11-Día de padres

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Tn se hallaba en su cama tumbado, disfrutando del silencio mientras Miércoles estaba no muy lejos sentada, relajada y disfrutando de la lectura. Era el día de padres y aún tardarían algo en llegar hasta la academia. Se podía escuchar afuera el ruido que provocaban los estudiantes yendo de un lugar a otro de vez en cuando.

—¿Piensas estar siempre tumbado?—preguntó la pelinegra tras pasar una página.

—Si, me gusta hacer el vago

—Deberías hacer algo más productivo con tu vida

—También podrías dejar el libro, quitarte la ropa y venir aquí—dio palmaditas al colchón.

—Estoy disfrutando de la lectura

—Y yo de las vistas—miraba las piernas de la joven—y podrías disfrutar de este cuerpo.

Miércoles suspiró.

—Deberías controlar más tus hormonas

—Difícil al tener semejante belleza oscura delante.

La chica cerró el libro y se sentó a su lado para hablar un poco sobre sus padres. Quería que supiera con qué se iba a topar.

—¿Me estás escuchando?—preguntó tras ver la cara del joven.

—La verdad que no, anda deja eso—la tiró hacía él y quedando sobre este.

—Te odio.

Tn agarró el trasero de la joven manoseándolo por encima mientras le empezaba a besar su cuello de manera lenta, de esa forma que tanto le gustaba a la pelinegra. Ella dejaba escapar suspiros pequeños.

—Nunca me canso de esto—el chico incrementó la intensidad de los besos y caricias.

La puerta se abrió, de nuevo Enid como de costumbre.

—¡Ya están aquí!—avisó cuando los vio de esa manera.

—Enid...—Miércoles se separó—toca siempre antes de entrar.

—Lo siento—se disculpó ella enseguida.

—Bueno...¿te vas a unir lobita?—preguntó Tn con una sonrisa ganándose el odio de su chica—eh, dicen que compartir es bueno.

—La cosa es que ya están—dijo algo ruborizada la rubia.

—Justo cuando empezaba lo bueno—comentó el chico decepcionado por tener que dejarlo.

—De eso nada—replicó Miércoles.

—Lo qué tú digas—dijo con una sonrisa colocándose bien la ropa.

Los tres salieron del cuarto para ir hasta el patio donde aguardaban sus familias, bueno, las de las chicas ya que Tn no recibiría visita de los suyos. Por el camino, Tn le tocaba el culo de manera disimulada a su chica quién le preguntó que hacia. Esté respondió que aprovechaba el momento pues luego con sus padres delante no podría hacerlo.

—Si lo prefieres le puedo tocar el culo a la loba—dijo con una sonrisa pícara.

Ella se puso algo roja por aquellas palabras tan directas.

—Cierra la boca. ¿Sabes?, creo que prefería al Tn solitario y frío—dijo ella con su habitual cara sin emociones.

—Eso dices ahora—replicó con una sonrisa.

Enid no decía nada y seguía caminando al lado de ellos.

Finalmente llegaron hasta el patio donde todas las familias estaban reunidas, charlando, disfrutando del buen día y comiendo. Tn enseguida localizó a las dos familias.

Corazón de Hielo- Enid x Tn x MiércolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora