedaba más alta que yo por lo que la fricción me golpeó en el lugar adecuado. Agarré con fuerza la parte delantera de su camiseta entre mis puños.

Nos encontrábamos en una pista de baile y no podía follar su pierna.

Pero todo lo que tenía que hacer era mover las caderas un poco y sentiría esa presión celestial otra vez.

Su mano se hallaba sobre la mía, y me retiraba de la pista de baile antes de que pudiera decidir qué hacer a continuación.

Pensé que se enojó conmigo e íbamos a regresar a la mesa, pero cuando miré alrededor, nos dirigíamos hacia el lado opuesto.

Parecía que íbamos hacia una puerta trasera.

¿Era un cuarto de baño?

¿Qué hacía?

Santana empujó a la gente de su camino, a quienes no se movían por su cuenta, y luego jaló de golpe la puerta y quedamos afuera en la oscuridad.

No había luces de estacionamiento, solamente el bosque.

—Abre las piernas, Britt—ordenó mientras me presionaba contra la pared—Levántate la falda y abre las piernas—dijo de nuevo, esta vez con un gruñido.

Me asusté lo suficiente como para no discutir.

Parecía que deseaba lo mismo que yo, así que hice exactamente lo que me dijo. Levanté mi vestido y abrí las piernas. Entonces su mano se hallaba ahí, acunándome mientras ella respiraba con dificultad.

—Esto… no deberíamos hacer esto. No soy ese tipo de persona. Recuerdas que te dije que no soy ese tipo persona. Pero yo no bailo, maldita sea, Britt. ¿Me entiendes? No bailo, maldición.

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