M.I.A - Alastor [Hazbin Hotel][+21]

M.I.A [43]

Sin opción a elegir, el enano molesto o su gracia, fue quien entró primero a ver cómo se encontraba Astarté, dando a entender que era más importante él que nadie más.

Los demás se encontraban afuera junto a Charlie, quien esperaba a los hijos de Ash, los cuales por asuntos pendientes llegarían tarde. Seguimos así un buen rato hasta que mis orejas sintieron su voz chillar.

Acercandome a la puerta de ingreso, vi que no había nadie, crucé yendo a la habitación dada sintiendo más fuerte las palabras de ella. Continúe caminando cuando me encontré frente a la puerta parando en seco, escuchando más detenidamente lo dicho.

—Por favor, no te acerques a mí, tengo miedo, no puedo ver tu rostro sin pensar que eres igual a él.

—Mi vida, ¿Acaso quien te atacó fue Mike?

¿Mike? ¿Quién demonios es Mike?

—No te me acerques, si te acercas te voy a matar.

—Por favor, no te haré daño, te amo lo suficiente como para hacerte algo, cometí errores, pero puedo enmendarlos si me dejas estar a tu lado.

"Eso si que no será posible, Lucifer. "

Tomé la perilla abriendo la puerta para mostrar mi presencia en el cuarto. La vista era deplorable, él con su rostro triste y opaco... Ella, con los ojos llenos de lágrimas y desespero.

—¿Alastor? —susurró ella mirándome con un brillo de esperanza—. Alastor, cariño, ven aquí.

Estiró sus brazos esperando que correspondiera, siendo que me acerqué lo más rápido posible para sentir su cuerpo cerca mio de vuelta.

—No sabes cuanto te extrañe dulzura —acaricié su cabello azabache, mientras ella enredaba sus dedos en el mio.

—Al, ¿Realmente estoy aquí? ¿No es un sueño?

—Claro que no, estas aquí conmigo —la miré juntando nuestras frentes en modo de calma, me sorprendió que sus ojos similares al oro, ahora eran piedras amatistas—. Tus ojos cariño.

—Lo sé, las drogas fueron tanto que se volvieron púrpuras, no se hasta cuando seguirán así.

—No importa, son piedras amatistas realmente hermosas, tienen ese brillo que te caracteriza —acaricié su mejilla dándole apoyo, en respuesta, simplemente escondió su rostro en mi pecho para envolverla en mis brazos.

Miré de frente encontrandome con Lucifer algo sorprendido, pero sólo sonreí con superioridad.

"No quiere tenerte cerca, es mejor que te vayas, a menos que quieras ver como ofrece amor y cariño a quien realmente va a cuidarla." —mi sonrisa decía todo eso, vi que apretó los puños intentando no darse por vencido. Talvez, debería solo ayudarlo un poquito.