Capítulo21

3 1 0
                                    


—Sé que es muy duro que no tener el apoyo de tus padres —comenzó diciendo Michael mientras se acercaba a su chica—. Pero has de saber que la solución no es irte sin más de casa.

—Entonces, dime, Michael, que debo hacer solo cuento contigo y con Luz no tengo a nadie más, necesito a Evelin —dijo gritando Laura.

—Sé que la necesitas, mi vida, sé que te duele, que aún la tienes presente en tus pensamientos y también sé que jamás podré llenar ese vacío, pero te prometo que estaremos juntos en esto 

—dijo Michael llorando. Laura miró a su novio en silencio, y comenzaron a besarse. Las lágrimas aún no cesaban, pero aun así seguían unidos, muy unidos. Michael puso su mano sobre la cintura de la chica y comenzó a abrirse paso entre su camiseta. Esta vez Laura dejó que Michael la tocara. Por un momento supo que había llegado el momento y así fue.

—¿Estás segura? —preguntó Michael.

— Estoy segura —respondió Laura tímidamente. 

Michael quito la camiseta de Laura como con miedo, no quería hacerla daño, dejando al descubierto un precioso sujetador azul con encaje. Laura, no sabía qué hacer e imitó a su chico; ahora fue ella la que le quito la camiseta a él, dejando al descubierto un cuerpo bien musculoso. Michael, empezaba a sentirse bastante nervioso y, para quitar tensión, besó a Laura suavemente por el cuello. Laura se estremeció y, de vez en cuando, soltaba algún que otro gemido. Provocando en Michael una erección, Laura apretaba con fuerza la espalda de Michael; por el contrario, el chico le dijo susurrando al odio.

— Laura, me gustas mucho más de lo que te puedas llegar a imaginar—.

Y, en ese momento, el chico desabrochó el sujetador de la chica, dejando al descubierto los preciosos pechos de Laura. 

Laura, en vez de ponerse nerviosa, cogió la mano de Michael y la puso encima de uno de sus pechos. Michael la miró y la besó en la boca y comenzó así a besar los pechos de Laura.

Laura estaba cada vez más excitada y sus gemidos cada vez eran más altos. Michael siguió besando a su chica y la estiró dulcemente en la cama, se puso encima de ella y besándola bajo hasta su pantalón.

—Michael, Michael —decía Laura entre gemidos—. Quiero que me hagas el amor. 

Michael sonrió a su chica y ambos se fundieron en un solo ser.

Te Recordare Evelin Segundo libroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora