Una chica nueva llega al mistorioso pueblo de Alivil, Vermont tras ser adoptada por su madrina. Ramona Wang se instalará en lo que sera su nueva vida lejos de su lugar de origen. A pesar de ser introvertida y un poco torpe no se le hace díficil hace...
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10 de Septiembre, 2005
—Sabemos que no quieres hablar, muchacho. Pero no nos vamos a ir sin tu declaración—le dicen los policías al chico rubio que está en la cama del hospital. Este los ve con su mirada oscura y algo desganada, pero a la vez llena de tristeza a pesar de tener el ceño fruncido.
—No quiero hablar con nadie... Quiero que se vayan, por favor.
—Tenemos preguntas sobre...
—¡Váyanse! ¡Ahora no me hagan hablar, por favor!—el chico le ganó el sentimiento y comenzó a llorar, sus gritos emanaba rabia. —Váyanse... por favor, ahora no quiero hablar con nadie...—ese último llanto estaba lleno de dolor.
12 de Agosto, 2005
12:10 pm
Carmine le secaba el cabello a Ramona mientras veía el maquillaje que había llevado, estaba angustiada de que él se estuviera encargando de su aspecto.
—Carmine, ¿En serio sabes usar todo esto?—preguntó Ramona viendo la paleta de colores que Carmine había elegido.
—Mi madre ama el maquillaje, me enseñó...—contesta sonriendo mientras termina de manipular el cabello. —Tienes el cabello muy lacio.
—Es de familia—responde Ramona tomando el labial rojo de la mesa frente a ella.
Estaban en su habitación. Carmine había puesto todos los cosméticos en su tocador, ella no tenía casi nada en él, no solía preocuparse por su aspecto... Tenía un par de labiales que no usaba y un peine estropeado. Ramona levanta la mirada y ve a Carmine a través del espejo que sonreía alegre.
—Dile adiós entonces— le dice tocando un mechón de su cabello negro.
12:43 pm
Alice estaba tratando de acomodarse el cabello viéndose en el espejo de su cuarto, estaba por maquillarse cuando alguien tocó a su puerta.
—¿Quién es?—preguntó Alice sin dejar de sacarle punta a su lápiz de ojos.
—Soy yo, hermanita—dice Adam entrando al cuarto de Alice sonriendo como de costumbre. —Termine tu vestido, cosí el cierre como querías, te quedará más ajustado.
Alice al escucharlo va y ve su vestido terminado. El vestido que Damian le compró tenía unos detalles; le quedaba muy bien, pero por desgracia Alice tenía una cintura muy pequeña y de esa parte le quedaba flojo, lo bueno es que su hermano Adam sabía corte y confección, así que arreglaba su ropa entre ellas su vestido.
—¡Gracias, hermano!—le dice viendo el vestido azul marino con una capa de tela translucida negra muy bella. —Me lo pondré ahora mismo. ¿Llamó Damian?
