IX. Fuera de control

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Era mitad de semana y las mitades de semana no solían ser interesante para Becky. Pero siempre había una primera vez para todos y ese miércoles las cosas sucedieron de otra manera.

Llevaba tres años en el Prívate Bangkok y nunca nadie se había acercado a hablarle de esa manera y con aquellas palabras. Y, para ser la primera vez, pensó que sería muy difícil que una segunda sonara mejor.

Estaba sacando su libro para la clase de escritura y literatura cuando alguien habló a sus espaldas y ella cerró su casillero, volteando a ver con una sonrisa cordial a quién le hablaba.

- Buenos días, Becky- era Friend, con dos libros sosteniendo a la altura de sus muslos y balanceándose apenas con nervios. Ella la miró, pocas veces la había visto en ese estado y era solo cuando algún popular se burlaba o decía algo de ella-

- Buenos días, Friend ¿cómo estás? -

- Muy bien, Becky, gracias. Compartimos clase ahora ¿te importaría que vayamos juntas? - ladeó la cabeza, con una sonrisa divertida y negó, intentando entender la inquietud de la chica-

- Para nada-

- Am y antes...también quería preguntarte algo- Friend le dio una mirada a su alrededor y, al ver que nadie estaba observándolas, se acercó un poco más a ella y se inclinó, hablando casi en un murmullo - quieres... ¿quieres que hagamos algo a la tarde? Me gustaría invitarte a algún lado, no lo sé ¿caminar e ir por un helado? -

Becky la miró un momento y, tras ver pasar a Nam y Mind, el uniforme le recordó a Freen y pensó por qué no podía ser ella quién la invitara a una tarde juntas. No estaría en ese debate interno para saber qué responder porque de inmediato hubiese casi gritado con un sí.

Y no es que Friend tuviese puntos negativos, no, de hecho, no creía que los tuviese, pero no era a ella quién besaba en secreto y casi a escondidas, por lo que la adrenalina de salir a compartir unas horas no sería la misma.

Miró el temblor en sus manos y supo que esa era la misma manera en que ella se comportaba con la rubia. Y Freen le gustaba. Quizá no de esa locura que cualquier adolescente cree sentir, pero, si con apenas unos besos y pocos encuentros el control salía de ella, no quería imaginar cuán enamorada podía llegar a estar para el final del ciclo lectivo.

Se aclaró la garganta y parpadeó cuando la chica suspiró agobiada, cansada de esperar porque repensara todo aquello. Y asintió.

- Sí, sería interesante, Friend ¿quieres que nos veamos en el parque? - la chica negó con seguridad-

- Me gustaría pasar por ti, si se puede- se sonrojó sin saberlo. Aquello sonaba como algo más que una simple salida de amigas y no estaba muy segura de remar hacia el mismo lado las posibles ilusiones de Friend. Sin embargo, no encontró la manera de negarse y volvió a mover la cabeza en afirmación - genial- la vio acercarse y cerró los ojos al sentir su beso en la mejilla. Cálido, suave y duradero, sin intenciones de molestarla y en agradecimiento-

Volvió a abrirlos y su vista se desvió atrás de la chica, a Freen que pasaba frente a ellas y miró a Friend de arriba abajo antes de enrollar su brazo en uno de Billy y alzar el mentón, caminando sin siquiera mirarla una vez a ella.

- ¿Vamos? - le recordó al oír el timbre de una nueva hora y, acomodando el libro contra su pecho, caminaron hacia el lado contrario por donde había desaparecido Freen.

Al entrar al salón, se acomodó en uno de los bancos del fondo, tenía algunas cosas que pensar y no quería a nadie observándola cuando el profesor preguntara quién quería responder.

El señor Rufford ingresó y, como cada clase, apenas los saludó y comenzó con sus órdenes.

- Bien, abran sus libros, página 87 y harán las actividades recordando todo lo visto la clase anterior. Comparaciones, síntesis y cuadros. Al final de la hora los llevaré y los...- de repente, como un foco de luz, se encendió en ella y eso era justo lo que necesitaba.

Bajo sus EncantosWhere stories live. Discover now