Capitulo 6

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Brittany

Lo querían.

Su papá besó la cabeza de Santiago.

Durante años anhelaba que Santiago tuviera una familia. Unos abuelos que lo amaran. Alguien que no fuera solo yo y la tía Holly.

Todo esto era demasiado.

Les había enviado esas cartas a Maribel.

¿Era posible que no las hubiera recibido?

¿Tantas?

—Joder, Britt. Por favor, no llores. Santiago me culpará—dijo, sonando asustada.

El hecho de que Santana López estuviera preocupada por que un niño de cinco años estuviera molesto con ella y que me volviera a decir “Britt” me hizo llorar más fuerte.

Quería gustarle a Santiago. También quería ser parte de su vida.

No esperaba esto en absoluto.

Volver a Sea Breeze me aterrorizaba. Pero esto... No había necesidad de tener miedo de esto.

Me preocupó que Santiago fuera herido. Pero en vez de eso, recibió otros que lo amaban y querían ser parte de su vida.

El miedo a lo que le sucedería si yo moría ya no era tan pesado. Siempre viví con ese terror constante.

Santiago iba a tener una familia. Una más grande que solo yo. Un grupo de personas que podía confiar en que estarían ahí para él.

—Envié cartas... imágenes—dije, sobre todo para mi beneficio, para recordarme que había intentado decirle a ella…a ellos.

Santana asintió.

—Te creo. De verdad. Solo sé que mi mamá no las recibió.

Esa era la Maribel López que recordaba.

La que Santana insistía que habría estado ahí si lo hubiera sabido.

La que no me habría dejado vivir en Fort Worth, en una casa con una tía que no aprobaba que fuera una adolescente embarazada, pero que no iba a obligarme a renunciar a mi bebé.

Me dio un techo bajo el que vivir y un transporte cuando lo necesitaba, pero no fue especialmente cálida y amable.

Me limpié la cara húmeda y respiré hondo para calmarme.

Santana tenía razón.

Santiago no entendería mis lágrimas, y estaría molesto. No le gustaba verme llorar.

Creo que le daba miedo.

—Si quieren ser parte de la vida de Santi, también quiero eso para él. Necesita una familia. La quiere—tragué y me concentré en no llorar de nuevo cuando le dije esto a Santana—Siempre se ha preguntado donde se encontraban sus abuelos. Otros niños los tenían, y no entendía por qué todo lo que tenía era una mamá y una tía a la que no era muy cercano. Ella fue más como una arrendataria.

Parecía afligida.

—Van a adorar al niño. Tendrá los mejores abuelos de la tierra. Solo dales una oportunidad. Si puedes hacer eso, puede que salves a ambos. Santiago es lo que necesitan. Va a traer de vuelta la alegría que Alfonso se llevó con él.

Santiago y yo teníamos que hablar primero.

—Dame tiempo para ayudarle a entender. Y entonces te llamaré y te haré saber que estamos listos. Pero necesito asegurarme de que tu mamá no recibió esas cartas. Porque las envié…y si las recibió…—mi voz se apagó.

AgarrateWhere stories live. Discover now