14-Los celos de una loba

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Enid estaba contenta de poder salir con Tn y se notaba en su forma de actuar pues estaba mucho más feliz y radiante que de costumbre. Pero algo ocurrió y fue que ella trataba de quedar con Tn pero siempre andaba ocupado esos días. Estaba estudiando, quedaba con Eugene para las abejas...iba con Miércoles al bosque a cazar y lo que notaba es que el chico le daba mucho más besos a la pelinegra que a ella. Por no hablar de la atención que le prestaba.

—Bueno chicas, he de ir a hacer unas cosas—comentó el chico recogiendo sus cosas antes de irse de clase.

—Tn espera—lo detuvo ella—¿luego tienes un poco de tiempo para mí?.

—Hoy imposible, he de hacer unos recados—contestó antes de irse.

Enid quiso hablar pero el chico ya se había ido y suspiró triste. Regresaron a la habitación y se tumbó a mirar vídeos, aunque lo hacia sin ganas. Miércoles detectó el problema ya que normalmente le hablaba de alguna cosa como un rumor o vídeo, pero no dijo nada ese día.

—¿Qué te ocurre?—preguntó Miércoles.

—Nada...

—Conmigo no valen las mentiras

—Está bien—volteó—es Tn...no hemos estado juntos en tres días.

La pelinegra se cruzó de brazos.

—Tn tiene sus obligaciones, asuntos que tratar y lo poco que le queda nos lo dedica a nosotras

—Querrás decir a ti...a ti te da más besos que a mí

—Estuviste de acuerdo en la relación, ahora acepta las cosas.

Enid se levantó.

—Yo acepté ser su novia al igual que tú, y eso lleva que yo también reciba el mismo trato

—No seas tan celosa, si de verdad quieres cariño y amor te lo debes ganar.

Ambas estaban discutiendo sobre el tema cuando llegó Tn a la habitación cargado con algunas bolsas.

—Ey—saludó tranquilo—¿qué es todo este escándalo?.

—La loba está celosa de lo nuestro y se siente sola.

Tn volteó a mirar a la rubia quien infló las mejillas y se cruzó de brazos.

—Ah, ya veo—se fue acercando a ella y dejó las bolsas en un lado antes de abrazarla. Pero ella no le correspondió el saludo.

—No quiero tus abrazos, me has dejado sola.

El chico empezó a besar su cuello, sabía que era su debilidad. Luego le dio uno en los labios.

—Tengo algo para ti—se fue a por la bolsa y sacó una tarta—es una manera de celebrar que estamos juntos.

Ella abrió los ojos y se acercó, la boca se le hacia agua.

—He estado ocupado con esto, siento que te hayas sentido sola—dijo a modo de disculpa.

Enid lo abrazó y le pidió perdón.

—Con tus palabras no bastará...ya sabes lo que quiero—le susurró provocando un rubor en ella.

—Eres un pervertido—dijo ella.

—Eh, yo solo reclamo lo que es mío.

Miércoles se interpuso.

—A mí no me diste una tarta—dijo en un tono algo frío.

—Te regalé aquella araña venenosa—ella se quedó callada y le miró.

—Cierto, había olvidado la araña, tendré que ir al bosque a echarle un vistazo a ver si ha crecido—respondió.

Enid quería devorar la tarta y Tn sacó unos platos y unas cucharas. Los tres se sentaron a comer no sin antes la loba sacar unas cuantas fotos. Estaba ahora muy feliz y contenta.

La tarta les sentó de maravilla porque estaba deliciosa, incluso a la pelinegra le gustó pero no dijo nada. Ella miraba a Enid y Tn, se acercó y lo besó en los labios.

—¿Quieres ir mañana a Jerichó mi bella dama oscura?—ella asintió—pasaremos la tarde juntos.

—Me vendrá bien salir de está prisión para tener un poco de inspiración para mi novela—respondió ella antes de levantarse e irse a tumbar un poco y leer.

—¿Y yo?—preguntó Enid con los ojos de cachorro.

—Ven, vamos a mi habitación—contestó mientras la tomaba de la mano—¿quieres venir?.

—Por supuesto que no—replicó Miércoles seria—ahora largo.

Ambos salieron y caminaron hasta la habitación de Tn. Estaba ordenada y limpia, Enid leyó algunos títulos de libros o apuntes que tenía.

—Todo está muy bien ordenado—comentó antes de voltear—¿qué haces?.

El chico ya estaba sin la parte superior del uniforme.

—¿Tú qué crees?—ella se ruborizo.

Tn la tomó del mentón antes de besarla y llevarla hasta la cama donde la tumbó para darle todo el cariño que había estado guardando. La loba suspiraba con cada beso y caricia por parte del joven que no perdía el tiempo. Él conocía muy bien el cuerpo de su novia, sabía donde debía actuar y como. Ella se iba dejando hacer, no podía creer que estuviera haciendo algo como eso.

Sin embargo, no le molestaba en absoluto y se fue dejando hacer pues lejos de sentirse incómoda, le encantaba aquel sentimiento y sensación.

Tras un buen rato, la loba tenía el pelo desaliñado y desordenado, sudando y desnuda, cubierta con una fina sábana, descansaba su cabeza en el pecho del chico. Recuperaba el aliento, sonrojada y con una sonrisa por todo lo que había pasado.

—¿Mejor?—preguntó el chico acariciando su pelo—¿satisfecha señorita loba?—le besó la frente.

—Sí...lamento haber estado celosa, no volveré a dudar de ti

—Eso espero o...tendré que castigarte

—Bueno...eso no suena tan mal—respondió al mismo tiempo que se cubría el rostro por lo que acababa de decir.

Se quedaron un buen rato allí, Enid le iba hablando sobre rumores que había escuchado mientras esté le acariciaba la espalda. Escuchaba todo atentamente, algo que sorprendió a Enid quien pensaba que solamente asentía porque sí.

—Bueno, he de ducharme—dijo levantándose—pronto se hará la hora de cenar—miró el reloj—ven conmigo a la ducha.

—No, seguro que tratas de hacer algo pervertido

—Es por ahorrar agua y tiempo

—De acuerdo, te creeré.

Pero en el fondo, Enid sabía lo que iba a terminar pasando. Y efectivamente, se tardaron más de la cuenta en salir.

—Tengo mucha hambre—comentó Tn ya vestido.

Enid se terminaba de cambiar y poner sus zapatillas.

—No puedo creer que haya confiado en ti para ducharme contigo

—Eh, no digas...que no lo has...gozado—le mordió la oreja.

—¿Con Miércoles también eres así de pasional?

—Lo siento, pero no puedo hablar de eso. Es una regla, además si te digo lo que hago con ella te expones a que se te pueda escapar y entonces ella nos mataría.

Ellos bajaron a cenar y se sentaron junto a Miércoles quién ya había ocupado su asiento.

—¿Ha ido bien tu lectura?—preguntó bebiendo algo de agua.

—Si, y recuerda que mañana no hagas planes, tienes que ir conmigo a Jerichó.

Él asintió.

Enid esa noche después de una buena cena no tardó en dormirse, estaba agotada gracias a todo el amor que el chico le había dado. Se durmió con una sonrisa de felicidad, pues se sintió realmente cómoda pero sobretodo...amada y respetada. 

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo  :D 


Corazón de Hielo- Enid x Tn x MiércolesWhere stories live. Discover now