M.I.A - Alastor [Hazbin Hotel][+21]

M.I.A [20]

En la lejanía del campo arbolado se escuchaban las pisadas aceleradas de perros y personas, en el frente me encontraba intentado escapar.

Mis piernas habían hecho que toda la energía reservada llegará a sus límites, las gotas que caían desde mi frente hasta la punta del mentón lo demostraban. El cansancio pasaba factura luego de estar peleando por una hora seguida, sin contar la exhaustiva escapada de los perros.

—¿Por dónde voy ahora? —sacaba del campo de visión, las ramas molestas que estaban desgarrando un poco la ropa puesta, intentado conseguir llevar aire a mis pulmones por el sentimiento de sofocación mientras me escabulló por el desastroso lugar.

Los aullidos feroces cada vez eran más cercanos, por lo cual debía actuar rápido, sin equivocaciones. Tenía como única arma de defensa la navaja de bolsillo que llevó en cualquier caso inesperado, pero no serviría de mucho siendo que ellos venían con rifles de calibre atrás de mi.

De alguna forma estaba por enloquecer, no sabía si iba a morir por este malestar de ahogo o por mi corazón que iba mucho más rápido de lo habitual, lo cual creía que terminaría en una taquicardia infernal.

"No puedo respirar, me ahogo."

Apreté mi pecho por sentir que se me pararía el corazón, a la vez que intentaba llenar los pulmones con la cantidad de aire posible, me estaba desesperando por alguna extraña razón, así que me apoyé en el árbol que tenía a mi derecha. En lo que me tranquilizaba intentaba agudizar mi sentido auditivo para sentir por donde vendrían ellos con sus perros, pero fue en vano, ellos me habían sentido antes.

Los perros de presa saltaron hacia mi cara, instintivamente mi acción fue protegerme con mi brazo siendo atacado sin piedad. La mordida fue un segundo, pero comenzó apretar sus dientes en un intento de menear la cabeza y arrancarmelo, lo cual empezaba a marearme.

Sin pensar mucho, clavé la navaja en la yugular para que no quedará sin movilidad mi brazo atacado, un gran alarido salió del can para retroceder por el dolor. El gritó atrajo a los demás quienes eran un poco más pequeños, pero no tardaron en acercarse a mi. Un salto bastó para que tajara un poco a algunos, querían atacar de a uno, al parecer son orgullosos queriendo la presa como premio propio.

Al estar pendiente de los que tenía delante, mordieron mi tobillo por detrás logrando hacerme caer, atacando con mordidas y rasguños de las afiladas uñas que me abrían la carne bañando mi ropa en sangre.

Eran una jauría hambrienta de cualquier cosa que se les haya prometido, pero mi vida vale más que sus asquerosos premios.

Con fuerza pateé el hocico del que tenía cerca de mis piernas para poder sentir algo de seguridad al intentar levantarme de a poco sin acabar con una mordida mortal en la nuca. Tomé la navaja de forma segura para que no se me escapara de las manos y logré darle en el ojo, se alejó de inmediato logrando liberar mi brazo izquierdo. Me levanté tan rápido como pude para poder ver el panorama desastroso, los perros estaban desquiciados, pero ahora mostraban algo de preocupación, estaban a una distancia un poco más alejada que antes.