Corazón de Hielo- Enid x Tn x Miércoles

18-Horror y sangre

Tras unos días más guardando reposo, el chico se terminó de recuperar del todo. Ahora acudía a clase con toda normalidad, según el día se sentaba con Enid o Miércoles. Aunque principalmente lo hacia con la pelinegra pues la loba se sentaba con Yoko o Divina para hablar de chismes y rumores. El chico se pudo fijar en que Miércoles sentía que algo no marchaba bien del todo. Fue tal la cara que puso, que le preguntó sobre ello, a lo que ella se limitó a decir lo siguiente.

—Es como la calma que precede a la tormenta.

Tn sabía a lo que se refería pues no habían vuelto a saber nada ni tampoco ocurrió nada. Por si acaso, no se permitió la salida a Jerichó. Fue un duro palo para los alumnos, pero para evitar incidentes y cualquier posible ataque, se quedarían allí hasta que la policía así lo indicase.

—Menos mal que tengo mi fuente de información sobre chismes de Jerichó—comentó la loba tumbada, con una bolsa de golosinas a un lado y el pc en otro.

—¿No te cansas nunca de tanto chisme?—Tn estaba tumbado a su lado con el teléfono.

—Eso es como pedirme a mí que deje de hablar sobre muerte, tortura o asesinato—respondió la pelinegra desde su sitio.

—Los chismes son mi vida—comentó la rubia mientras terminaba de comer una chuchería.

El chico acariciaba su espalda logrando ganarse una sonrisa por parte de su chica. Los tres pasaban un rato tranquilo, relajado y ajeno a todo lo sucedido en el incidente en el pueblo.

—Los policías del pueblo son unos completos ineptos e inútiles—comentó la pelinegra frustrada—de yo estar allí ya habría encontrado al responsable—se la notaba irritada.

—Tranquila Sherlock Holmes—al decir aquello, Tn pudo ver la mirada enfadada y fría de ella—ya te he dicho que eso no funciona conmigo—ahora acariciaba el pelo de Enid.

Las horas se le hacian demasiado pesadas a Miércoles. Al voltear, vio a Enid dormida sobre Tn mientras el chico solamente miraba su teléfono mientras con la otra mano tenía abrazada a la loba. Suspiró y fue hasta la cama donde se tumbó al otro lado.

—¿Todo bien?

—No, quiero resolver esto de una buena vez, de lo contrario nos podría atacar

—Estamos en la academia, ¿cómo va a hacerlo?.

Miércoles no tenía respuesta para eso así que se relajó un poco recostándose sobre él.

Esa misma tarde, Will había bajado por al canal de túneles desde su casa ya que esta conectaba muy bien con la galería. Llevaba todo el equipo, linterna y el mapa para guiarse. Salió temprano porque la distancia a pie era larga, más sobre un túnel.

Empezó a caminar, guiándose por las señales y siguiendo su mapa. Llevaba varias copias por si perdía alguno de ellos. La linterna alumbraba la zona, todo estaba a oscuras y solamente encontraba ratas y bichos por el lugar. La peor parte era el olor pues a pesar de la ventilación y limpieza que se hacia cada x tiempo, apestaba.

—Ahora por la izquierda—susurró tomando el camino.

Tras una hora y media de caminar por ese lugar, llegó al final. 

Dejó la mochila con todo el suelo y empezó a sacar todo el material explosivo. Fue colocando todas las cargas de forma estratégica tal y como había planeado. Miraba arriba, escuchaba las voces de los alumnos caminar de un lado a otro. Según lo previsto, debería bastar toda aquella carga para poder volar por los aires la academia y hacer un gran daño a esos marginados.

Finalmente colocó todo, limpió el sudor de su frente y le dio al botón que empezaba la cuenta atrás. Echó a correr a toda velocidad para regresar. Sabía que el fuego llegaría al túnel así que tendría que ir hasta unas escaleras cerca de la salida de la academia para evitar ser quemado.