M.I.A - Alastor [Hazbin Hotel][+21]

M.I.A [22]

—La joven a pesar de que su tembloroso cuerpo no la dejaba moverse, el príncipe logró salvarla del ataque de esa gran bestia, salvándole de un cruel destino para regresarla a su hogar donde pudieron festejar el nacimiento de un nuevo amor, Fin.

Cerró el libro de cuentos mientras veía a la pequeña rubia de cachetes rosados algo triste.

—¿Qué ocurre, Charlie?

—Es solo que terminó muy pronto y no tengo sueño.

—Aunque estés aquí, tengo que respetar tu horario, no quiero que me den un sermón luego cariño.

—Vamos mamá, Charlie quiere otro cuento, ¿Podrías hacerlo por nosotros? Yo tampoco tengo sueño —dijo el peliblanco escondido entre las sabanas.

—Mamá, ¿Porque no le cuentas a Charlie la historia que nos contabas cuando éramos más chicos?"amor verdadero", era muy bonita.

—Dante tiene razón, cuentalo mamá.

Un escalofrío recorrió su espalda, esa historia solo trae malos recuerdos, pero ellos no saben nada de lo que ocurre en el epílogo de la misma.

Suspiro pesadamente intentando agarrar coraje, vió los ojos de ilusión de su sobrina así que simplemente comenzó con la historia.

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—Hace mucho tiempo, antes de la existencia misma de la humanidad, Dios creó un ser de dos almas que tenían como objetivo enseñar el amor verdadero en la nueva creación, Adán y Lilith. Ellos fieles a su creador, acataron esas órdenes dando todo de sí para demostrar como el amor vencía barreras. Siendo partícipes del cuidado del Edén, pasaron tiempo juntos donde el amor mismo tocó sus corazones puros, rendidos ante esté deseo de libertad pasional dejaron que los pensamientos de Lilith la dominarán para encontrar su propio destino, siendo su hermano mayor Lucifer, la estrella de la mañana.

Sus días eran felices, disfrutaban del otro como si nunca se acabara, pero tuvo un final, la duda plantada en él. Las decisiones que Dios tomaba lo hacían dudar de su devota lealtad, lo cual era un pecado. Pero eso no lo detuvo, se unió a Lucifer para de alguna manera derrocar ese pensamiento destructivo que Dios tenía sobre los humanos. Con el fruto del conocimiento en mano, despertaron el abismo de maldad de la gente, dando así un comienzo de guerra entre el cielo y los Ángeles pecadores. Ella estaba preocupada por su amado, no quería traicionar a Dios, pero él era todo para ella, su lealtad y fidelidad eran más que el amor por su padre, lo cual la llevó a darlo todo por él, quien gustoso de su ayuda demostraron ser poderosos en conjunto.

Con el castigo en sus cabezas, Dios perdonó los pecados de la muchacha, viendo en su corazón, lleno de pura y solemne fidelidad a su amado, se dejó llevar por lo que sentía, eso era algo que Dios necesitaba de ella, pero de él, todo lo decepcionó. Su amor seguía ahí, pero su orgullo era cada vez más grande, lo veía pudrirse por dentro. Siendo desterrados del cielo, las alas del hombre se volvieron de águila que aunque eran funcionales desprendían olor putrefacto. Ella perdió los colores, su cabellera rubia se volvió un negro noche igual que sus alas, en su cabeza le crecieron cuernos en forma de medialuna que con el tiempo aprendió a ocultar.