17-Cuidados

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El atentado en el lugar de Jerichó hizo que por si acaso, ninguno de los alumnos pudiera ir al pueblo. Al menos de momento, todo por seguridad y hasta que los policías llevasen a cabo una investigación. Tn ahora en su habitación tras haber podido ser trasladado, se encontraba tumbado y agotado por la medicación.

Miércoles estaba inquieta, escribía pero no le salía nada pues deseaba investigar el caso pero estaba prohibido salir. Eso nunca resultaba un impedimento, pero quería permanecer al lado de Tn. Enid por su parte escribió sobre lo ocurrido dando su versión de los hechos. Sin embargo, ahora se encontraba en la habitación de Tn.

—¿Cómo te encuentras?—preguntó ella aún triste—me salvaste la vida.

—Haría lo que fuera por ti lobita—le hizo sentarse cerca suyo—ahora ya ha pasado. Daremos con el culpable, ¿vale?—la loba asintió aún cabizbaja—eh—le tomó del mentón—gracias por estar aquí a mi lado, te quiero.

Ella se avergonzó un poco al escuchar esas palabras por su parte.

—Y yo a ti—dijo roja.

Ambos se besaron un poco, luego ella le dio un suave abrazo porque no deseaba hacerle daño. El chico le fue frotando la espalda para reconfortarla. Sabía lo emocional que era ella en estos casos y lo único que quería era calmarla. 

—Lamento que nuestra cita fuera...explosiva—Enid se echó a reír.

—Eres un tonto por hacer esas bromas

—Lo sé...oye, lamento haber sido tan pervertido. Pero...ponte en mi lugar, ambas sois guapas, inteligentes, con un cuerpo de infarto...y encima os tengo a las dos para mí...—dijo nervioso—deseo hacer las cosas bien. Habéis roto este corazón de hielo y ahora soy un chico afortunado.

Ella restregó su cara en el pecho de este completamente avergonzada y roja por las tan bonitas palabras que le dedicaba él. Permanecieron un rato así, relajados. Tn aún sentía algunos dolores por su cuerpo. Enid no lo sabía, pero lo que más le preocupaba era saber como estaban las dos, especialmente la rubia pues estuvo en el lugar del incidente.

Miércoles llegó al cabo de un rato y Tn le pidió que no hiciera ruido pues Enid estaba dormida en su pecho. 

—Apenas ha podido dormir en estos días—comentó en voz baja—y yo tampoco.

—Ven—ella se colocó al otro lado.

—Gracias por preocuparte por mí—le besó la frente.

—Eres mi pareja, es normal...preocuparse—no era capaz de mirarlo a los ojos.

Estuvieron hablando en voz baja hasta la hora de comer. Tn fue dado de comer por Enid quien se levantó al cabo de un rato. 

Tn estuvo feliz de ver a Enid comer, en esos días según la pelinegra, apenas había probado bocado. Ahora devoraba la comida, algo que le hizo reír.

Respecto a la policía, apenas avanzaban en el caso. Parecía un caso asilado sin más, alguien que deseaba hacer daño y ya está, vengarse de la sociedad o algo...nada parecía encajar. Miércoles los llamaba inútiles cuando leía las redes en el teléfono de Enid.

—Sin mi no sabrían ni encontrar una caja de donuts en una cafetería—dijo malhumorada—me voy a escribir—dio un portazo.

—Estos días está muy enfadada por el caso, quiere ir pero la seguridad es tal que las entradas al pueblo y las salidas de la academia están bien vigiladas—comentó Enid—¿tú que piensas de todo esto?.

—No lo sé...es todo muy raro...debe de haber algo que se nos escapa—respondió suspirando—aunque ahora mismo no tengo ganas de pensar en el tema. Aún siento algo de dolor de mis heridas.

—Gracias por cuidarme, por todas esas veces desde que has llegado—le abrazó.

—No hay de que—le acarició la cabeza.

Mientras tanto, en una de las casas de Jerichó, un hombre se metió en su habitación secreta. El lugar estaba repleto de mapas, fotos y una gran cantidad de explosivos. Este miraba la foto de Nevermore, tenía como llegar desde varios lugares y el tiempo que se tardaba en ir desde cada uno de ellos. El hombre era alto, con una melena negra y la piel algo pálida, claramente tenía una mirada cansada, signos de no haber podido dormir.

—Bien—dijo mirando el mapa—primera parte realizada, asustar a los normies para cerrar el pueblo y la academia. El siguiente paso es ir hasta allí bajo la red de túneles que no se usan desde hace años—sacó un documento—ir hasta la zona marcada, colocar los explosivos y adiós excluidos. Que plan tan brillante.

Colocó algunas cajas encima de la mesa y empezó a montar el explosivo que usaría junto a los detonadores. Se puso música de fondo, comenzó a bailar tremendamente feliz antes de continuar con el artefacto. Llevaba mucho tiempo deseando vengarse, y ahora lo tenía tras tantos años estudiando como fabricar explosivos y reuniendo el material.

—Pronto...pronto conseguiré mi venganza—dijo mostrando una dentadura amarillenta.

Una vez terminado, se dio una ducha, se vistió dejando una camisa de tirantes puesto y se sentó de manera cómoda viendo la televisión y cenando un bol de cereales que tanto le gustaba. La policía daba entrevistas y el hombre reía sabiendo que estaban tan cerca de su casa pero a la vez tan lejos que le provocaba unas grandes carcajadas.

—Nadie sospecha del viejo Will—pensaba mientras se llevaba otra cucharada a la boca.

Regresando a Nevermore, Enid estaba escribiendo en su ordenador en la habitación de Tn y le iba contando todos y cada uno de los chismes que había escuchado.

—Ay dios...otra vez empieza...—pensaba divertido el chico.

Al mirarla, se quedó en silencio, sus ojos no podían despegarse de ella quien sonreía feliz ahora hablando sobre lo que más le gustaba, los chismes.

—Enid—llamó este.

—¿Si?—preguntó tras dejar de hablar del tema.

—Te quiero—lo hizo en un tono tan dulce y tierno que la loba se puso algo roja.

—Te quiero—lo hizo en un tono tan dulce y tierno que la loba se puso algo roja

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—Y yo a ti—se acercó y lo besó antes de abrazarlo felizmente.

Miércoles entró por la puerta y se sentó, decía que por fin la policía le iba a dar vía libre para investigar ya que ayudó con el tema del Hyde. Pero que todavía esperase un día más porque tenían que organizarse.

—Por fin, ya estaba harta de estar aquí sin hacer nada

—Puedes hacerme un sandwich

—Podría cavar tu tumba por ir de gracioso

—Uy, alguien anda con falta de mimos

—No, ando con falta de matar y torturar.

Tras unos segundos, la pelinegra suspiró y se tumbó con Tn.

—Tranquila, pronto darás caza a ese tío y podrás torturarlo—le dio un beso en los labios.

—Si, eso espero. Aunque espero más que sean varios, así reparto la diversión.

Una fina lluvia y viento hizo esa noche. Enid estuvo con Tn, ayudando con su medicación y pronto se quedó dormida al igual que él. Miércoles aún tardaría un poco más en dormirse, pero lo hizo viendo a su mejor amiga y a su novio dormidos, una imagen bonita incluso para ella.

Continuará...

Corazón de Hielo- Enid x Tn x MiércolesWhere stories live. Discover now